JESÚS APOLAYA CAMACHO

17 abril 2019


Nació en la Provincia de Canta, es autor de varias obras en narrativa y poemas de índole eclesiásticos. Es uno de los personajes muy querido en la provincia y diferentes lugares donde ejerció el pastorado religioso, especialmente en Huancayo donde es muy querido y recordado por su trabajo pastoral y entrega en social bien del pueblo.

SEÑOR DE LOS AUXILIOS
(Tradición Canteña - adaptación)

Setiembre es un mes de nostalgia y de esperanza recuerdo a mi abuelo, narrando esta historia:
Era el año 1560, el Virrey Francisco Toledo ordenó que todos los indios dejaran sus pueblos en las zonas altas de la cordillera, que bajasen a los valles a vivir en las “reducciones”, bajo la autoridad de los españoles, con el objeto de fiscalizar de mejor manera los tributos y la conversión al cristianismo de los indígenas.
En la colina de LOKSA, hoy barrio de ROCCHA de la cuidad de CANTA, en aquellos tiempos atavillos altos; se habían establecido los encomenderos y los sacerdotes mercedarios encargados de la evangelización de los QUANTAS, en la cima de la colina habían construido una pequeña capilla.
Cuando los habitantes de QUANTAMARKA fueron notificados para que abandonasen su tierra sagrada, sus montañas, sus Apus, el lugar de sus hermosas vicuñas; se despertó en ellos ese espíritu indomable que no se había doblegado ni ante los poderosos incas < y no obedecieron >
En represalia los españoles capturaron a diez indios y los flagelaron a vista de todos, inclusive de los niños y los ancianos, tal crueldad marcó a los QUANTAS, pues se dieron cuenta de la manera abusiva con que gobernaban los conquistadores
Una noche, los guerreros QANTAS sorprendieron al misionero fray Pedro Javier de Monteclaro y al visitador Agustín de Ahumada , que se habían quedado dormidos , agotados por la subida a QANTAMARKA, aprovechando la situación, cayeron sobre ellos quitándoles la vida. En Lima la noticia enfureció al virrey, que de inmediato ordenó al regimiento de soldados de Huamantanga que subieran a QANTAMARKA y sin contemplaciones castigasen con la muerte a los culpables de tan horrendo crimen y a todos que se opusieran a la autoridad del virreinato; y así fue, cien soldados, con aquellas armas que capturaban a los espíritus del fuego, se dirigieron al cerro de la media luna, QANTAMARKA, por la cordillera de Lachaqui, rumiando su cólera programando su venganza…
En realidad, les fue fácil alcanzar la cima de la montaña que se eleva sobre todo el valle. Era una noche lúgubre, la tempestad venida del cerro colorado, intimidaba a los soldados con rayos y truenos que parecían salir de la boca de los Apus; decididos entraron con fiereza al pueblo; preparadas sus bayonetas invadieron las casas, construcciones formidables de piedra, pero nada mejor dicho nadie no encontraron ninguna sola alma en toda la pampa, que se extiende como cabellera de QANTAMARKA.
A este punto del relato, me parece observar la expresión del abuelo, su mirada se dirigía a CANTAMARCA, sus labios se estremecían como en reverente oración….
Abuelo como es que desapareció la gente… pues te diré, que la noche anterior el cacique llamado Tantavilca, tuvo un sueño muy extraño; se presentó un hombre blanco, de figura imponente, de larga cabellera y barba cuidada, vestía una túnica mas blanca que la blancura de la nieve eterna de la viuda…
¡Levántate! ¡Pronto! sal de inmediato con todo tu pueblo, sobre todo protege a los niños, ancianos y enfermos. Baja con todo tu sigilo por la cordillera de Huaros y dirígete a la colina de LOSKA.
Y por que he de obedecerte si tú no eres de los nuestros protestó el cacique
Yo soy tu Apu , el que te protege, tu guardián, el que siempre te ha esperado...
Entonces el cacique se despertó, reunió de inmediato a todo su pueblo, indicó que se cuidara de manera especial a los niños, ancianos y enfermos. Fue así que los QANTAS dejaron por primera vez su hogar y bajaron hasta el rio Carabayllo, hoy Chillón y atravesaron chacra- jara…
Mientras los soldados cansados de buscarlos por todos los alrededores de QANTAMARKA, se dieron por vencido ante la tempestad, que no calmó, hasta que desistieron de su venganza…
Y que paso abueló con el cacique y su pueblo.
Tantavilca esperó que cayera la noche, trepando la peña que daba a mishapampa, entró al pueblo de LOSKA. Observó la capilla que se alzaba casi en el mismo lugar donde hoy se ubica; pensó guarecerse allí e ingresó….
Cual no seria la sorpresa del aguerrido cacique, cuando de pronto, ante sus ojos, se presentó el mismo Apu que le había hablado en sus sueños. La misma mirada que le había llegado al alma, la misma compasión de su rostro, la misma dulzura, que ni las heridas de la cruz podían borrar.
El cacique cayó de rodillas, era la primera vez que un jefe de QANTAMARKA se hincaba ante otro señor; y alzando con reverencia su cabeza gritó con todas sus fuerzas.
Tú eres el mismo señor de mis sueños, tú eres el que has salvado a mi pueblo
Tú eres nuestro Señor de los Auxilios
Los ojos de mi abuelo se humedecían, era tanta su emoción, que aun yo siendo niño me sentía profundamente conmovido:
Lo que no pudo la prepotencia de los conquistadores, lo consiguió el Cristo crucificado: él nos conquistó con su amor. Recuerda siempre que nuestra fe nunca nos fue impuesta, nos nació del corazón como una respuesta de gratitud hacia aquel que fue, es y será...
Nuestro Señor de los Auxilios
Sucedió un 14 de setiembre
Desde entonces, invocamos al Señor de los Auxilios como el patrono de Canta.
Mi abuelo ya no se sienta en el patio de la casa, para capturar mi imaginación con sus relatos. Hoy, que después de muchos años he retornado a mi tierra, he comprendido por qué a ese querido viejo se le humedecían los ojos, cuando desde su ventana, miraba pasar al Señor de los Auxilios…



No hay comentarios: