Nació en
la Provincia de Canta, es autor de varias obras en narrativa y poemas
de índole eclesiásticos. Es uno de los personajes muy querido en la
provincia y diferentes lugares donde ejerció el pastorado religioso,
especialmente en Huancayo donde es muy querido y recordado por su
trabajo pastoral y entrega en social bien del pueblo.
SEÑOR DE LOS AUXILIOS
(Tradición
Canteña - adaptación)
Setiembre es un mes de
nostalgia y de esperanza recuerdo a mi abuelo, narrando esta
historia:
Era el año
1560, el Virrey Francisco Toledo ordenó que todos los indios dejaran
sus pueblos en las zonas altas de la cordillera, que bajasen a los
valles a vivir en las “reducciones”, bajo la autoridad de los
españoles, con el objeto de fiscalizar de mejor manera los tributos
y la conversión al cristianismo de los indígenas.
En la colina de LOKSA, hoy
barrio de ROCCHA de la cuidad de CANTA, en aquellos tiempos atavillos
altos; se habían establecido los encomenderos y los sacerdotes
mercedarios encargados de la evangelización de los QUANTAS, en la
cima de la colina habían construido una pequeña capilla.
Cuando los habitantes de
QUANTAMARKA fueron notificados para que abandonasen su tierra
sagrada, sus montañas, sus Apus, el lugar de sus hermosas vicuñas;
se despertó en ellos ese espíritu indomable que no se había
doblegado ni ante los poderosos incas < y no obedecieron >
En
represalia los españoles capturaron a diez indios y los flagelaron a
vista de todos, inclusive de los niños y los ancianos, tal crueldad
marcó a los QUANTAS, pues se dieron cuenta de la manera abusiva con
que gobernaban los conquistadores
Una noche,
los guerreros QANTAS sorprendieron al misionero fray Pedro Javier de
Monteclaro y al visitador Agustín de Ahumada , que se habían
quedado dormidos , agotados por la subida a QANTAMARKA, aprovechando
la situación, cayeron sobre ellos quitándoles la vida. En Lima la
noticia enfureció al virrey, que de inmediato ordenó al regimiento
de soldados de Huamantanga que subieran a QANTAMARKA y sin
contemplaciones castigasen con la muerte a los culpables de tan
horrendo crimen y a todos que se opusieran a la autoridad del
virreinato; y así fue, cien soldados, con aquellas armas que
capturaban a los espíritus del fuego, se dirigieron al cerro de la
media luna, QANTAMARKA, por la cordillera de Lachaqui, rumiando su
cólera programando su venganza…
En realidad, les fue fácil
alcanzar la cima de la montaña que se eleva sobre todo el valle. Era
una noche lúgubre, la tempestad venida del cerro colorado,
intimidaba a los soldados con rayos y truenos que parecían salir de
la boca de los Apus; decididos entraron con fiereza al pueblo;
preparadas sus bayonetas invadieron las casas, construcciones
formidables de piedra, pero nada mejor dicho nadie no encontraron
ninguna sola alma en toda la pampa, que se extiende como cabellera de
QANTAMARKA.
A este punto del relato, me
parece observar la expresión del abuelo, su mirada se dirigía a
CANTAMARCA, sus labios se estremecían como en reverente oración….
Abuelo como
es que desapareció la gente… pues te diré, que la noche anterior
el cacique llamado Tantavilca, tuvo un sueño muy extraño; se
presentó un hombre blanco, de figura imponente, de larga cabellera y
barba cuidada, vestía una túnica mas blanca que la blancura de la
nieve eterna de la viuda…
¡Levántate!
¡Pronto! sal de inmediato con todo tu pueblo, sobre todo protege a
los niños, ancianos y enfermos. Baja con todo tu sigilo por la
cordillera de Huaros y dirígete a la colina de LOSKA.
Y por que
he de obedecerte si tú no eres de los nuestros protestó el cacique
Yo soy tu
Apu , el que te protege, tu guardián, el que siempre te ha
esperado...
Entonces el
cacique se despertó, reunió de inmediato a todo su pueblo, indicó
que se cuidara de manera especial a los niños, ancianos y enfermos.
Fue así que los QANTAS dejaron por primera vez su hogar y bajaron
hasta el rio Carabayllo, hoy Chillón y atravesaron chacra- jara…
Mientras
los soldados cansados de buscarlos por todos los alrededores de
QANTAMARKA, se dieron por vencido ante la tempestad, que no calmó,
hasta que desistieron de su venganza…
Y que paso
abueló con el cacique y su pueblo.
Tantavilca
esperó que cayera la noche, trepando la peña que daba a mishapampa,
entró al pueblo de LOSKA. Observó la capilla que se alzaba casi en
el mismo lugar donde hoy se ubica; pensó guarecerse allí e
ingresó….
Cual no
seria la sorpresa del aguerrido cacique, cuando de pronto, ante sus
ojos, se presentó el mismo Apu que le había hablado en sus sueños.
La misma mirada que le había llegado al alma, la misma compasión de
su rostro, la misma dulzura, que ni las heridas de la cruz podían
borrar.
El cacique
cayó de rodillas, era la primera vez que un jefe de QANTAMARKA se
hincaba ante otro señor; y alzando con reverencia su cabeza gritó
con todas sus fuerzas.
Tú eres el mismo señor de
mis sueños, tú eres el que has salvado a mi pueblo
Tú eres nuestro Señor de los
Auxilios
Los ojos de mi abuelo se
humedecían, era tanta su emoción, que aun yo siendo niño me sentía
profundamente conmovido:
Lo que no
pudo la prepotencia de los conquistadores, lo consiguió el Cristo
crucificado: él nos conquistó con su amor. Recuerda siempre que
nuestra fe nunca nos fue impuesta, nos nació del corazón como una
respuesta de gratitud hacia aquel que fue, es y será...
Nuestro Señor de los Auxilios
Sucedió un 14 de setiembre
Desde
entonces, invocamos al Señor de los Auxilios como el patrono de
Canta.
Mi abuelo
ya no se sienta en el patio de la casa, para capturar mi imaginación
con sus relatos. Hoy, que después de muchos años he retornado a mi
tierra, he comprendido por qué a ese querido viejo se le humedecían
los ojos, cuando desde su ventana, miraba pasar al Señor de los
Auxilios…
No hay comentarios:
Publicar un comentario