Julio, un
gladiador de la literatura, lo digo así porque lo comparo con esos luchadores
enormes, que en la arena daban todo de sí, incluso su vida por el ideal de
salir campeones y vencedores.
Me ha
encomendado una tarea durísima, de hacer el prólogo a su obras: “Cuentos
Huachanos” y lo he aceptado por la gran amistad que nos une, quizás este a su
altura y mis letras no sean anestesiadamente aburridas.
Cuentos
que por supuesto los ha elaborado con la picardía propia de los grupos de
música tropical que en su Huacho querido sin duda deleitaban a todos y a todas,
es que como una especie de timbalista literario marca el compás y el ritmo de
sus letras para deleitarnos en un pasado idílico.
Ya que su
pluma como una especie de máquina del tiempo, nos devuelve al presente todo una
serie de acontecimientos pasados, y sin cuyo rescate se sepultarían en un
cementerio inaccesible para las futuras generaciones.
Es que
Julio comprende y sabe que el desarrollo de una sociedad tanto en el campo
espiritual, material y cultural, consiste en detenerse en el camino para
reflexionar en relación a sus hechos, a las personas que dejaron su legado,
esas luchas de brazos obreros, los artistas que deleitaron en su momento con
sus obras a la naturaleza de un mar huachano, bravío y sobrio que con sus
espumas golpean las arenas de una civilización fuerte tan fuerte como las
glorias de sus deportistas o de la mujer que armada de su amor de madre
proyecta reivindicaciones.
Y julio a
más de entregarnos fotografías históricas, nos entrega pedazos de su alma
cuajados en los recuerdos de su niñez y adolescencia “Como no acordarme de mi
colegio 413 bendito” o este otro que vuela por el tiempo histórico “Así mismo
el pueblo de Huacho conjuntamente con el primer soldado peruano Francisco Vidal
Laos integrante del batallón de infantería “Numancia” lucharon por nuestra
independencia venciendo a las huestes realistas bajo la arenga “con días y
ollas venceremos” días después el 27 de Noviembre de 1820 desde el histórico
balcón de Huara don José de San Martín proclamaría por primera vez la
independencia del Perú, o este otro rescatando del anonimato nombres de obreros
“Dios quiso que en este suelo bendito nacieran personajes eternos en la historia
política de nuestra ciudad como: Irene Salvador de Lino, Manuela Díaz Chaflajo,
Filiberto Cherrepano y Ceferino Ramírez quienes murieron por la lucha de las
ocho horas diarias de jornal”
En fin sus
cuentos de los cuales me atrevería a decir que muchos de ellos se salen de esta
definición clásica porque con su tintura exquisita como un buen café de la
tarde llevan entre sus entrañas verdades
de sucesos reales como PedroAlcántara el Luis Pardo Huachano una especie de Robín
Hood criollo, defendiendo la justicia a su modo, al respecto pongo que en la
parte Sur del Ecuador y específicamente Loja existe la memoria de Naún Briones
un fugitivo de la justicia que robaba a los pudientes para entregarlos a los
menos favorecidos de la Sociedad.
Pero
también su pluma es sensible plasmándola en la Derrota del Dictador con un
poema al final dedicado a la memoria de Pedro Yauri Bustamante un periodista
huachano asesinado, lectura con la cual nos lleva a la reflexión de todos los
ciudadanos del mundo que rechazamos este tipo de prácticas, y que a mi modo de
ver debería finalizarse con el presente de que estas personas que en un momento
determinado tuvieron el poder en sus manos ahora yacen encarcelados y enfermos.
Y para
concluir en Función de la Palabra: “El escritor debe ser el ejecutor de la
palabra libre” así es Julio y con tu trabajo cumples fielmente este precepto.
Gracias
por tenderme la mano y hacer que mis letras puedan expresar algo de tu trabajo.
Atentamente:
Patricio
Guzmán Cárdenas.
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