Toco una mano
Toco una mano y toco
todas las manos de la tierra.
Nada es distinto de este rostro
Nada es distinto de este rostro
de esta voz instantánea
y la fuerza del corazón es también
un resplandor en el cielo.
El amor es idéntico
a sí mismo, yo soyuna multitud sobre la tierra.
Todo el amor es nuestro:
Todo el amor es nuestro:
toco una mano y toco
toda la hermosura.
Artículo que nos permite conocerlo un poco más:
Todo conspiraba contra el poeta Washington Delgado. El gris de la ciudad que se colaba por las persianas entre cerradas. Unas deshidratadas palmeras a su espalda. Un salón a medio llenar. El privilegio de iniciar a primera hora de la mañana el ciclo de conferencias y hasta el impertinente celular de alguien que no pudo desprenderse de ese aparato, que se convierte, a veces, en un saboteador profesional.
Pero Polimuia y Calíope, las musas de la poesía lírica y de la elocuencia, evitaron la conjura y el vate pudo disertar sobre el desarrollo de la literatura peruana, de su obra poética, de sí mismo.
"Pertenezco a una generación que se ha llamado la del 50 y en un estudio que hice sobre el escritor Julio Ramón Ribeyro, le pregunté y ¿por qué se llama la generación del 50?, 'porque se no publicó ningún libro importante, no apareció ninguna revista importante, no hubo cambio político importante'..Esto del 50 es algo inexplicable", manifestó el autor de Reunión Elegida, Un mundo dividido, Historia de Artidoro.
Con impecable traje y corbata, Delgado casi tuvo una conversación intima, más que una conferencia, con unas treinta personas que acudieron a la cita. Hizo un ameno recuento de las tres generaciones más importantes de Perú en la década del 50.
"..La modernista que empieza un descubrimiento del Perú, no tanto de la poesía. Perú venía de una tragedia terrible, había sido derrotado por Chile en una guerra cruenta y estuvo como casi cuatro años ocupado por tropas chilenas. Hubo un desbarajuste económico y está generación va ha contribuir a que el Perú, digamos, renazca", precisó.
Para ilustrar eso momento, citó una frase de Francisco García Calderon, calificándola de muy drástica, que decía: "El Perú se va a levantar sobre el polvo" y Washington Delgado agregó que "no sobre el polvo de las ruinas, sino sobre el polvo de las bibliotecas. Es una generación de estudiosos".
Después vino la generación del centenario, en la que de algún modo se inscribe César Vallejo, orientada hacia una meditación más profunda de ese país andino, con un mayor acercamiento a la tierra, y donde se da comienzo a una antropología y sociología. Con ella, también se desarrolla la poesía de vanguardia y la literatura.
Pero una revolución, varias guerras civiles y una dictadura frenan el esplendor de esa época."Como resultado de esto, los intelectuales fueron perseguidos, los libros prohibidos y durante un largo período, desde 1931 a 1945, el Perú fue un desierto intelectual, casi no había conferencias, la universidad se mantuvo cerrada tres años; no llegaban libros del exterior, había censura. Las posibilidades literarias eran muy pobres".
A partir de 1945 el país emerge y en el ámbito cultural se nota un mayor dinamismo: llegan películas del exterior, se presentan obras de teatro, se publican revistas, el recinto universitario recobra sus actividades.
"Y aparece esta generación del 50, en la cual casualmente estoy yo, uno nunca sabe donde nace, a donde va; que recoge de un lado, la herencia de la vanguardia y otra corriente que se inspira más en la generación del 27: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Miguel Hernández. Y yo, sin conocer mucho de literatura, comienzo a escribir y justamente el poeta que me impresiona es Pedro Salinas".
El poeta compartió con el auditorio cómo encontró en sus textos una poesía de meditación, por lo que "yo lo imité débilmente y escribí un primer libro, En forma de la ausencia, donde medito sobre la ausencia".
Con voz grave, leyó un poema y estos son fragmentos del texto:
"Tu cuerpo y la sombra en el silencio,es territorio de otro amor, no mío.El silencio, la sombra, destruyen tu figura.Destruída, la mirada no te exige ni el sueñoa hacer lo que no es.....Las palabras no dichas están aquí, presentes,lánguidas en tu altura que no quebró el silencioy el tiempo..."
Delgado después frecuentó otros poetas y su poesía se fue transformando. "Escribí un libro que se llama Guía del corazón, en que ya la ausencia ni el amor me ocupa, sino el mundo, la gente". De ello surgió su poema Un camino equivocado:
"Un camino equivocado es también un camino.No nos detendremos aunque la muerte nos espere,el cielo no es azul ni dorado el llanto....Más antigua que la noche, la muerte es una leyenda.Existe un lugar donde somos dioses...La tristeza es totalmente innecesaria,todo nos conduce a la alegría..."
Esos versos están vestidos de pesimismo y es porque, según explicó el poeta, vivió el duro período del régimen militar de Perú. "Pero yo no soy pesimista, me considero un optimista".
Pero Polimuia y Calíope, las musas de la poesía lírica y de la elocuencia, evitaron la conjura y el vate pudo disertar sobre el desarrollo de la literatura peruana, de su obra poética, de sí mismo.
"Pertenezco a una generación que se ha llamado la del 50 y en un estudio que hice sobre el escritor Julio Ramón Ribeyro, le pregunté y ¿por qué se llama la generación del 50?, 'porque se no publicó ningún libro importante, no apareció ninguna revista importante, no hubo cambio político importante'..Esto del 50 es algo inexplicable", manifestó el autor de Reunión Elegida, Un mundo dividido, Historia de Artidoro.
Con impecable traje y corbata, Delgado casi tuvo una conversación intima, más que una conferencia, con unas treinta personas que acudieron a la cita. Hizo un ameno recuento de las tres generaciones más importantes de Perú en la década del 50.
"..La modernista que empieza un descubrimiento del Perú, no tanto de la poesía. Perú venía de una tragedia terrible, había sido derrotado por Chile en una guerra cruenta y estuvo como casi cuatro años ocupado por tropas chilenas. Hubo un desbarajuste económico y está generación va ha contribuir a que el Perú, digamos, renazca", precisó.
Para ilustrar eso momento, citó una frase de Francisco García Calderon, calificándola de muy drástica, que decía: "El Perú se va a levantar sobre el polvo" y Washington Delgado agregó que "no sobre el polvo de las ruinas, sino sobre el polvo de las bibliotecas. Es una generación de estudiosos".
Después vino la generación del centenario, en la que de algún modo se inscribe César Vallejo, orientada hacia una meditación más profunda de ese país andino, con un mayor acercamiento a la tierra, y donde se da comienzo a una antropología y sociología. Con ella, también se desarrolla la poesía de vanguardia y la literatura.
Pero una revolución, varias guerras civiles y una dictadura frenan el esplendor de esa época."Como resultado de esto, los intelectuales fueron perseguidos, los libros prohibidos y durante un largo período, desde 1931 a 1945, el Perú fue un desierto intelectual, casi no había conferencias, la universidad se mantuvo cerrada tres años; no llegaban libros del exterior, había censura. Las posibilidades literarias eran muy pobres".
A partir de 1945 el país emerge y en el ámbito cultural se nota un mayor dinamismo: llegan películas del exterior, se presentan obras de teatro, se publican revistas, el recinto universitario recobra sus actividades.
"Y aparece esta generación del 50, en la cual casualmente estoy yo, uno nunca sabe donde nace, a donde va; que recoge de un lado, la herencia de la vanguardia y otra corriente que se inspira más en la generación del 27: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Miguel Hernández. Y yo, sin conocer mucho de literatura, comienzo a escribir y justamente el poeta que me impresiona es Pedro Salinas".
El poeta compartió con el auditorio cómo encontró en sus textos una poesía de meditación, por lo que "yo lo imité débilmente y escribí un primer libro, En forma de la ausencia, donde medito sobre la ausencia".
Con voz grave, leyó un poema y estos son fragmentos del texto:
"Tu cuerpo y la sombra en el silencio,es territorio de otro amor, no mío.El silencio, la sombra, destruyen tu figura.Destruída, la mirada no te exige ni el sueñoa hacer lo que no es.....Las palabras no dichas están aquí, presentes,lánguidas en tu altura que no quebró el silencioy el tiempo..."
Delgado después frecuentó otros poetas y su poesía se fue transformando. "Escribí un libro que se llama Guía del corazón, en que ya la ausencia ni el amor me ocupa, sino el mundo, la gente". De ello surgió su poema Un camino equivocado:
"Un camino equivocado es también un camino.No nos detendremos aunque la muerte nos espere,el cielo no es azul ni dorado el llanto....Más antigua que la noche, la muerte es una leyenda.Existe un lugar donde somos dioses...La tristeza es totalmente innecesaria,todo nos conduce a la alegría..."
Esos versos están vestidos de pesimismo y es porque, según explicó el poeta, vivió el duro período del régimen militar de Perú. "Pero yo no soy pesimista, me considero un optimista".
No hay comentarios:
Publicar un comentario