Nació
en la ciudad de Huacho el 10 de setiembre de 1930, sus padres fueron
don Domingo Torero Arrieta y doña Zoila Fernández de Córdova
Umbert. Estudio en el colegio San José de los Hermanos
Maristas(1937-1944) y en el colegio Nacional Nuestra Señora de
Guadalupe(1945-1948) en Lima; Ingresa a la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos(1950-1956) donde se gradúa de Abogado y Antropólogo,
estudio Etnología y Lingüística en la universidad de Sorbona París
Francia, graduándose en el año 1965 con la tesis “ El Puquina,
tercera lengua general del Perú”
Ejerció
la docencia universitaria en diferentes universidades del Perú como:
San Marcos(1965-1992) La Molina (1965-1972) donde trabajo con José
María Arguedas, y en el extranjero(Europa) la Universidad de Bom en
Alemania(1992), Salamanca (1995), Valladolid y Valencia en España,
universidad de Leiden en Holanda y en el Instituto Cervantes de
Alcalá de Henares(1995-1996).
Ejerció
el Vice- Rectorado Administrativo de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, hombre identificado con la cultura y la sociedad en marzo
de 1981 funda el “Instituto de Investigación Lingüística.
En
el año 1992 durante el gobierno del Japonés Alberto Fujimori
Fujimori, por persecuciones del mando Fujimontesinista y los
atentados contra su vida se exilia en España.
PRODUCCIÓN
LITERARIA:
Entre
sus obras podemos mencionar: Los Dialectos Quechuas(1964),
Lingüística e Historia de la Sociedad Andina (1970), El Quechua y
la Historia Social Andina(1974), Lenguas y Pueblos Altiplánicos
entorno al siglo XVI(1987), Lenguas del Nor- Oriente Peruano, La Hoya
de Jaén en el siglo XVI(1992), Idioma de los Andes, Lingüística e
Historia(2002).
Fallece
en la ciudad de Valencia – España el 19 de Junio del 2004, próximo
a cumplir 74 años.
TRÍPTICO
DEL TIEMPO
¿No
ves la luz primera, por ventura
no
contemplas, infancia
la
creación que quiere cobijarte
debajo
de sus alas?
Sonríe.
Juega, olvida, no desprecies
ni
pierdas esas horas
¡Es
el alba!
¿Adviertes,
juventud, el sol radiante,
las
asomadas auras
posadas
en tu cutis o que tiembla
la
tierra fecundada?
Alégrate,
decide tu destino
¡Es
el cenit! (la creación que canta)
¿Ves,
al atardecer, morir las haces
de
luces purpureadas
abandonando
el lírico horizonte
y,
luego, sombras raudas
cubrir
la creación con ancho manto?
Ancianidad;
sonríe, evoca, nada te pesa...
¡Que
el ocaso de la carne
no
es la noche del alma!
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