Escritor
costumbrista natural del pueblo de Canta. Sus obras en su gran
mayoría desarrollan una temática relacionada a la mitología y la
tradición canteña. Posee una variada producción literaria de donde
se ha extraído la siguiente leyenda.
ERA MUJER ESA PIEDRA
La montaña
de la viuda había tenido un hijo. Su nombre ya los hombres lo han
olvidado. Caminaba, dicen. Un día llegó a un pueblo donde vivían
gentiles, en esa época en los pueblos de los gentiles había siempre
sol, vivía a las afuera del pueblo una piedra. Era mujer esa
piedra. Al lado de la piedra vivía un manantial, todo era verde a su
alrededor y las cosechas de los gentiles eran abundantes, nada les
faltaba.
Al
caminante le maravilló ese campo tan rico, ese manantial tan
cristalino, pero lo que mas le gustó fue la mujer. Decidió robarla,
irse con ella, cuando la piedra se puso a andar, todas las cosechas
la siguieron, el manantial también, los eucaliptos también, y el
sol, el día, las noches con luna, las noches con estrellas también.
Desde esa vez dicen que el pueblo de los gentiles sólo hubo una
noche interminable y ya no pudieron cosechar nada.
Donde paró
la piedra a descansar le hemos construido una capilla, en el sitio de
Ranrán durmieron una vez, ella y el caminante; ese lugar es muy
hermoso, pues el manantial que les seguía, se quedó para siempre en
Ranrán que queda muy cerca de mi pueblo, llegaron a Pariamarca.
El
manantial de Ranrán permitió que los campos fuesen verdes, la
piedra que se quedó en mi pueblo Pariamarca hizo que los campos
diesen buenas cosechas.
El caminante se la llevó a su
casa que se construyó en Pariamarca, ahí vivían los dos juntos,
el caminante nos enseñó a cultivar la tierra, a mandar los ganados,
a hacer la chicha.
Un día el hijo de la viuda
decidió seguir su camino y partió para siempre de Pariamarca, por
eso llevamos la piedra a la Iglesia.
Dicen que esa piedra era la
Virgen de la Cueva.
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