La campesina peruana Máxima Acuña fue premiada este
lunes en Estados Unidos por su labor medioambiental con la que logró impedir un
proyecto minero que hubiese amenazado varias cuencas y un páramo rico en
biodiversidad en el norte de su país.
La organización Goldman, que otorga el premio
ambiental más importante del mundo, reconoció la lucha que comenzó Acuña en
2011, cuando la minera peruana Buenaventura y la multinacional estadounidense
Newmont le exigieron que abandonara su hogar situado cerca de un depósito de
oro.
El llamado Proyecto Conga, en el departamento de
Cajamarca, obligaba además al trasvaso de cuatro lagunas. Una de ellas,
conocida como Laguna Azul, debía ser transformada en fosa para almacenar
residuos, lo que ponía en riesgo a cinco cuencas y el humedal de Cajamarca,
famoso por su biodiversidad.
© Proporcionado por AFP Vista panorámica del lago Perol, en la mina Conga en Cajamarca, Perú,
el 23 de noviembre de 2011
Una corte provincial dictaminó posteriormente que la
mujer y su familia ocupaban ilegalmente su propiedad, adquirida en 1994. Ella
fue condenada además a tres años de prisión y a pagar una multa de 2.000
dólares, una cifra desorbitada para un agricultor.
Sin embargo, la sentencia no intimidó a Acuña. Con la
ayuda de la ONG medioambiental GRUFIDES, apeló la decisión para demostrar ser
la propietaria del terreno de la discordia, donde su familia se ganaba la vida
cultivando papas y ocupándose de sus vacas y sus ovejas.
Los tribunales le dieron finalmente la razón en diciembre
de 2014 y anularon su pena de prisión y el desahucio. La justicia también
paralizó el Proyecto Conga.
La organización Goldman denuncia que, pese a la
victoria legal, Acuña siga sufriendo el acoso de las mineras, quienes "han
construido un cerco alrededor del terreno, restringiendo su capacidad de
desplazarse libremente en la región".
© Proporcionado por AFP Grafiti en Lima contrario al proyecto minero Conga, en una foto del
12 de julio de 2012
"Han destruido sus cultivos de papa y mantienen
una estrecha vigilancia sobre su propiedad para impedir que ella siembre
más", asegura.
El puertorriqueño Luis Jorge Rivera Herrera también
fue premiado por establecer una reserva natural en el Corredor Ecológico de
Puerto Rico, un espacio donde anidan las tortugas baula, una especie en peligro
de extinción.
Junto a ellos también fueron recompensados por su
lucha medioambiental Zuzana Caputova de Eslovaquia, Leng Ouch de Camboya,
Destiny Watford de Estados Unidos e Edward Loure de Tanzania.
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