EL
TRICICLO VERDE
Con
el que jugábamos
De
tarde en tarde,
Yo
con las trenzas desordenadas
Tú
con tu risita asustadiza,
Mamá
requintaba y papá
Refulguraba
su diente de oro.
Había
más que polvo
Acariciándonos
los rostros
En
aquella pampa de Pasaje Olaya,
Éramos
inmensamente felices
Nos
sentíamos los dueños del mundo
Los
inventores de la risa fácil
Que
derramábamos de nuestros cofres
Llenos
de confianza y de fe
En
esa tierra que amábamos.
Yo
abría los ojos grandes
y
agarraba fuerte el triciclo
Para
impedir que te hicieras daño,
Mamá
me podría castigar,
Me
repetía insistente.
Hace
poco me descuidé hermano
Te
dejé caer del triciclo
Y
nuestros días se hicieron añicos.
Hay
cientos de puños, miles, millones
Que
te amenazan con rostros fieros,
Cómo
gritan, cómo hablan, cómo murmuran,
Quiero
extender los brazos para protegerte
Pero
no sé cómo quitarme estos grilletes de las manos
Cómo
descoser mis labios sellados
Y
cómo calmar este grito silencioso,
Por
un tiempo, por un tiempo.
Sujeta
la mano de papá hermano
Que
es fuerte, con su puño rompía el cemento
Molía
la piedra con la cual mamá hacía harina
Y
doraba el pan con sabor a nuestro Huacho.
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