La libre expresión y pensamiento del hombre no puede estar sujeto a mordazas ni prohibiciones de ningún gobernante del mundo por mas poderoso que este pretenda serlo, en esta oportunidad es Puerto Rico, mañana será quizás otro país que pretenda controlar el pensamiento de los escritores libres de ideología entreguitas a favor de tal o cual señoríto romántico del poder.
La sociedad de Poetas de la Región Lima PROTESTA ENERGICAMENTE la prohibición de los Cinco libros de escritores, libres pensadores Puertorriqueños aunándose a la protesta general que en estos momentos se esta generando a nivel mundial.
El Dr. Raúl Gálvez Cuellar, Filósofo, Abogado y Poeta Peruano nos dice.
La libre expresión del pensamiento es un derecho inherente a la persona consagrado en los Arts. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; así como en los Arts. IV y Art. 13 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, y Convención Americana sobre Derechos Humanos respectivamente.
Por tal motivo RECHAZAMOS ENERGICAMENTE ESTE ATROPELLO en contra de la libre expresión y Pensamiento de nuestros hermanos Escritores de la hermosa Isla del Encanto Puerto Rico.
Por la Literatura y el Hombre
Julio Solórzano Murga
Presidente: Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima.
San Juan, Puerto Rico, 14 de agosto de 2009,
“Efectivo de inmediato, queda terminantemente prohibido el uso de los siguientes textos: Antología personal de José Luís González, El entierro de Cortijo de Edgardo Rodríguez Juliá, Mejor te lo cuento: Antología personal de Juan Antonio Ramos, Reunión de espejos de José Luís Vega, Aura de Carlos Fuentes,” así lee el documento que censura obras de nuestra literatura. Hay que hablar claro. Existe el censor y existe la obra censurada. El escritor tiene la pasión por hablar y escribir. El censor vive de amordazar. Impedir que cinco obras fundamentales de la literatura latinoamericana sean leídas por estudiantes de undécimo grado de las escuelas de Puerto Rico, es censura. El “Índice de libros prohibidos”, la lista de obras que desde el 1559 al 1948 fueron recopiladas y prohibidas, y sus autores condenados por heréticos, porque sus obras “corrompían a los fieles”, no es cosa del pasado.
El Index sigue vivo y es peligroso.
Hoy en pleno Siglo XXI, en nuestro propio suelo, revive este peligroso movimiento que contradice los propios cimientos de nuestra constitución: la libertad de expresión. Ninguna sociedad puede evadir el que exista la palabra del poder y la palabra del pueblo, el discurso del aparato del estado o “establishment”, y el discurso que emana de las fuentes de la cultura. Recordemos que toda una tradición de dictaduras en América Latina buscó su fundamento en la censura, el analfabetismo, la ignorancia y la pobreza.
Aclaremos: toda censura a un autor es también una censura a sus lectores. Esta desatinada determinación de parte de las autoridades del DE prohíbe que nuestros jóvenes tengan la oportunidad de conocer esta importante literatura como ejercicio pleno de su libertad de conocer y de conocerse. Todo libro que despierte conciencia en los ciudadanos de su sentido de identidad, que nos identifique como puertorriqueños y que declare nuestra historia, lucha, y persistencia como pueblo y como parte de una tradición hispana, tiene como riesgo la censura en Puerto Rico. Esto es intolerable y reaccionamos enérgicamente contra todo atentado de censura a nuestros escritores y hermanos latinoamericanos, en este caso Carlos Fuentes, en un acto contradictorio para la democracia y el crecimiento maduro de nuestros jóvenes.
En momentos históricos de apertura, globalización, mega-comunicaciones, un Puerto Rico castrado y enmudecido por la censura constituye triste espectáculo internacional que nos anticipa un retroceso en la historia de las libertades democráticas.
La acción de censura del Secretario de Educación, Sr. Carlos Chardón, es intolerable. Hacemos un llamado a él y al Señor Gobernador de Puerto Rico, Luís Fortuño, a que rectifiquen el acto anticonstitucional y antidemocrático cometido por la oficina de Asuntos Académicos del DE, episodio dramático que atenta contra la libertad y la expresión de las ideas, amenaza la enseñanza adecuada y plural de nuestros jóvenes, y nos entorpece el acceso a las realidades urgentes que deben discutirse en el aula escolar.
Mairym Cruz-Bernal
Presidenta
PEN CLUB DE PUERTO RICO
Suscrito al PEN-INTERNATIONAL con sede en Londres
Red Mundial de Escritores en Español REMES (escritoresremes@gmail.com)
Declaraciones de escritores:
Ana Lydia Vega
Tradicionalmente, la censura oficial de una alegada "obscenidad" literaria ha sido pretexto fariseo para la supresión de ideas incomodantes. Desde esa perspectiva, mueve a sospecha el proceso de saneamiento moral que ha emprendido el Departamento de Educación de Puerto Rico a fin de excluir libros asignados de escritores reconocidos. ¿Disimulará el argumento de las "malas palabras" alguna torpe maniobra de purificación ideológica? No se puede olvidar el historial de persecución y marginación que, en nuestro país, ha sido la maldición continua del pensamiento disidente.
Mayra Santos Febres
El principal deber de un maestro es educar. Educar no es proveer datos y reglas de moral sino despertar en el estudiante la curiosidad por saber. ¿Qué curiosidad por el saber van a desarrollar los estudiantes si se les priva de textos contemporáneos, de textos de probada
excelencia literaria, textos controversiales, difíciles, que nos presentan "el bien y el mal" de manera fácil, predigerida?¿Cómo van a aprender a pensar nuestros estudiantes, si no tienen en su currículo libros -es decir, material de reflexión- qué conectar con su vida?
Luce López-Baralt
Deseo por medio de estas líneas mostrar mi más férrea oposición al intento por parte del Departamento de Educación de censurar y de eliminar del currículo obras literarias de primera importancia debido a su alegado contenido sexual impropio. El desconocimiento literario que esta medida implica es lamentable pero evidente: de seguir fielmente estas directrices, tendríamos que retirar del currículo las obras más importantes de nuestras letras, pues, leídas por un lector avisado, todas tienen, de un modo u otro, alusiones sexuales que el Departamento de Educación consideraría "impropias". Me refiero al "Libro de Buen Amor" del Arcipreste de Hita, a "La Celestina", al "Lazarillo de Tormes", y al mismísimo "Quijote", que los censores de antaño, y hablo literalmente, consideraron inaceptable por "lascivo". Un maestro que enseñe con madurez y con conocimiento literario auténtico todas estas obras sabrá dirigir al alumnado en la lectura y
estudio de las mismas sin crearle escándalos falsos ni mucho menos fomentarle actitudes represivas y fundamentalistas. De no ser así, ninguna obra literaria válida podría ser enseñada a los alumnos puertorriqueños, que quedarían reducidos a textos "recortados" de cualquier expresión o símbolo amoroso o erótico considerado por los censores como escandaloso. Reitero mi oposición a tales medidas represivas.
Mario R. Cancel
Siempre llaman la atención los resortes que se mueven en el momento en que una autoridad oficial ejecuta un acto de censura. La acción demuestra el poder del censor, pero también manifiesta sus miedos, sus pesadillas y sus flaquezas. La impresión que dejan situaciones como esta es que estamos sentados sobro un barril del pólvora a punto de explotar. Confirma, por otro lado, el poder subversivo de la palabra. Las reservas morales manifiestas por las autoridades de educación no les permiten comprender que los problemas que reconocen en las generaciones jóvenes dependen menos de lo que leen -o podrían leer- que de lo que ven cotidianamente en la vida pública. Censurar las presuntas inmoralidades de unos cuantos libros mientras se tolera la inmoralidad en los nichos del poder es injusto.
Marta Aponte Alsina
La censura es un indicio de los miedos de los censores. Paradójicamente logra lo contrario de lo que se propone: despertar el interés en textos que de otro modo se leerían a regañadientes por cumplir con un requisito escolar. Ha sucedido antes, no es nuevo el debate sobre la “pertinencia” y la “moralidad” de los libros que se asignan como lecturas obligatorias. Hay que cuestionar minuciosamente a los burócratas actuales del DE sobre los valores, gustos y criterios que aplican para seleccionar unos libros y censurar otros. Después de todo son empleados gubernamentales, y los libros se compran con fondos públicos. Al mismo tiempo se abre una oportunidad para debatir, con la mayor amplitud, el lugar de los libros y la lectura en los procesos de formación social y personal.
Arturo Echavarría
La iniciativa tomada por el DE tiene consecuencias gravísimas, y, como tal, merece nuestro repudio más enérgico. Se trata no sólo de una intervención indebida que coarta el derecho que tiene el estudiante puertorriqueño a conocer su propia tradición literaria, sino que atenta contra la libertad en que se fundamenta toda expresión artística.
Aurea María Sotomayor
Los burócratas de la educación en Puerto Rico se autorizan primero como ignorantes para ejercer su función. Distinto y peor a aquel juez que reconocía la obscenidad cuando la veía, éstos no tienen que leer para reconocer que todo podría ser obsceno, y por tanto, no apto para "menores". Como no saben, porque no han leído, es imposible argumentar con ellos absolutamente nada. Paradójicamente, el propósito de estos promotores de la educación es regar la ignorancia sistemáticamente y obstaculizar el pensamiento.
Néstor Barreto
toda censura es deleznable.
En su afán de ocupar todos los espacios de poder posibles este gobierno muestra características protofascistas que ya debían ser obvias para los que en su rol de intelectuales velan por no perder y en todo caso ampliar las modestas conquistas de nuestros productores culturales en el ámbito editorial y educacional.
Esas características son obvias para mí.
Por lo que deploro y condeno las acciones del departamento de educación usando como excusa valores y mores puertorriqueños supuestamente comunes y que terminan siendo al final muestras de un auto-odio feroz, inflamado por una idea de mandato que empaña su visión y deforma demasiadas de sus acciones parecen estar en un momento frenético de desconstrucción que requiere de concertaciones a las que habíamos perdido costumbre.
Tina Casanova
Es con gran estupor e indignación que me entero de la censura del DE a las obras literarias de compañeros escritores utilizadas en los currículos de nuestras salas de clase. ¿Qué más esgrimirán contra nosotros los escritores de esta bendita patria? No basta con reducir los espacios literarios en los medios de comunicación. Tampoco con que las pequeñas librerías hayan sido devoradas por Borders y no tengamos dónde vender nuestras obras. Ya han comenzado a desmantelar el programa Lee y Sueña donde nuestras obras infantiles se hacían accesibles a los lectores jóvenes de los pueblos que no tienen librerías. Y ahora esto. Nos acorralan, nos eliminan con superfluos argumentos hipócritas.
Etnairis Rivera
Censura es sinónimo de tiranía. Trágicamente, en Puerto Rico impera la ideocracia que tan bien definió y discursó Don Miguel de Unamuno: “de las tiranías todas, la más odiosa, es la persecución en nombre de unas ideas.” O será que también censurarán al ilustre y preclaro filósofo, humanista Unamuno, censurado ya en su propia época.
Lilliana Ramos Collado
Curiosamente, los libros suprimidos son obras dirigidas a la crítica social del presente histórico, y el uso de “malas palabras” es apenas indicador de ese interés en reflexionar sobre el aquí y el ahora. Sabemos que las “malas palabras” siempre pertenecen a su época. Lo que se censura aquí no es hablar “malo”, sino hablar del presente, como si el presente fuera inmencionable e inhistoriable. Como si el presente no fuera nuestro. Si bien los libros censurados hoy no son de historia, sí interpelan al lector —sobre todo al joven lector— a pensar en su situación vital en el presente. Los jóvenes no son tontos, y en una isla familiarizada con la vulgaridad mediante la radio y la televisión (local y extranjera), nadie se llama a engaño. Esta censura tardía nada tiene que ver con la moral, sino con el gesto torpe de acallar la reflexión acerca de los que nos rodea.
Marie Ramos Rosado
La censura de obras literarias en pleno siglo XXI nos hace retroceder en tiempo y pensar que volvimos a los tiempos de la Inquisición. Además, entre los objetivos primordiales del siglo XXI, en el sistema educativo están el desarrollo de un pensamiento crítico, para poder instaurar una sociedad más liberadora. Por otro lado, escuchamos por radio y televisión a líderes políticos y desarrolladores gubernamentales como el Sr. José "Cheo" Madera tildar al pueblo con palabras como: "crápulas, garrapitas y vividores"; palabras que resultan ofensivas para la autoestima e identidad nacional. Pues estos motes afectan más que nada a la "psiquis" maltrecha de nuestro pueblo. Sin embargo, el Departamento no censura estas acciones de nuestros líderes. Mientras los escritores y artistas de las palabras utilizan esas llamadas "malas palabras" como imágenes poéticas y metáforas que irradian belleza a sus textos literarios. Nos oponemos enérgicamente a esa actitud fundamentalista e inquisitoria del Departamento de Educación Pública de Puerto Rico.
Alberto Martínez-Márquez
La decisión del Secretario de Educación concerniente al retiro de varias obras sobresalientes de la literatura puertorriqueña, debido a su lenguaje burdo y soez, no es sino la puesta en práctica de un nuevo puritanismo que pretende complacer al sector anti-intectual del PNP, a los fundamentalistas cristianos y a los sectores moralistas del país. Las declaraciones del Sub-secretario para asuntos académicos del DE, Juan J. Rodríguez van en detrimento de la pertinencia y excelencia de los libros que han sido censurados. Lo expresado por Rodríguez deja mucho que desear viniendo de una persona que ostenta el grado de académico de la primera institución universitaria del país, demostrando así una crasa ignorancia por la producción e historia literarias de nuestra nación boricua. Con respecto a la censura de libros de autores/as puertorriqueños/as hay que destacar que es parte de una agenda de los gobiernos anexionistas que han gobernado nuestra isla. Es necesario señalar que durante el romerato se censuraron libros de Juan A. Corretjer y de René Marques y que durante el rosellato se censuró una novela de Olga Nolla. El Secretario de Estado, Kenneth McClintock, ha hecho unas declaraciones muy desafortunadas para justificar la acción del DE de censurar los libros de José Luís González, Juan A. Ramos y Edgardo Rodríguez Juliá, entre otros. Denunciamos la errada determinación del DE de privar a nuestro estudiantado de una literatura de gran calidad que forma parte de nuestro acervo cultural.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Es absolutamente intolerable lo que pretenden los doblados, los que pretenden destruir nuestra conciencia de patria, los que pretenden fundirnos con USA y hacernos desaparecer como Pueblo. La censura normalmente se revierte, y espero que el resultado sea el despertar de la curiosidad entre nuestros jóvenes. Puerto Rico es fuerte, pero no podemos permitir ni un minuto más estos atropellos. La libertad de palabra es sagrada.
Luís E. Prieto Vázquez
Intolerable censura que nos retrotrae a tiempos de inquisiciones y fanatismos.
Raúl Gálvez Cuéllar
La libre expresión del pensamiento es un derecho inherente a la persona consagrado en los Arts. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; así como en los Arts. IV y Art. 13 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, y Convención Americana sobre Derechos Humanos respectivamente.
En este orden de ideas es aberrante la censura y prohibición de libros en cualquier lugar del mundo, lo que aparte de configurar una atroz aberración jurídica, es retroceder a los periodos más sanguinarios de la historia.
Me adhiero a la Protesta de nuestros hermanos intelectuales de Puerto Rico, y en general Denuncio enérgicamente todo atropello a la dignidad del escritor, provenga de donde provenga, porque dichos actos aparte de configurar una violación de derechos fundamentales, lesionan seriamente el espíritu de los hombres libres.
Angel Gavidia Ruiz
Estos pobres hombres que nos gobiernan creen que quemando libros se lucha contra la barbarie terrorista. Y no obstante, fíjate, llenarse la boca con la consabida frase sarmentiana: Bárbaros, las ideas no se degüellan, en sus frecuentes reuniones partidarias. Ciertamente, las ideas no se degüellan, se combaten con ideas. Eduquemos, maestro, eduquemos. Qué grande Bolívar en esa frase suya: Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción. Yo no sé cuál es la logica de destruir o confiscar libros si hasta Mein Kampf de Adolfo Hitler es un libro de fácil acceso y traducido al español. Particularmente tengo especial interés en hallar una explicación lógica a la conducta de Sendero, si la tiene; en conocer los resortes primarios y fieros que movieron un accionar así, polpotiano y estúpido. Ojalá alguien me lo pudiera explicar. Sospecho que esta respuesta no se halla en A puño y letra.Trayendo a la memoria el Pensamiento complejo de Edgar Morín, ese ministro de Justicia que tenemos se conduce peligrosamente por el pensamiento simple, por eso fue partícipe entusiasta de la tragedia de Bagua y ahora es un abanderado de la confiscación de un libro. Lamentable y riesgoso.
Nicolás Hidrogo Navarro
Totalmente de acuerdo con don Raúl Gálvez y pertinente todo este citatorio jurídico para demostrar la protección del intelecto humano.
Prohibir libros sería como regresar a la época de Nerón o del propio Catón, el periodo medieval de la inquisición o negarle a un nonato no ver la luz del mundo.
Es absurdo como aún ciertos regímenes y personas retrógradas les sale el tufillo de perturbar la dialéctica misma de la cultura: ver nacer a sus productos estéticos. Un texto es producto mismo de acercamiento al orbe mismo de la humanidad. Un libro se censura por sí mismo cuando no reúne calidad o cuando no cumple con el encargo social de redimir a la humanidad de su sed de humanizarlo más. La peor -y quizá única- censura de un texto es la del lector cuanto ya no quiere volver a leerlo.
Mi adhesión contra toda rancia idea de censurar libros e ideas.
Maria Fischinger
Julio
No estoy muy clara y conociendo USA de la que Puerto Rico es parte dudo que lo hayan prohibido. Como maestra se que haz que considerar textos apropiados a la edad y madures del estudiante. He leído a Carlos Fuentes y pienso que algunas de sus imágenes son un poco fuertes para usarlo como texto de lectura en la secundaria. El removerlo de la lista de lectura de la escuela no es prohibición ya que uno puede leerlo en su tiempo.
Zenaida Ramos Ramos
Fortuño justifica prohibición de obras literarias
EL VOCERO 15 de septiembre de 2009 04:00 am
Un niño de 5 años de edad no debe leer un libro dirigido a los adolescentes; tampoco los de 13 años deben tener acceso a los textos escritos para los adultos, opinó el gobernador Luís Fortuño.
“En la sociedad tenemos que tener la disponibilidad de todo tipo de texto y libro, por supuesto. Como padre te tengo que decir que hay libros que son adecuados cuando el niño tiene 5 años. Hay otros que son adecuados cuando tiene 12, 13 años; y hay otros que son adecuados cuando llega a tener 18, 20 años Los que son para los de 18 a 20 años no los debe estar leyendo el de 12 ó 13 años. Entiendo que esa es la determinación que está tomando el Departamento de Educación”, expresó el Gobernador luego de participar en “La cruzada de fe y esperanza” de Hogar Crea en Guaynabo.
Aseguró ante la Prensa que la determinación del Departamento de Educación (DE) de prohibir textos de cuatro autores puertorriqueños y del mexicano Carlos Fuentes no responde a que su política pública implantará la censura a la lectura de ciertos escritos como hacía el gobierno español en el siglo 19.
“Me parece que fui bien claro y todos los padres y madres allá afuera entienden perfectamente que libros que puede leer alguien de 18 años no debe leerlo alguien de 12”, expresó.
El jueves pasado, el secretario del DE, Carlos Chardón, solicitó retirar cinco libros del Programa de Español de undécimo grado debido a que incluyen vocablos soeces y narraciones no apropiadas para la edad del estudiantado. Los textos son “Antología personal” de José Luís González, “El entierro de Cortijo” de Edgardo Rodríguez Julián, “Mejor te lo cuento: Antología Personal” de Juan Antonio Ramos, “Reunión de Espejos” de José Luís Vega y “Aura” de Carlos Fuentes. Los libros no son parte del currículo del DE, más bien, son lecturas suplementarias.
La sociedad de Poetas de la Región Lima PROTESTA ENERGICAMENTE la prohibición de los Cinco libros de escritores, libres pensadores Puertorriqueños aunándose a la protesta general que en estos momentos se esta generando a nivel mundial.
El Dr. Raúl Gálvez Cuellar, Filósofo, Abogado y Poeta Peruano nos dice.
La libre expresión del pensamiento es un derecho inherente a la persona consagrado en los Arts. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; así como en los Arts. IV y Art. 13 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, y Convención Americana sobre Derechos Humanos respectivamente.
Por tal motivo RECHAZAMOS ENERGICAMENTE ESTE ATROPELLO en contra de la libre expresión y Pensamiento de nuestros hermanos Escritores de la hermosa Isla del Encanto Puerto Rico.
Por la Literatura y el Hombre
Julio Solórzano Murga
Presidente: Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima.
San Juan, Puerto Rico, 14 de agosto de 2009,
“Efectivo de inmediato, queda terminantemente prohibido el uso de los siguientes textos: Antología personal de José Luís González, El entierro de Cortijo de Edgardo Rodríguez Juliá, Mejor te lo cuento: Antología personal de Juan Antonio Ramos, Reunión de espejos de José Luís Vega, Aura de Carlos Fuentes,” así lee el documento que censura obras de nuestra literatura. Hay que hablar claro. Existe el censor y existe la obra censurada. El escritor tiene la pasión por hablar y escribir. El censor vive de amordazar. Impedir que cinco obras fundamentales de la literatura latinoamericana sean leídas por estudiantes de undécimo grado de las escuelas de Puerto Rico, es censura. El “Índice de libros prohibidos”, la lista de obras que desde el 1559 al 1948 fueron recopiladas y prohibidas, y sus autores condenados por heréticos, porque sus obras “corrompían a los fieles”, no es cosa del pasado.
El Index sigue vivo y es peligroso.
Hoy en pleno Siglo XXI, en nuestro propio suelo, revive este peligroso movimiento que contradice los propios cimientos de nuestra constitución: la libertad de expresión. Ninguna sociedad puede evadir el que exista la palabra del poder y la palabra del pueblo, el discurso del aparato del estado o “establishment”, y el discurso que emana de las fuentes de la cultura. Recordemos que toda una tradición de dictaduras en América Latina buscó su fundamento en la censura, el analfabetismo, la ignorancia y la pobreza.
Aclaremos: toda censura a un autor es también una censura a sus lectores. Esta desatinada determinación de parte de las autoridades del DE prohíbe que nuestros jóvenes tengan la oportunidad de conocer esta importante literatura como ejercicio pleno de su libertad de conocer y de conocerse. Todo libro que despierte conciencia en los ciudadanos de su sentido de identidad, que nos identifique como puertorriqueños y que declare nuestra historia, lucha, y persistencia como pueblo y como parte de una tradición hispana, tiene como riesgo la censura en Puerto Rico. Esto es intolerable y reaccionamos enérgicamente contra todo atentado de censura a nuestros escritores y hermanos latinoamericanos, en este caso Carlos Fuentes, en un acto contradictorio para la democracia y el crecimiento maduro de nuestros jóvenes.
En momentos históricos de apertura, globalización, mega-comunicaciones, un Puerto Rico castrado y enmudecido por la censura constituye triste espectáculo internacional que nos anticipa un retroceso en la historia de las libertades democráticas.
La acción de censura del Secretario de Educación, Sr. Carlos Chardón, es intolerable. Hacemos un llamado a él y al Señor Gobernador de Puerto Rico, Luís Fortuño, a que rectifiquen el acto anticonstitucional y antidemocrático cometido por la oficina de Asuntos Académicos del DE, episodio dramático que atenta contra la libertad y la expresión de las ideas, amenaza la enseñanza adecuada y plural de nuestros jóvenes, y nos entorpece el acceso a las realidades urgentes que deben discutirse en el aula escolar.
Mairym Cruz-Bernal
Presidenta
PEN CLUB DE PUERTO RICO
Suscrito al PEN-INTERNATIONAL con sede en Londres
Red Mundial de Escritores en Español REMES (escritoresremes@gmail.com)
Declaraciones de escritores:
Ana Lydia Vega
Tradicionalmente, la censura oficial de una alegada "obscenidad" literaria ha sido pretexto fariseo para la supresión de ideas incomodantes. Desde esa perspectiva, mueve a sospecha el proceso de saneamiento moral que ha emprendido el Departamento de Educación de Puerto Rico a fin de excluir libros asignados de escritores reconocidos. ¿Disimulará el argumento de las "malas palabras" alguna torpe maniobra de purificación ideológica? No se puede olvidar el historial de persecución y marginación que, en nuestro país, ha sido la maldición continua del pensamiento disidente.
Mayra Santos Febres
El principal deber de un maestro es educar. Educar no es proveer datos y reglas de moral sino despertar en el estudiante la curiosidad por saber. ¿Qué curiosidad por el saber van a desarrollar los estudiantes si se les priva de textos contemporáneos, de textos de probada
excelencia literaria, textos controversiales, difíciles, que nos presentan "el bien y el mal" de manera fácil, predigerida?¿Cómo van a aprender a pensar nuestros estudiantes, si no tienen en su currículo libros -es decir, material de reflexión- qué conectar con su vida?
Luce López-Baralt
Deseo por medio de estas líneas mostrar mi más férrea oposición al intento por parte del Departamento de Educación de censurar y de eliminar del currículo obras literarias de primera importancia debido a su alegado contenido sexual impropio. El desconocimiento literario que esta medida implica es lamentable pero evidente: de seguir fielmente estas directrices, tendríamos que retirar del currículo las obras más importantes de nuestras letras, pues, leídas por un lector avisado, todas tienen, de un modo u otro, alusiones sexuales que el Departamento de Educación consideraría "impropias". Me refiero al "Libro de Buen Amor" del Arcipreste de Hita, a "La Celestina", al "Lazarillo de Tormes", y al mismísimo "Quijote", que los censores de antaño, y hablo literalmente, consideraron inaceptable por "lascivo". Un maestro que enseñe con madurez y con conocimiento literario auténtico todas estas obras sabrá dirigir al alumnado en la lectura y
estudio de las mismas sin crearle escándalos falsos ni mucho menos fomentarle actitudes represivas y fundamentalistas. De no ser así, ninguna obra literaria válida podría ser enseñada a los alumnos puertorriqueños, que quedarían reducidos a textos "recortados" de cualquier expresión o símbolo amoroso o erótico considerado por los censores como escandaloso. Reitero mi oposición a tales medidas represivas.
Mario R. Cancel
Siempre llaman la atención los resortes que se mueven en el momento en que una autoridad oficial ejecuta un acto de censura. La acción demuestra el poder del censor, pero también manifiesta sus miedos, sus pesadillas y sus flaquezas. La impresión que dejan situaciones como esta es que estamos sentados sobro un barril del pólvora a punto de explotar. Confirma, por otro lado, el poder subversivo de la palabra. Las reservas morales manifiestas por las autoridades de educación no les permiten comprender que los problemas que reconocen en las generaciones jóvenes dependen menos de lo que leen -o podrían leer- que de lo que ven cotidianamente en la vida pública. Censurar las presuntas inmoralidades de unos cuantos libros mientras se tolera la inmoralidad en los nichos del poder es injusto.
Marta Aponte Alsina
La censura es un indicio de los miedos de los censores. Paradójicamente logra lo contrario de lo que se propone: despertar el interés en textos que de otro modo se leerían a regañadientes por cumplir con un requisito escolar. Ha sucedido antes, no es nuevo el debate sobre la “pertinencia” y la “moralidad” de los libros que se asignan como lecturas obligatorias. Hay que cuestionar minuciosamente a los burócratas actuales del DE sobre los valores, gustos y criterios que aplican para seleccionar unos libros y censurar otros. Después de todo son empleados gubernamentales, y los libros se compran con fondos públicos. Al mismo tiempo se abre una oportunidad para debatir, con la mayor amplitud, el lugar de los libros y la lectura en los procesos de formación social y personal.
Arturo Echavarría
La iniciativa tomada por el DE tiene consecuencias gravísimas, y, como tal, merece nuestro repudio más enérgico. Se trata no sólo de una intervención indebida que coarta el derecho que tiene el estudiante puertorriqueño a conocer su propia tradición literaria, sino que atenta contra la libertad en que se fundamenta toda expresión artística.
Aurea María Sotomayor
Los burócratas de la educación en Puerto Rico se autorizan primero como ignorantes para ejercer su función. Distinto y peor a aquel juez que reconocía la obscenidad cuando la veía, éstos no tienen que leer para reconocer que todo podría ser obsceno, y por tanto, no apto para "menores". Como no saben, porque no han leído, es imposible argumentar con ellos absolutamente nada. Paradójicamente, el propósito de estos promotores de la educación es regar la ignorancia sistemáticamente y obstaculizar el pensamiento.
Néstor Barreto
toda censura es deleznable.
En su afán de ocupar todos los espacios de poder posibles este gobierno muestra características protofascistas que ya debían ser obvias para los que en su rol de intelectuales velan por no perder y en todo caso ampliar las modestas conquistas de nuestros productores culturales en el ámbito editorial y educacional.
Esas características son obvias para mí.
Por lo que deploro y condeno las acciones del departamento de educación usando como excusa valores y mores puertorriqueños supuestamente comunes y que terminan siendo al final muestras de un auto-odio feroz, inflamado por una idea de mandato que empaña su visión y deforma demasiadas de sus acciones parecen estar en un momento frenético de desconstrucción que requiere de concertaciones a las que habíamos perdido costumbre.
Tina Casanova
Es con gran estupor e indignación que me entero de la censura del DE a las obras literarias de compañeros escritores utilizadas en los currículos de nuestras salas de clase. ¿Qué más esgrimirán contra nosotros los escritores de esta bendita patria? No basta con reducir los espacios literarios en los medios de comunicación. Tampoco con que las pequeñas librerías hayan sido devoradas por Borders y no tengamos dónde vender nuestras obras. Ya han comenzado a desmantelar el programa Lee y Sueña donde nuestras obras infantiles se hacían accesibles a los lectores jóvenes de los pueblos que no tienen librerías. Y ahora esto. Nos acorralan, nos eliminan con superfluos argumentos hipócritas.
Etnairis Rivera
Censura es sinónimo de tiranía. Trágicamente, en Puerto Rico impera la ideocracia que tan bien definió y discursó Don Miguel de Unamuno: “de las tiranías todas, la más odiosa, es la persecución en nombre de unas ideas.” O será que también censurarán al ilustre y preclaro filósofo, humanista Unamuno, censurado ya en su propia época.
Lilliana Ramos Collado
Curiosamente, los libros suprimidos son obras dirigidas a la crítica social del presente histórico, y el uso de “malas palabras” es apenas indicador de ese interés en reflexionar sobre el aquí y el ahora. Sabemos que las “malas palabras” siempre pertenecen a su época. Lo que se censura aquí no es hablar “malo”, sino hablar del presente, como si el presente fuera inmencionable e inhistoriable. Como si el presente no fuera nuestro. Si bien los libros censurados hoy no son de historia, sí interpelan al lector —sobre todo al joven lector— a pensar en su situación vital en el presente. Los jóvenes no son tontos, y en una isla familiarizada con la vulgaridad mediante la radio y la televisión (local y extranjera), nadie se llama a engaño. Esta censura tardía nada tiene que ver con la moral, sino con el gesto torpe de acallar la reflexión acerca de los que nos rodea.
Marie Ramos Rosado
La censura de obras literarias en pleno siglo XXI nos hace retroceder en tiempo y pensar que volvimos a los tiempos de la Inquisición. Además, entre los objetivos primordiales del siglo XXI, en el sistema educativo están el desarrollo de un pensamiento crítico, para poder instaurar una sociedad más liberadora. Por otro lado, escuchamos por radio y televisión a líderes políticos y desarrolladores gubernamentales como el Sr. José "Cheo" Madera tildar al pueblo con palabras como: "crápulas, garrapitas y vividores"; palabras que resultan ofensivas para la autoestima e identidad nacional. Pues estos motes afectan más que nada a la "psiquis" maltrecha de nuestro pueblo. Sin embargo, el Departamento no censura estas acciones de nuestros líderes. Mientras los escritores y artistas de las palabras utilizan esas llamadas "malas palabras" como imágenes poéticas y metáforas que irradian belleza a sus textos literarios. Nos oponemos enérgicamente a esa actitud fundamentalista e inquisitoria del Departamento de Educación Pública de Puerto Rico.
Alberto Martínez-Márquez
La decisión del Secretario de Educación concerniente al retiro de varias obras sobresalientes de la literatura puertorriqueña, debido a su lenguaje burdo y soez, no es sino la puesta en práctica de un nuevo puritanismo que pretende complacer al sector anti-intectual del PNP, a los fundamentalistas cristianos y a los sectores moralistas del país. Las declaraciones del Sub-secretario para asuntos académicos del DE, Juan J. Rodríguez van en detrimento de la pertinencia y excelencia de los libros que han sido censurados. Lo expresado por Rodríguez deja mucho que desear viniendo de una persona que ostenta el grado de académico de la primera institución universitaria del país, demostrando así una crasa ignorancia por la producción e historia literarias de nuestra nación boricua. Con respecto a la censura de libros de autores/as puertorriqueños/as hay que destacar que es parte de una agenda de los gobiernos anexionistas que han gobernado nuestra isla. Es necesario señalar que durante el romerato se censuraron libros de Juan A. Corretjer y de René Marques y que durante el rosellato se censuró una novela de Olga Nolla. El Secretario de Estado, Kenneth McClintock, ha hecho unas declaraciones muy desafortunadas para justificar la acción del DE de censurar los libros de José Luís González, Juan A. Ramos y Edgardo Rodríguez Juliá, entre otros. Denunciamos la errada determinación del DE de privar a nuestro estudiantado de una literatura de gran calidad que forma parte de nuestro acervo cultural.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Es absolutamente intolerable lo que pretenden los doblados, los que pretenden destruir nuestra conciencia de patria, los que pretenden fundirnos con USA y hacernos desaparecer como Pueblo. La censura normalmente se revierte, y espero que el resultado sea el despertar de la curiosidad entre nuestros jóvenes. Puerto Rico es fuerte, pero no podemos permitir ni un minuto más estos atropellos. La libertad de palabra es sagrada.
Luís E. Prieto Vázquez
Intolerable censura que nos retrotrae a tiempos de inquisiciones y fanatismos.
Raúl Gálvez Cuéllar
La libre expresión del pensamiento es un derecho inherente a la persona consagrado en los Arts. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; así como en los Arts. IV y Art. 13 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, y Convención Americana sobre Derechos Humanos respectivamente.
En este orden de ideas es aberrante la censura y prohibición de libros en cualquier lugar del mundo, lo que aparte de configurar una atroz aberración jurídica, es retroceder a los periodos más sanguinarios de la historia.
Me adhiero a la Protesta de nuestros hermanos intelectuales de Puerto Rico, y en general Denuncio enérgicamente todo atropello a la dignidad del escritor, provenga de donde provenga, porque dichos actos aparte de configurar una violación de derechos fundamentales, lesionan seriamente el espíritu de los hombres libres.
Angel Gavidia Ruiz
Estos pobres hombres que nos gobiernan creen que quemando libros se lucha contra la barbarie terrorista. Y no obstante, fíjate, llenarse la boca con la consabida frase sarmentiana: Bárbaros, las ideas no se degüellan, en sus frecuentes reuniones partidarias. Ciertamente, las ideas no se degüellan, se combaten con ideas. Eduquemos, maestro, eduquemos. Qué grande Bolívar en esa frase suya: Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción. Yo no sé cuál es la logica de destruir o confiscar libros si hasta Mein Kampf de Adolfo Hitler es un libro de fácil acceso y traducido al español. Particularmente tengo especial interés en hallar una explicación lógica a la conducta de Sendero, si la tiene; en conocer los resortes primarios y fieros que movieron un accionar así, polpotiano y estúpido. Ojalá alguien me lo pudiera explicar. Sospecho que esta respuesta no se halla en A puño y letra.Trayendo a la memoria el Pensamiento complejo de Edgar Morín, ese ministro de Justicia que tenemos se conduce peligrosamente por el pensamiento simple, por eso fue partícipe entusiasta de la tragedia de Bagua y ahora es un abanderado de la confiscación de un libro. Lamentable y riesgoso.
Nicolás Hidrogo Navarro
Totalmente de acuerdo con don Raúl Gálvez y pertinente todo este citatorio jurídico para demostrar la protección del intelecto humano.
Prohibir libros sería como regresar a la época de Nerón o del propio Catón, el periodo medieval de la inquisición o negarle a un nonato no ver la luz del mundo.
Es absurdo como aún ciertos regímenes y personas retrógradas les sale el tufillo de perturbar la dialéctica misma de la cultura: ver nacer a sus productos estéticos. Un texto es producto mismo de acercamiento al orbe mismo de la humanidad. Un libro se censura por sí mismo cuando no reúne calidad o cuando no cumple con el encargo social de redimir a la humanidad de su sed de humanizarlo más. La peor -y quizá única- censura de un texto es la del lector cuanto ya no quiere volver a leerlo.
Mi adhesión contra toda rancia idea de censurar libros e ideas.
Maria Fischinger
Julio
No estoy muy clara y conociendo USA de la que Puerto Rico es parte dudo que lo hayan prohibido. Como maestra se que haz que considerar textos apropiados a la edad y madures del estudiante. He leído a Carlos Fuentes y pienso que algunas de sus imágenes son un poco fuertes para usarlo como texto de lectura en la secundaria. El removerlo de la lista de lectura de la escuela no es prohibición ya que uno puede leerlo en su tiempo.
Zenaida Ramos Ramos
Fortuño justifica prohibición de obras literarias
EL VOCERO 15 de septiembre de 2009 04:00 am
Un niño de 5 años de edad no debe leer un libro dirigido a los adolescentes; tampoco los de 13 años deben tener acceso a los textos escritos para los adultos, opinó el gobernador Luís Fortuño.
“En la sociedad tenemos que tener la disponibilidad de todo tipo de texto y libro, por supuesto. Como padre te tengo que decir que hay libros que son adecuados cuando el niño tiene 5 años. Hay otros que son adecuados cuando tiene 12, 13 años; y hay otros que son adecuados cuando llega a tener 18, 20 años Los que son para los de 18 a 20 años no los debe estar leyendo el de 12 ó 13 años. Entiendo que esa es la determinación que está tomando el Departamento de Educación”, expresó el Gobernador luego de participar en “La cruzada de fe y esperanza” de Hogar Crea en Guaynabo.
Aseguró ante la Prensa que la determinación del Departamento de Educación (DE) de prohibir textos de cuatro autores puertorriqueños y del mexicano Carlos Fuentes no responde a que su política pública implantará la censura a la lectura de ciertos escritos como hacía el gobierno español en el siglo 19.
“Me parece que fui bien claro y todos los padres y madres allá afuera entienden perfectamente que libros que puede leer alguien de 18 años no debe leerlo alguien de 12”, expresó.
El jueves pasado, el secretario del DE, Carlos Chardón, solicitó retirar cinco libros del Programa de Español de undécimo grado debido a que incluyen vocablos soeces y narraciones no apropiadas para la edad del estudiantado. Los textos son “Antología personal” de José Luís González, “El entierro de Cortijo” de Edgardo Rodríguez Julián, “Mejor te lo cuento: Antología Personal” de Juan Antonio Ramos, “Reunión de Espejos” de José Luís Vega y “Aura” de Carlos Fuentes. Los libros no son parte del currículo del DE, más bien, son lecturas suplementarias.
1 comentario:
Esto es un ataque directo de los anexionistas del partido PNP a la cultura boricua y latinoamericana en nuestra bella isla.
http://soberaniapuertorico.blogspot.com/
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