DECÁLOGO DEL POETA
- Tienes que estar convencido de ser poeta. Si dices "no soy poeta", o eres hipócrita o quieres que te alaben.
- Grafica tu alma y corazón en la hoja en blanco, extiéndete todo tú, con toda tu sangre, todas tus células y todos tus huesos. De lo contrario arroja tu pluma a la basura.
- Al poetar, olvídate de las formas pero nunca del fondo.
- Revisa bien tu poema antes de lanzarlo al mercado. Ningún artista vende su obra si no la considera finamente acabada.
- Jamás busques palabras de erudito porque a nadie vas a engañar, aparte de a ti mismo y de quedar en ridículo.
- Tienes que estar conciente que más escribes para la posteridad que para el mezquino presente.
- No te preocupes si tu poesía vale o no. Para el primer caso alcanzarás la gloria aunque no la busques; y en el segundo, parecería que ignoras que existen otras ocupaciones, y que ya hay demasiados poetas en el mundo.
- Debes reconocerte como a un ser diferente, por no decir raro. Lo único que te iguala al resto es que a tus pulmones ingresa el mismo aire que respiran los demás.
- No escapes de tu responsabilidad social, porque el arte puro no es arte, sino cuando se orienta a transformar para bien la sociedad donde vives.
- Por último, puedes llamarte poeta si has decidido morir con un lápiz en la mano y en tus labios una sonrisa.
Raúl Gálvez Cuéllar.
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