ALFREDO TORERO FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA

17 abril 2019


Nació en la ciudad de Huacho el 10 de setiembre de 1930, sus padres fueron don Domingo Torero Arrieta y doña Zoila Fernández de Córdova Umbert. Estudio en el colegio San José de los Hermanos Maristas(1937-1944) y en el colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe(1945-1948) en Lima; Ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos(1950-1956) donde se gradúa de Abogado y Antropólogo, estudio Etnología y Lingüística en la universidad de Sorbona París Francia, graduándose en el año 1965 con la tesis “ El Puquina, tercera lengua general del Perú”
Ejerció la docencia universitaria en diferentes universidades del Perú como: San Marcos(1965-1992) La Molina (1965-1972) donde trabajo con José María Arguedas, y en el extranjero(Europa) la Universidad de Bom en Alemania(1992), Salamanca (1995), Valladolid y Valencia en España, universidad de Leiden en Holanda y en el Instituto Cervantes de Alcalá de Henares(1995-1996).
Ejerció el Vice- Rectorado Administrativo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, hombre identificado con la cultura y la sociedad en marzo de 1981 funda el “Instituto de Investigación Lingüística.
En el año 1992 durante el gobierno del Japonés Alberto Fujimori Fujimori, por persecuciones del mando Fujimontesinista y los atentados contra su vida se exilia en España.

PRODUCCIÓN LITERARIA:
Entre sus obras podemos mencionar: Los Dialectos Quechuas(1964), Lingüística e Historia de la Sociedad Andina (1970), El Quechua y la Historia Social Andina(1974), Lenguas y Pueblos Altiplánicos entorno al siglo XVI(1987), Lenguas del Nor- Oriente Peruano, La Hoya de Jaén en el siglo XVI(1992), Idioma de los Andes, Lingüística e Historia(2002).
Fallece en la ciudad de Valencia – España el 19 de Junio del 2004, próximo a cumplir 74 años.

TRÍPTICO DEL TIEMPO

¿No ves la luz primera, por ventura
no contemplas, infancia
la creación que quiere cobijarte
debajo de sus alas?
Sonríe. Juega, olvida, no desprecies
ni pierdas esas horas
¡Es el alba!

¿Adviertes, juventud, el sol radiante,
las asomadas auras
posadas en tu cutis o que tiembla
la tierra fecundada?
Alégrate, decide tu destino
¡Es el cenit! (la creación que canta)

¿Ves, al atardecer, morir las haces
de luces purpureadas
abandonando el lírico horizonte
y, luego, sombras raudas
cubrir la creación con ancho manto?


Ancianidad; sonríe, evoca, nada te pesa...
¡Que el ocaso de la carne
no es la noche del alma!


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