Para el poeta y maestro José Pablo Quevedo
El eco de unos versos
regresa.
Recorre los pasos de un
poema.
La palabra dormida entonces se
hace vida.
Corta el aire oscuro
de un humo-muerte que se
filtra tras los huesos.
La palabra dormida
retumba
buscando un árbol verde,
un pez vivo en aguas de
mercurio.
Porque el eco limpia,
el poema salva,
combate,
florece.
Un abrazo!
Francisco Condori.
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