Niño de la nada
Por Carlos Villacorta Valles
Mi dolor se ilumina como sangre
desierta.
Baja como lluvia seca aurorada
frente a ese montículo de niños
tumba-umas, de casas sin puertas
con nombres desfigurados y
apellidos enterrados.
La calle también es privada
y tienes que vivir bajo los puentes,
abrigadito con la mortecina luz
de tus negras costras habladoras.
Niño de la nada,
del cerro, el pedregal, el polvo,
la orilla y el puente.
Los molestas como moscas
y vives como si no viviera nadie.
Uno a uno caminando
a bordo del silencio
barridos en albergues
para que no hables
en la ferias comerciales,
grandes cumbres planetarias
del verdugo y el oro.
Niño de la nada,
levanta tu bandera invisible,
que lo vean todos los dolores,
las lágrimas y el apetito postergado.
Que brille gota a gota,
la roja sangre polvorienta
derramada en combate y sudor
empapada de firmeza.
Niño de la nada,
amarra tu sufrimiento,
tu hambre y dolor.
Encadena tu ignorancia
y sale a buscar sabiduría
ciencia y batallas.
Niño de la nada,
quema tus temores escondidos,
escupe el mar y las tinieblas
levántate y cobra tus desvelos.
Anda, camina en la felicidad conquistada.
1 comentario:
Solidaridad infinita apreciado Julio. Poema que me trae muchos recuerdos y nostalgias. Lo escribí cuando se iba a realizar una de las cumbres de las américas hace unos años -Castañeda alcalde guardó a los niños que viven en las calles en los albergues durante la cumbré y después los volvieron a botar a las calles y ya se aproxima otro el 14 y 15 2018.
Publicar un comentario