POR: JOSE JORGE NAVA PITTALUGA
PRIMER CENTENARIO DEL
FALLECIMIENTO
DEL CORONEL EP PEDRO
PORTILLO SILVA
15
DE JUNIO DE 1916 – 15 DE JUNIO DE 2016
A manera de Presentación
La historia, no es un simple registro de fechas o de
nombres. La historia quiere que comprendamos el pasado tal como fue.
Comprendiendo el pasado, comprenderemos también nuestra realidad presente.
Los hombres y los pueblos que no tuvieron recuerdo y
memoria propia, serían como seres aislados en el tiempo y en el espacio, sin
rumbo y sin precisión. El recuerdo es parte de la vida misma. El pasado no
muere, no desaparece, porque subsiste en el presente dentro de la comunidad
histórica.
Hoy que estamos empezando la segunda década del siglo
XXI, es cierto que no estamos frente al pasado, como también es cierto que no
podemos ser ajenos a él, porque el pasado vive en nosotros y no como un
recuerdo distante, sino que aparece de verdad como parte de nuestra vida
actual.
Todos, somos frutos de la historia en la obra de
nuestros padres, bajo la visión de Dios y el irrenunciable uso de la libertad
que El nos ha concedido y, debemos conservarla con dignidad y honor; porque
somos herederos de una historia digna que debemos realizarla con la esperanza
de un mundo mejor para nuestras familias.
La biografía, es la historia de un hombre determinado,
desde su nacimiento hasta su muerte.
La historia de un pueblo es, asimismo, una inmensa
biografía, o mejor aún, una epopeya, o
un drama que contiene una multitud de biografías.
Este pequeño folleto que hoy presento, es fruto de un
trabajo de investigación realizado con emoción y cariño a nuestro querido
pueblo de Huaura, debidamente documentado y en un estilo sencillo que
constituye un humilde aporte para conocer la vida y acción de un Ilustre hijo
de Huaura: Coronel EP Pedro Portillo Silva, en los múltiples momentos de su
vida que despertarán gran interés de los lectores.
Finalmente, invoco a mis buenos paisanos, conocer la
historia y geografía de nuestro querido e histórico pueblo de Huaura, para que,
conociéndolo, amarlo, y amándolo, esforzarnos por coadyuvar a su desarrollo y
progreso
José Jorge Nava Pittaluga
Coronel EP Pedro Portillo
Silva
Nuestro hermano mayor, Coronel Pedro
Portillo Silva, ilustre peruano, nació en la villa de Huaura el 1° de agosto de
1856[1] y, Vícttima de una penosa enfermedad falleció el jueves 15 de junio de 1916, a los
sesenta años, en la calle Patrocinio Nº
20, en Lima, Perú.
El Diario “El Comercio” (edición de la tarde) al comentar su deceso
dijo, el jueves 15 de junio de 1916:
“Sus
trabajos de explorador pudieron completarse cuando emprendió un viaje a la
región de Madre de Dios, en su carácter de ministro de fomento; los sucesos
políticos de esos días impidieron el desarrollo de esa expedición, quedando así
inconclusos los estudios del coronel Portillo sobre las regiones de los grandes
ríos peruanos.
Tanto
en la sección de Loreto, como en la de Ayacucho, levantó mapas completos con
datos abundantes y comprobadas anotaciones. De carácter sencillo y afable,
gozaba de generales simpatías. En estos últimos tiempos era víctima de una
oscura y dolorosa enfermedad que ha originado su trágica muerte, ocurrida en su
casa habitación de la calle El Patrocinio número 20, en Lima.
Obras:
Las montañas de Ayacucho y los ríos
Apurimac, Mantaro, Ene, Perené Tambo y Alto Ucayali (1901); Apuntes de la
Historia de Huamanga y estado actual de la diócesis (1903); Mapa del Perú
(1906); “Contribución a la Geografía de Loreto”, en “Boletín de la Sociedad Geográfica”,
tomos XXIII y XXIV, 1901 a 1904 (1909); Departamento de Madre de Dios”, en
“Boletín de la Sociedad Geográfica, tomo XXX (1914); y Memoria que presenta al supremo gobierno el
ministro de fomento en comisión especial al Madre de Dios (1915).
En la historia de los descubrimientos
geográficos en el Perú, el coronel Pedro Portillo Silva ocupa lugar distinguido
por la importante labor que realizó como prefecto de los departamentos de
Ayacucho y Loreto, explorando él mismo los principales tributarios del
Amazonas, fomentando los viajes de estudio en nuestra zona oriental y trazando
el mejor mapa de la región amazónica del Perú, posterior al del prominente
investigador, naturista, geógrafo, explorador, escritor y catedrático italiano,
Giovanni Antonio Raimondi Dell’Acqua (Milán Italia, 19 de septiembre
de 1824 -+San Pedro de Lloc, Perú, 26 de octubre de 1890), quien tuvo como especialidad un profundo y
esmerado estudio de la fauna, flora y geología peruana. Radicado en el Perú fue
catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.
Sus trabajos de exploración fueron de vital
importancia, ya que perfeccionaron y complementaron las observaciones
geográficas del sabio italiano Antonio Raimondi. Hizo aportes valiosos para
el Boletín de la Sociedad
Geográfica de Lima.
Su
labor como geógrafo ha sido reconocida por distintas personalidades como Jorge Basadre, quien cita que un funcionario
colombiano aseveró que si el Perú conservaba el Putumayo en realidad se lo
debía a Pedro Portillo Silva.
Asimismo Víctor Andrés
Belaunde lo calificó
como el Requena del
siglo XX “por su sentido imperial, la misma audacia, semejante talento
ejecutivo e idéntica visión certera sobre los destinos de Maynas”. (Los dos últimos párrafos de esta página: Juan Castañeda Murga
en Forjadores del Perú).
Fueron sus padres: don Juan Pablo
Portillo y doña Juliana Silva. Bautizado en la iglesia Parroquial de San
Antonio Abad de Huaura, como veremos en su registro de bautizo:
Registro de bautizo de
Pedro Portillo Silva
El
Libro Parroquial de bautizo dice:
“En esta Iglesia parroquial de San Antonio Abad de
Huaura, en tres de agosto de mil ochocientos cincuenta y nueve. Yo el infrascripto
cura interino, exorsisé, puse óleo y crisma a Pedro, hijo natural de don Pablo
Portillo y de doña Juliana Silva.
Fue su padrino de agua don Dionicio Jiménez, y de óleo
don Adolfo Salinas. Testigo, don Manuel Pérez, de que doy fe. (Firmado) Juan
Pablo Portillo. (Firmado) José María Gómez Miro[2]”.
Falleció el jueves 15 de junio de 1916, en la calle Patrocinio N° 20, Lima-Perú[3].
El dato histórico del historiador don
Jorge Basadre Grohmann (Tacna, Perú, 12 de febrero de 1903 - Lima, 29 de junio de 1980), especifica que el Coronel EP don Pedro Portillo Silva, vio la
luz por primera vez en Huacho; pero, esto refiriéndose a Huacho como capital de
la provincia de Chancay, porque la cuna de su nacimiento fue, es y será siempre
la Villa de Huaura.
*El Coronel Pedro Portillo Silva fue soldado desde su
juventud, y de los primeros en alistarse entre los defensores de la patria al
estallar la guerra del guano y el salitre, cuando Chile nos formuló su
declaratoria de guerra el 5 de abril de 1879. Pedro Portillo Silva marchó al
sur en la división del general don Manuel Gonzáles de La Cotera, concurriendo a
las jornadas de San Francisco (19 de noviembre de 1879) y Tarapacá (27 de
noviembre de 1879).
Fue oficial de artillería de las baterías del morro, a
las órdenes del coronel Francisco Bolognesi Cervantes, destacando como uno de
los bravos oficiales que defendieron la plaza de Arica el 7 de junio de 1880.
Posteriormente sirvió en los gobiernos del general
Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, de don Nicolás Fernández de Piérola y
Villena y del Ing. Eduardo López de Romaña y Alvizuri, hasta alcanzar el grado
de coronel de Infantería. (*Dic. HIst. Y Biog. Del Perú).
Cuando Pedro Portillo Silva nació, era presidente
del Perú el general Ramón Castilla y Marquesado. Ese mismo año el presidente
Castilla había –prácticamente- fundado en el río, la selva, la historia, y
leyenda, a Loreto departamental.
Curiosa coincidencia si consideramos que años después
el coronel Portillo fue uno de los más decisivos promotores del progreso del
Nor-Oriente Peruano, descubridor de sus inexploradas rutas fluviales y que,
consolidando límites y la peruanidad de sus territorios, ha sido y es uno de
los más auténticos creadores del futuro de nuestra Amazonía. Tal vez para
muchos “un ilustre desconocido”.
-Desde los viejos tiempos coloniales la Amazonía era
más que una Región concreta, una especifica demarcación territorial, una
entidad política. Era, mas allá del mapa geográfico, una importante porción del
Perú, inédita, virtualmente desconocida que como un lejano continente verde se
extienda desde las estribaciones orientales de los Andes, hacia un
infinito espacio que tocaba los limites con los países vecinos.
Aquel país amazónico que se conocía mas por las
fabulas y el mito, las crónicas fantasiosas, el testimonio de los cronistas y
las versiones de frailes y misioneros, necesariamente tenia que permanecer
alejado de la nación conocida; aquella que centralizaba la metrópoli capitalina
y los gobiernos imperantes. Mas que una demarcación política eres un reino
inmenso de manigua impenetrable, que surcaban caudalosos ríos, que albergaba
gigantescos bosques, en los que la mano de Dios había puesto por igual seres,
animales muy bellos, como fieras amenazantes.
La Amazonía era la selva novelesca de la que se había
expuesto relatos esperanzados como temibles. Pero en la conciencia del hombre
peruano, sobre todo, en sus corazones latía la esperanza de ir a la conquista
de esa tierra anegada de promisión.
Llegar a la selva y más concretamente a territorios
que eran nuestros, más que la invitación a emprender una gran empresa,
significaba tentar e reto de una casi imposible aventura.
Entre la fantásticamente desmesurada versión de la
riqueza de El Dorado y la realidad un tanto desilusionante, de
ámbitos inhóspitos, habitados por tribus salvajes, fieras, y peligrosos
reptiles; había que trasponer la temida frontera y llegar a la
incorporación del reino de la Amazonia a la integridad del país total. A la
incorporación de este reino al gobierno de la patria, a su desenvolvimiento
económico, a su desarrollo socia, a la vida común entre todos los peruanos, y
prácticamente, la autentica y real conquista de la amazonía peruana, que
había sido explorada y estudiada a medias, comenzó históricamente cuando
ese prominente soldado, estadista y visionario que fue don Juan Ramón Castilla
y Marqusado, de un solo decreto supremo, el 07 de enero de 1861, época de su
segundo gobierno, para crear el departamento de Loreto. Pero, cuatro años
antes en 1857 y también por decreto supremo, creo la provincia litoral de
Loreto con su capital Moyobamba. El posterior decreto de 1861 elevo a Loreto al
rango de Departamento, Fluvial y Militar; Y, sobre todo, Castilla ordeno que se
reconozca a Iquitos como capital fluvial de Loreto.
El Mariscal Castilla que, como su antecesor el general
José Rufino Echenique Benavente (16-XI-1808 – 16-06-1887), que llevaba presente
a su calidad de gobernante una innegable vocación amazónica, consideró
que siendo el mejor medio para ir a la conquista de la amazonía construir
barcos para la navegación en los ríos, mando fabricar naves de este tipo en
Inglaterra, pues, había que “rutear” los grandes ríos y explorarlos.
Cuando llegaron al Morona y Putumayo, así como el
Napo, todos ellos llevando el nombre de afluentes del gran Amazonas, hacía
realidad la construcción del apostadero de Iquitos que, a la vez, constituyó en
el nacimiento de nuestra gran capital amazónica. Se realiza entonces el
milagro de iniciar la conquista de la selva impenetrable. Saludamos aquel año
histórico de 1861 en que mas allá del misterio de apertura, la
realidad. Otros grandes departamentos de selva como Huanuco, San Martín y Madre
de Dios tienen fundación política después de Loreto.
Solo Amazonas fue creada por ley del 12 de Noviembre
de 1832, casi tenia 30 años antes que Loreto. Pero, en 1980 surge un
nuevo pujante departamento de selva, el decreto ley 23099 dictado en 1980 el 24
de junio, crea el departamento de Ucayali, cuya capital es Pucallpa y que
integran las provincias de Coronel Portillo, Padre Abad, Purus y Atalaya. Este
nuevo, progresista, fecundo departamento, antes había pertenecido en
demarcación, gobierno, y limites, a Loreto. (*Infomación General de la Región Ucayali
GOBIERNO REVOLUCIONARIO CREA EL DEPARTAMENTO DE
UCAYALI
Provincia Coronel Portillo
El coronel Pedro Portillo Silva, sobrevive a un
destino aventurero y aciagamente terminado, entregando la maravillosa heredad
de su nombre y su obra, para que sea la provincia secular -y a la vez principal
del departamento de Ucayali, extensa
provincia que cruza el río Ucayali engrosando el caudal en la medida que avanza
aguas arriba-, lleva el nombre del ilustre peruano: Coronel Pedro Portillo
Silva.
A más de combatiente, autoridad y viajero, fue un
visionario; un descubridor de horizontes que afirmó más allá de la quimera -tras la espesura de la manigua, la
hostilidad de los climas, la turbulencia de los ríos-, la superficie real y
física de la amazonía.
Se debe -sobre todo-, al coronel Pedro Portillo Silva,
el ensueño magistral de reafirmar sobre el terreno, señalando hitos en las
extensiones de nuestra selva que se debatía en tratados internacionales. Su
patriotismo, su ilimitada vehemencia, y su porfía, lo impulsaron a defender
aquello que él decía es peruano desde los orígenes de la personalidad, suelo y bosque,
ríos y cielos del Perú.
Don Pedro Portillo Silva, gran constructor de este
país, fue hombre culto e ilustre, estadista emprendedor y honorable, pujante
promotor de empresas materiales y espirituales, no es notoriamente conocido.
El historiador Dr. Jorge Basadre Grohmann, le dedica
dos capítulos en su “Historia de la República ”, no sólo para recapitular sus
gestiones en la prefectura de Loreto y Ayacucho sino su intervención como
Ministro de Fomento, resaltando sus dos
gestiones, durante los años de 1891
a 1896 y luego en 1901 a 1904. Fue sabia y afirmativa su
administración de tan vastos como enmarañados territorios.
El historiador Dr. Raúl Porras Barrenechea, señala que
el coronel Portillo fue “El gran coordinador de las investigaciones de la inmensa
red de los planos del curso de los ríos, a base de observaciones astronómicas y
formando con ellos un Mapa General del Perú (1906) y el Atlas de Loreto (1908),
que prestigian la
Cartografía de su época”.
Entre sus colaboradores aparecen los marinos Pedro
Buenaño, Oscar Mavila, Enrique Espinar, Numa Pompílio León, Germán Stiglich,
Zavala, Donayre, R. Rossel, Kruger, el explorador Hassel y los Cartógrafos
Rafael Baluarte, Camilo Vallejos y Carlos Hoempler.
El coronel Pedro Portillo puso las bases del
conocimiento científico de la hidrografía amazónica, a la vez que, los hitos de
la posesión peruana en todos los afluentes septentrionales del río Marañón. “A
más de combatiente, autoridad y viajero, Pedro Portillo fue un visionario
descubridor de horizontes. . .”.
De otro lado, el Dr. Víctor Andrés Belaúnde, afirma
que “Pedro Portillo Silva no sólo fue un administrador progresista y celoso,
sino el valiente explorador de casi todos los ríos de la región, entre ellos el
Marañón, Ucayali, Amazonas, Putumayo, el Yurúa y el Pachitea, el Tigre, el
Morona y el Pastaza. El puso su despacho prefectural en los vapores, las balsas
y canoas que remontaban para tomar directo conocimiento de la realidad de
aquellas comarcas”.
“. . . . Fue uno de los más decisivos promotores del
progreso del Nor-Oriente Peruano. Descubridor de sus inexploradas rutas
fluviales. . . . . . . consolidando
límites y la peruanidad de sus territorios. . . . . . ”.
El coronel Portillo, fue uno de los sobrevivientes de
la epopeya de Arica el 7de junio de 1880.
En 1891 siendo presidente de la república el general
Remigio Morales Bermúdez, Pedro Portillo estuvo un año ocupando la cartera de
Fomento, cargo al que regresó en 1906, siendo presidente del Perú don Nicolás
Fernández de Piérola y Villena.
José Jorge Nava Pittaluga
Subprefecto de la Provincia de Chancay,
capital Huacho
hoy Provincia de Huaura,
capital Huacho
Como buen hijo del histórico distrito de Huaura,
siendo subprefecto de la provincia de Chancay (1895), se preocupó por la
educación, progreso y bienestar de la tierra que lo vio nacer; que abonan aún
más a su brillante carrera como soldado de la patria, autoridad, hombre culto e
Ilustre, estadista emprendedor y honorable señor.
Importantes donaciones
para las escuelas elementales municipales
Aquí, algunos de sus aportes para su empobrecido y
olvidado pueblo de Huaura:
Dona un costoso
Mobiliario para la escuela elemental municipal de varones Nª 4115 de
Huaura (Luego Escuela de Segundo Grado de Varones Nª 414)
Mediante oficio al señor Inspector de Instrucción del
Concejo Distrital de Huaura, fechado el 6 de mayo de 1895, leído en sesión
ordinaria de la fecha arriba indicada,
adjunta una nota por la cual se manifiesta que, el señor subprefecto de
la provincia de Chancay, coronel Pedro Portillo Silva, pone a su disposición y para uso de la
(escuela elemental municipal Nº 4115), escuela de varones de esta villa, un
costoso mobiliario que ha mandado traer de Lima.
(Al respecto, se resolvió se contestara a tan distinguido señor subprefecto en los
términos más honrosos que, a su carácter y especial celo en favor de la
juventud le corresponde[4].)
Obsequia 50 faroles para iluminar la Villa de Huaura
“En sesión ordinaria del Concejo Distrital de Huaura,
de fecha 26 de mayo de 1895, el señor alcalde don Pedro Cerreño da lectura a un oficio enviado por la
subprefectura provincial de Chancay, en que el Sr. Subprefecto coronel Pedro
Portillo Silva, comunica haberle remitido con el señor Vicente Gómez, cincuenta
faroles con todos sus útiles, pescantes y hasta el abono para su colocación,
expeditos para encenderlos, cuya suma había sido satisfecha por la
ex-comandancia, en la totalidad de S/ 345.00 (Trescientos cuarenta y cinco y
00/100 soles plata). (Faroles que tanto necesitaba Huaura, para iluminar su
única “Calle Real”, hoy avenida General San Martín). “Haciendo presente además
el Sr. Subprefecto, que si la villa de Huaura cree que puede serle útil en algo
más, estaba pronto.
(“Se acordó,
fuese contestada en los mismos términos, tan satisfactorios como había sido su
lectura, y que se archivase”. (Sic)[5].
Más obsequios para las escuelas elementales municipales
de Huaura
Seis meses después, “en sesión ordinaria del Concejo
Distrital de Huaura de fecha 3 de noviembre de 1895, se da lectura de un oficio
del señor subprefecto, don Pedro Portillo Silva, en el que comunica al Sr.
alcalde distrital don Pedro Cerreño, se sirva recabar del Honorable Concejo
Provincial de Chancay (hoy de Huaura), dos bufetes o carpetas y cuatro bancas;
obsequio de la ex-comandancia a las dos escuelas elementales de este distrito
y, que el Honorable Concejo Distrital se sirva distribuirlas, según deja
anotado. “La
honorable Junta acordó, contestar al Sr. subprefecto en términos satisfactorios
al respecto que motiva el oficio en referencia. Sic
Una nueva vía para Huaura
“En la misma sesión (3-XI-1895), se dio lectura otro
documento en que el Sr. subprefecto, coronel Pedro Portillo Silva, comunicando
al Sr. alcalde don Pedro Cerreño, que en el día proceda la corporación, a abrir
al tráfico la nueva vía, lo cual una vez conseguido, daría por resultado la
inmediata colocación de las veredas de esta localidad. “Se acusó recibo y al
archivo. (Sic).
Solo existían dos caminos adyacentes a la calle Real
(Hoy, General San Martín), el “Olivar” y el “camino de la quinta”, como se
menciona en sesión del sábado 10 de julio de 1897, siendo alcalde el Sr.
Fernando Umbert, donde se acuerda: “notificar al administrador de la hacienda
Humaya, haciéndole ver que no era conveniente que las carretas pasen por el
camino del “Olivar” (pasaba
por el callejón de San Francisco; hoy Avda. San Francisco.
Las carretas al voltear por la Calle Real , afectaban y
malograban constantemente el puente de “el Sausal” ubicado a la altura de la
actual comisaría de la PNP ;
el de la Plaza San
Martín, etc.), sino por el camino de la “Quinta” (Camino conocido y usado hasta hace algunas
décadas, ubicado en la parte posterior del balcón de San Martín; el mismo que
se dirigía hacia el norte pasando por la hacienda “el Ingenio”, hacienda
“Loza”, Mazo, etc.), y que se le daba un plazo hasta el 20 de julio para
que pasen por donde hoy lo hacen; siendo peligroso y aun perjudicial para la
población”.. . (Sic).
No hay información sobre la
nueva vía a la que se refiere el coronel Portillo, pero sí mencionar que, la
próxima calle que se abrió después de la Real (Hoy Generalísimo
José de San Martín) en época del
Sr. Alcalde don Juan Luis Barrera Grados, es la avenida “Coronel Pedro Portillo
Silva”, que corre paralela a la avenida San Martín, y es sólo para el
transporte pesado.
Prefecto de Ayacucho
Entre los prefectos progresistas de este período se
destacó el coronel Pedro Portillo en Ayacucho. La ley de 16 de setiembre de
1891 había creado el impuesto de alcabala de la coca cobrable en las provincias
de Huanta y La Mar ,
a razón de 40 centavos cada 12 kilogramos de hojas que se extrajeran de sus
valles, con las siguientes finalidades:
1°.-Construir un camino de herradura desde la capital
de Ayacucho hasta el puerto Bolognesi en el río Apurímac.
2°.-Hacer puentes y caminos en el departamento.
3°.-El establecimiento de colonias y el fomento de la
navegación fluvial.
4°.-La refacción del acueducto que alimentaba de agua
potable a la capital.
5°.-Levantar puentes de cal y piedra sobre el río
Pampas que baña y separa los departamentos de Ayacucho y Apurímac.
Desde que se promulgó esta ley hasta el 18 de enero de
1896, en que tomó posesión de la prefectura el Coronel Portillo, no había
existido autoridad que se atreviera a cobrar el impuesto de la coca. Pedro
Portillo lo estableció.
Se recuerda su gestión de cuatro años por ello y,
también por la colocación de puentes de alambre interprovinciales en los ríos
Pongora, Pampa y Huarpa; la obra preliminar del puente nuevo sobre el río
Mantaro y los puentes departamentales de Trapiche y Totorobamba en el camino de
Ica; *Los dos caminos principales de Ayacucho al río Apurímac, efectuando
varios viajes de reconocimiento en las zonas inexploradas de la región y comprobando
la navegabilidad del río Apurímac fundó varios puertos fluviales (Huaura y
Bolognesi en las márgenes del Apurímac; Carranza sobre el Mantaro y, Raymondi
en la confluencia del Tambo y el Urubamba; la mejora de las rutas transversales
e interiores del departamento; el aumento de agua potable a la
capital del departamento; el viaje
por los ríos Apurímac, Ene y El
Tambo después de dos giras de reconocimiento preliminares[6].
José Jorge Nava Pittaluga
Monumento a la gloria de
Ayacucho
Asimismo, debemos recordar como importante obra del
Coronel EP Pedro Portillo Silva, la erección de un monumento en medio del
escenario donde se llevó a cabo la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de
1824; sin ley de Congreso, sin partida de presupuesto, sin recursos.
Después del asesinato del Presidente don José Balta el
26 de julio de 1872, sobreviene al Perú una crisis económica, que se va
ahondando año a año, en forma pavorosa y que nos lleva al desastre, al colapso
en 1879 en que estalla la guerra del Pacífico. Al quedar desocupado nuestro
territorio de la abusiva invasión chilena a mediados de 1884, la
desorganización del país y de sus instituciones fue completa.
En pleno período de reconstrucción nacional, el año de
1897, el prefecto de Ayacucho, coronel Pedro Portillo Silva, afronta la
obligación moral pendiente con los próceres del campo de Quinua y, movido por
su espíritu patriótico, cumple, a costa de grandes sacrificios, con levantar en
el campo de la gloriosa batalla, en la zona en que se firmó la capitulación, un
monumento recordatorio de aquel
magnífico y esplendoroso hecho de armas.
Merecedor el coronel Portillo de todo elogio y del
agradecimiento de la nación por su noble gesto, el monumento por él inaugurado
no era, ni podía ser, la pirámide monumental que el apoteósico triunfo de
Ayacucho exigía. Bolívar, en su decreto de 27 de diciembre de 1824, había
dispuesto que, “en el mismo lugar de la batalla se levantara una columna consagrada a
la gloria de los vencedores, en la que “la gratitud del pueblo y del gobierno
se esforzaran en prodigar la riqueza, el gusto y la propiedad”
Sin embargo, el modesto monumento del coronel
Portillo, inaugurado el 28 de julio de 1897, subsistío y ante él la Patria y las naciones
bolivarianas, junto con los países amigos, rindieron el 9 de Diciembre de 1924,
los grandes honores recordatorios que merecía el Centenario de la gran batalla
que alejó para siempre del continente la dominación colonial, consolidando la Independencia del
Perú y la de los demás pueblos de América
del Sur, que habían dependido de la
corona de España.
El referido monumento, que aunque carcomido y reparado
ha subsistido, tenía una altura de 8 ½ metros desde su base hasta la cima. De
forma cuadrangular medía 100
metro de largo por cada uno de sus lados. Su material
era de granito en la base y yeso y otros materiales corrientes en su
estructura.
En los costados de la base se colocaron cuatro
lápidas: la del frente con la batalla de Ayacucho; la del respaldo con la
batalla de Junín; y la de la derecha con la siguiente leyenda:
9 de Diciembre de 1824
Aquí al pie del altivo
Condorcunca se decidió
La terrible contienda entre la Libertad y la Servidumbre.
Aquí Sucre, La
Mar , Córdova, Miller, Lara, Gamarra,
Vencieron en nombre de la emancipación de un
Continente
a los que en Bailén abatieron el vuelo de
águilas francesas.
Aquí Castilla, Morán, San Román, Tudela,
Nieto, Vivanco,
Salaverry y cinco mil héroes de la América del Sur
nos dieron Patria y Hogar rompiendo las
cadenas
de trescientos años de esclavitud.
¡Generaciones venideras:
Postraos en este lugar de gloria y
heroísmo
Para retemplar vuestra fe en los altos
destinos de la América !
Mandado construir por el Prefecto
de Ayacucho, Coronel Pedro Portillo Silva. Se inauguró el 28 de Julio de 1897,
siendo Presidente de la
República , don Nicolás Fernández de Piérola y Villena.
Este monumento oportunamente
reparado en varias ocasiones en que estuvo por caerse, a causa del transcurso
del tiempo y de los años de construido, ha sido sustituido por la pirámide,
bella y majestuosa, que fue inaugurada el 9 de diciembre de 1974, fecha
sesquicentenaria de la grandiosa epopeya de Ayacucho[7]
El 24 de octubre de 1973 se dicta el Decreto Ley N°
20191[8]
que manda se constituya una Comisión Mixta Peruano-Venezolana, del más alto
nivel, con encargo de planear, dirigir y controlar las actividades y ceremonias
conmemorativas al Sesquicentenario de la batalla de Ayacucho y la ejecución de
las obras que se lleven a cabo para perennizar la memoria de los héroes que
hicieron posible la emancipación.
Esta comisión va a festejar con el mayor esplendor la
grandiosa efemérides, inaugurando el 9 de diciembre de este año de 1974, día
del glorioso aniversario, la monumental pirámide de la Comisión Nacional
mandó erigir en el campo de Quinua, para perpetuo recuerdo de la inmortal
jornada y de su trascendente significado. Y esa pirámide resplandecerá “la riqueza, el gusto y la propiedad”,
cumplimiento así el deseo del Libertador Simón Bolívar[9].
Actual obelisco de Quinua
Prefecto en Loreto
Cuando ejerció el cargo de prefecto en Iquitos, siendo
presidente Eduardo López de Romaña se le recomendó oficialmente que no se
ausentara por mucho tiempo de su fresca oficina. Pero él no era funcionario
para presidir actos oficiales en sillones de raso y cuero, ni para ser primera
autoridad de una capital que más se comunicaba con Europa que con Lima, la Iquitos de la era del
caucho que brindaba bailes con champán francés. Portillo se abalanzó de nuevo a
los ríos y navegándolos días enteros descubrió sus cauces y canales y los
territorios que lo orillaban. Extendió la diestra a los nativos y les llevó
medicinas y herramientas.
Fue un misionero laico que en lugar de la Biblia llevó los códigos
para leer y enseñarles, y las Winchester para hacerlos respetar.
La
obra del coronel Portillo en Loreto
Siendo Prefecto de Ayacucho,
inició y llevó a cabo una expedición que partió de esa ciudad el 18 de mayo de
1900; exploró las montañas del departamento, centro de posible desarrollo de
grandes alcances regionales y nacionales y, navegó por los ríos Apurímac, boca
del Mantaro, Ene, boca del Perenne, Tambo, boca del Urubamba, Alto Ucayali,
boca del Unini, Pachitea y Pichis, que también recorrió. Los detalles de esta
hazaña se encuentran en la
Memoria del 31 de diciembre del mismo año, la que fue objeto
de publicación oficial.
Entre junio de 1901 y agosto de 1904 Portillo tuvo a
su cargo la prefectura de Loreto, después de haber sido Ministro de Fomento. Su
labor alcanzó el relieve de lo notable. Viajó de Lima por la vía del Pichis.
Salió el 5 de abril y llegó a Iquitos el 4 de junio. No fue esta la ruta que
satisfizo más a Portillo sino la de Paita al pongo de Manseriche y en el
Centro, la del Perené. Desde Iquitos, Portillo fue un gran explorador de la
región.
En los años 1901, 1902, 1903 y 1904 navegó por los
ríos Marañón, Amazonas, Yaraví, Putumayo, Napo y la parte baja de los ríos
Tigre, Morona, Pastaza, Cangaza, Apaca, Potro y Cahuapanas; así como por todo
el Alto Yurúa, el Pachitea y el Pichis. Usó para ello la canoa, la balsa, la
lancha y el vapor de distinto calado. Estudió la navegabilidad de estas vías,
las distancias a Iquitos calculadas en horas de navegación y las condiciones
sanitarias de la zona visitada. Hizo mucho más. Formó el atlas del
departamento, verdadero monumento geográfico.
Defendió la soberanía peruana en territorios en
litigio al establecer puestos y lugares de irradiación; obra suya fueron, por
ejemplo, la comisaría de Tarapacá en el Putumayo en 1901 y la subcomisaría de
Arica y el caserío de Tacna, en la misma región. Puerto Portillo fue erigido en
el Alto Yurúa; pero ese nombre habría podido multiplicarse en muchos sitios. Con
el coronel Portillo en Loreto, el cerebro y la mano del Perú parecieron llegar
a distantes e inhóspitos lugares de la
selva: un cerebro lúcido y una mano suave y fuerte que implicaban el acierto y
la eficacia. La penetración extranjera se detuvo. El prefecto avisor fue tan
opuesto a ella, como a los crímenes de los gamonales. Al mismo tiempo
desarrolló la primera enseñanza con la partida de Lp. 45,000 especialmente
asignada para Loreto en 1904. Y, lo que hasta en nuestra época puede ser objeto
de atento estudio, señaló los lugares y las zonas que, a su juicio, eran los
más propicios para las pacíficas y fructíferas batallas de la colonización en
los terrenos de los ríos Ene, Tambo y Urubamba que desembocan por la orilla
izquierda del Alto Urubamba y sus afluentes Santiago, Cangaya, Huarico y Nieva.
El senador por Arequipa, don Juan José Reinoso al
hacer el elogio del coronel Pedro Portillo en su Cámara, en febrero de 1910,
exclamó: “¡Ha sido prefecto de Loreto y ha regresado pobre!”.[10]
La tumba del ilustre soldado, héroe, navegante y
probado señor, se encontró durante muchos años en uno de los cuarteles del
cementerio Presbítero Matías Maestro, en Lima, cerca de la cripta de los
héroes. Un signo de olvido y pobreza reunía el entorno de la sepultura de tan
prominente como olvidado gran peruano.
Hace poco como
resultado de una intensa campaña periodística, los restos de Pedro Portillo
Silva, fueron exhumados y llevados a Pucallpa, a un digno mausoleo en el
cementerio general de la ciudad.
El coronel
Portillo retornó así, por fin y para siempre, a la Selva que tanto amó,
precisamente en la capital de la provincia que lleva su nombre.
El pueblo de Pucallpa recupera
estatua pedestre del ilustre hijo
de la Villa de Huaura, coronel EP Pedro Portillo Silva
Por más de
nueve meses la estatua de bronce del Coronel EP. Pedro Portillo Silva estuvo
abandonado en los ambientes de Maestranza Municipal, por orden del ex alcalde
(e) Ulises Saldaña Bardales, en razón a la remodelación de la Plaza de Armas de
Pucallpa. Oscar Vásquez Alva, funcionario de la comuna portillana, expresó que
la insensibilidad de las autoridades y funcionarios de la gestión anterior
arrincono la estatua del insigne peruano que luchó en las batallas de Arica y
Tarapacá La estatua de bronce ha sido recuperada y actualmente se encuentra en
el jardín interior del primer piso del Palacio Municipal, donde le darán un
retoque de pintura. La estatua de Pedro Portillo, fue traída el año 91 del
Panteón de Los Próceres - Lima, por el entonces alcalde Don Alfonso Torres
Fernández. (Pamasan.Ucayali |LOCALES| 14-04-2011)
Huaura, su
tierra natal, tiene una avenida que lleva por nombre: Pedro Portillo Silva; y, por
histórica coincidencia fue el mismo Coronel Portillo -cuando desempeñaba el
cargo de Subprefecto de la Provincia de Chancay, capital Huacho-, quien mediante
oficio, leído en sesión ordinaria de concejo de fecha 3 de noviembre de 1895
comunicaba al Sr. Alcalde Distrital de Huaura, Sr. Pedro Cerreño proceda la
Corporación a abrir una nueva vía; obra que se llevó a cabo muchos años después, durante la gestión
edilicia del Sr. alcalde Juan Barrera Grados.
El Coronel
Portillo jamás imaginó que la calle que él ordenó se abriera; y, un colegio tuvieran
por nombre: Pedro Portillo Silva, perennizando así su destacada figuración en
la Historia.
Dr. Agustín Gamarra Dulanto
Hijo Ilustre de la Villa de Huaura
Nació en Huaura, el 1° de Mayo de 1867. Falleció en la capital el 23 de noviembre de 1934, a los 67 años de
edad. Tomó parte activa en la batalla de Miraflores, -durante la invasión chilena-,
combatiendo a la edad de 14 años en defensa de la integridad territorial y de la dignidad nacional,
resultando gravemente herido.
Terminado sus estudios en la facultad de Medicina el
año 1890, inmediatamente de obtener el título
correspondiente a Médico Cirujano, fue nombrado por designación especial
del entonces presidente de la república, coronel Remigio Morales Bermúdez, con
el alto grado de sargento mayor de sanidad, cirujano del batallón “Callao”,
sirviendo con igual grado en el batallón “Zepita” hasta el año 1894 en que fue
deportado a Bolivia por asuntos políticos.
A su retorno de dicha república, tomó parte activa en
el movimiento revolucionario que tuvo lugar un año después, tocándole
desempeñar destacada actuación en la toma de la ciudad de Arequipa, el 27 de
enero del mismo año.
Fue colaborador íntimo de don Nicolás de Piérola y es
de señalar, como prueba de la modestia que le era muy peculiar, el haber
renunciado en aquel entonces -no obstante abrumadora votación-, la diputación
por Arequipa, donde supo granjearse general simpatía.
El presidente Nicolás de Piérola y Villena, que
siempre supo aquilatar los méritos del Dr. Agustín Gamarra, lo designó para
ocupar la cartera fe Fomento a la que también renunció, dirigiéndose poco
después a Europa, de donde al retornar, se retiró definitivamente de su vida de
político, dedicándose a su profesión.
Sin embargo sus dotes personales de amigo sincero y
caballeroso, así como de profesional noble y desinteresado, pues, la mayor
parte del tiempo los dedicaba a atender gratuitamente a los pobres, hizo que
tuviese que aceptar la presidencia del cuerpo comunal en los pueblos de Huambo
y Huaura, durante muchos años.
El señor Adrián Cañas y Delgado (distinguido hijo de
Huaura), pronunció la oración fúnebre al ser sepultado los restos del extinto
en el cementerio general de Lima, a nombre de los hijos de Huaura[11].
Uso de la palabra del párroco de Huaura Dr. Carlos F.
Manrique Cervantes
En sesión extraordinaria de fecha 6 de marzo de 1936 convocada por el
Concejo Distrital de Huaura, bajo la presidencia del señor alcalde de la época
don Manuel Clemente Bisso Ibarola; nuestro distinguido y siempre bien recordado
párroco Dr. Carlos Félix Manrique Cervantes, haciendo uso de la palabra y en
una amplia exposición sobre las obras que creía
indispensable se llevaran a cabo en nuestro distrito, sugiere
entre otras, gestionar ante las autoridades correspondientes que las
escuelas de la localidad lleven los nombres de los hijos de este distrito que
han tenido destacada figuración en nuestra Historia, como son: el coronel Pedro Portillo Silva y
el doctor Agustín Gamarra Dulanto. Tan hermosa exposición y sugerencia, mereció
la aprobación unánime y el aplauso de todos los presentes.
Han transcurrido 75 años desde esta emocionante y
acertada intervención de nuestro recordado párroco, y los huaurinos no tenemos
un colegio que lleve el nombre de don Agustín Gamarra Dulanto.
Ante tan lamentable olvido, los huaurinos tenemos como
deuda pendiente recordar a su buen hijo y perennizar su Memoria, grabando su
nombre en una de las escuelas de nuestro pueblo y renovar cada año el más
sentido homenaje. Con ello, estaremos cumpliendo con un deber cívico que sirva
para inculcar en unos casos y estimular en otros, el espíritu patriótico que
debe guiarnos.
Durante su estadía en Huaura, el Dr. Agustín Gamarra
Dulanto, habitó el predio que a la fecha es propiedad de la familia Nicho
Zamudio (Frente al Centro Social
Deportivo Huaura, CSDH), lugar que sería ideal –con la venia de la familia
Nicho Zamudio-, colocar, siquiera, una placa recordatoria, y así cada año
rendir a su Memoria nuestro tributo de admiración y homenaje por ser nuestro
hermano mayor, modelo y ejemplo de generaciones y al evocarlo, le pedimos guíe
a los corazones huaurinos, proteja nuestro pueblo y nos conduzca por el camino
de su constante grandeza y prosperidad.
Finalmente, desde estas líneas, invoco
una vez más a nuestras autoridades edilicias, a las
autoridades del Programa Sectorial II, UGEL N° 9 Provincia de Huaura, capital
Huacho, a los señores Directores, Profesores y alumnos de los diferentes
Centros Educativos de Huaura Distrital,
“Cuna de la Independencia del Perú” y a todos y cada uno de sus
habitantes, se unan a esta cruzada y, juntos efectuar las gestiones pertinentes
en fiel cumplimiento con el histórico
pedido que el recordado Monseñor Carlos Félix Manrique Cervantes, a la sazón
Párroco de la Doctrina Cristiana del distrito de Huaura, hiciera al Sr. Alcalde
distrital en brillante y ovacionado discurso durante la sesión extraordinaria
municipal de fecha 05 de marzo de 1936; acertado pedido que los huaurinos compartimos plenamente:
“que uno de los colegios de este histórico distrito, lleve por nombre el de nuestro
Ilustre hermano mayor Dr. Agustín Gamarra Dulanto.
[1] Escalafón General del Ejército de Perú.
[2] Fuente: Archivo del obispado de Huacho.
Serie: Libros Parroquiales. Sub Serie: Parroquia San Antonio Abad de Huaura.
Libro de Bautizo Nº 15. Años: 1863-1867. Folio: Nº 112, que nos proporciona mi
distinguido y buen amigo Lic. Luis Alberto Rosado Loarte.
[3] El dato histórico, del Dr. Jorge Basadre,
especifica que el coronel Portillo Silva, vio la luz primera en Huacho, pero
esto como provincia. El distrito cuna de
su nacimiento fue y es Huaura.
[4] Sesión ordinaria del Concejo Distrital de
Huaura, de fecha 6 de mayo de 1895, presidida por el Sr. alcalde de la época
don Pedro Cerreño.
[6] * Enciclopedia Ilustrada del Perú, tomo
V, 2da edición 1988, Alberto Tauro.
[7] Fue en el gobierno constitucional del
presidente coronel José Balta que se expide la primera y única ley que en forma
clara, terminante y expresa, ordena se “proceda a dar cumplimiento al artículo
4° del decreto dictatorial de 27 de diciembre de 1834, mandando erigir una
pirámide en el campo en que tuvo lugar la gloriosa batalla de Ayacucho”. La ley
la promulga el presidente Balta el 10 de setiembre de 1870.
[8] Comisión Peruano-Venezolana conmemora el
Sesquicentenario de la batalla de Ayacucho.
[9] Monumento a la Gloria de Ayacucho. Gerardo
Arosemena Garland. Lima, abril de 1974. Año del Sesquicentenario de las
batallas de Junín y Ayacucho.
[11]Datos
biográficos tomados del diario “La Crónica ” de Lima, por don Isaías Nicho Rodríguez
y, publicado en el quincenario “La
Voz de Huaura”, página N° 2 del 9 de diciembre de 1934.
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