CAJATAMBINA INALCANZABLE
I
Cajatambina encantadora, aroma a campo y flores;
hermosa, preciosa, compasiva, alma de inmaculada;
encarnamiento perennizado de mis ilusiones,
luces admirada y delicada en este corazón.
II
Airosa, inquieta y dulce redimes mi esperanza,
Es cierto: Me sangran mis ojos de tanto mirarte,
me corre por el cuerpo un sudor imperturbable,
como si quisiera arrancarme las fuerzas de tu amor.
III
¿Cómo es verdad que los vientos llevan suspiros
que en los matorrales fecundos reinan las hadas?
¿Cómo es verdad que por la gloria rielan de contentos
y en nuestras vidas será posible que no nos amemos?
IV
Quiero brindarte estos versos quizás mal hilvanados,
entre las fugitivas y cadenciosas venturas.
cautiva prisión en la inmensidad de este cielo,
y afable acercarme a la sombra de los matorrales.
V
Ya con guitaras y sutiles mandolinas vibrantes,
músicas consagraré un eterno amor placentero,
amor por condición propia con olor a flor de campo,
quererte es mi destino y adorarte mi delirio.
VI
Más si el amor abraza las inexorables peñas,
Cual gavilán apea a su nido.
con fuerza extraña y románticas encenderé el fuego,
Para abrigarte las noches, de lindas estrellas y fogatas campestres.
zagasales, burbujas y estrellas fugitivas, veremos pasar
pero mi amor tendrá el néctar para adorarte y acobijarte con alma.
¡María Magdalena! Patrona de este pueblo,
conduzca mis plegarias al ser que tanto adoro,
pues yo soy el WACSHASH, rey admirador de tus florecillas,
mientras yo exista mis frases siempre te serán esplendorosas
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