"Dulce Oración" HIMNO CRISTIANO, SU HISTORIA

18 abril 2018





Título en Inglés: Sweet hour of prayer
Letra: William Walford
Música: William Bradbury
Año: 1845


Sobre el autor de este himno no se sabe mucho. De acuerdo al relato del Reverendo Thomas Salmon, Walford memorizaba grandes partes de la Biblia a tal punto de que algunos llegaron a pensar que la había memorizado de tapa a tapa.


Thomas cuenta que mientras visitaba a Walford él repitió dos o tres versos un poema que había escrito. Le preguntó al Reverendo: “qué tal está esto” y empezó a recitar las líneas del poema con una expresión de alegría y miedo a la vez. Thomas rápidamente copió el poema con su lápiz y lo envió al “The New York Observer” con una nota donde decía que lo publicaran si consideraban que era digno de ser preservado.


El poema fue publicado el 13 de Septiembre de 1845. Aproximadamente 15 años luego, William Bradbury compuso la melodía con la que se conoce este himno.


Ni W. Walford ni Thomas Salmon llegaron a conocer el gran éxito de este himno pues el Reverendo Salmon murió antes de que la música fuese compuesta, y probablemente W. Walford nunca recibió noticias de la publicación de su poema.


Dulce oración es uno de los himnos favoritos de todo cristiano cuando desea buscar paz y comunión con Dios.


A continuación un link con la versión de este himno en guitarra por el maestro Andrés Mauricio Acevedo de la Fundación Auros en Colombia. A mi muy personal punto de vista es la mejor versión instrumental que he escuchado.




Finalmente la partitura para coro del himno Dulce Oración junto con la letra.


Dulce oración, dulce oración,
de toda influencia mundanal
elevas tú mi corazón
al tierno Padre celestial.
¡Oh cuántas veces tuve en ti
auxilio en ruda tentación!
¡Y cuántos bienes recibi
mediante ti, dulce oración!


Dulce oración, dulce oración,
al trono excelso de bondad
tú llevarás mi petición
a Dios, que escucha con piedad.
Creyendo espero recibir
divina y plena bendición,
y que me ayudes a vivir
junto a mi Dios, dulce oración.


Dulce oración, dulce oración,
aliento y gozo al alma das;
en este valle de aflicción
consuelo siempre me serás.
Tan sólo el día cuando esté
con Cristo en la celeste Sión,
entonces me despediré

feliz, de ti, dulce oración.

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