Yo conozco esa llovizna, maestros, por eso este poema me revuelve los conchos de la más pura nostalgia. Un abrazo. Ángel
Guardo de Lima una botella...
Guardo de Lima una botella
llena de lluvia y un puñado de arena
en un pañuelo. A veces recuerdo
la luz de su nublado cielo
y la acaricio
como se acaricia una perla
en el bolsillo.
Jorge Eduardo Eielson
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