JULIO TEÓFILO SOLÓRZANO MURGA, UN SER HUMANO ADMIRABLE

29 noviembre 2017

LIBRO CUENTOS HUACHANOS

“El libro, CUENTOS HUACHANOS, de Julio Solórzano Murga, revela el sentir de un pueblo hospitalario, y deja constancia de sus valores y su manera de pensar, de sus rasgos distintivos, sus creencias, costumbres, tradiciones y demás expresiones que forjan su identidad. Cada relato es el reflejo de la fe inquebrantable, de los anhelos, padecimientos y realizaciones de un colectivo social con relevante experiencia vital". Norka Brios Ramos
Para nadie es un secreto que el arte es uno de los nervios más sensibles del cuerpo social, sobre todo el arte escrito, volcado en los géneros: lírico, narrativo y dramático. Así, cada generación tiene en el literato al mejor intérprete de su paso por el mundo, cuyo acervo escrito es menester conocer bien, pero sobre todo amarlo como el tesoro más preciado, por ser parte esencial de ese gran cimiento de cultura, conocimiento y hermandad, para que la nueva semilla edifique el futuro en terreno conocido, firme y duradero.

En este marco histórico, de contornos humanos, uno de los principales testigos del quehacer huachano de los últimos decenios, es JULIO SOLÓRZANO MURGA, cuya lírica y narrativa, vienen alcanzando las cimas más elevadas del arte escrito, como expresiones de la vida comunitaria, desde la fresca savia del alba, hasta el rojo purpurino del ocaso, como invoca su pensamiento creador: “Con mi pluma entre los dedos escribiré con tinta grana de mis venas, sobre la débil hoja del destino, la historia de mi pueblo que lucha por ser libre”. No como productor de calamidades, indiferencias y miseria, tampoco como mero incidente de su tiempo, menos todavía como espejismo pasajero en el serpentín de Pasamayo, sino como nervudo puente de amor entre el pasado y el futuro, pues nadie, en su sano juicio, ama y valora lo que no está al alcance de sus sentidos, de sus latidos y su memoria, porque solamente nutriéndonos de las experiencias, de las alegrías, de los sinsabores, de la fe y de los sentimientos de nuestros ancestros, se logra construir el fuerte andamio que demanda el porvenir.
Cada relato de Julio Solórzano, como toda obra de buen miliciano en la gran cruzada de la historia, exterioriza línea a línea ese espíritu sublime que anima sus actos cotidianos, de Huacho a Cajatambo y Áncash, de Ámbar a la Capital de la República, y del Balcón de Huaura a Santiago de Chuco, cuna del poeta universal César Vallejo, siempre enfilando la proa de su velero narrativo hacia el corazón de su querencia, describiendo con su pluma sensible en la débil hoja del destino, todo el zumo que le brinda su mente rebosante de recuerdos, con una riqueza de imágenes pletóricas de aromas, matices y sonidos huachanos, hechos y circunstancias llenas de emociones compartidas, bajo el faro luminoso de su lar nativo: que ama, venera y respeta.


El rasgo distintivo de Julio radica en la originalidad con la que describe cada uno de los escenarios literarios, con ese tono campechano de fraterna sencillez y claridad de amanecer, transparente, sereno y fresco; obra que ha ido madurando con el tiempo como fermenta la buena chicha, cuyas fibras vibran sublimes, porque su autor es un narrador con tuétano de músico, con ese carácter templado en los azares del arte, que es la vida misma, de ahí que el cúmulo de sentimientos que trasuntan sus frutos, no sólo reivindican el pasado, además abren sendas fulgentes en el alma regional, crisol en el que se forja la razón de ser del escritor de tierra adentro, pero que tiene en el mar la mano protectora, porque desde tiempos inmemoriales el mar es refugio seguro y aplaca el hambre cuando el suelo no produce. Por eso su obra, como medio de comunicación por excelencia, respira hondo, como el mar más profundo, por eso Julio lleva a Huacho en sus arterias y entrañas, por eso sus relatos son ricos manjares como las delicias marinas y terrenas que saboreamos con agrado, porque desde las playas salen las callecitas estrechas que se abrazan con los campos fecundos, con el fogón de íntima raigambre familiar, con los caminos, los médanos y los sueños. Por eso abre su libro con el relato NOSTALGIA HUACHANA, saudade con aromas del ayer y acordes que brotan de su espíritu sensible; y cierra con FUNCIÓN DE LA PALABRA, amalgama de identidad y compromiso social que libera y engrandece al ser humano: tierno, sencillo y fraterno.

Que DIOS te bendiga, JULIO.


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