Querido amigo José Pablo
Querida Barbara, hermanos, hijos y familiares de Gracia Silva:
Hay veces en la vida que lo más duro e inevitable llega por sorpresa y nos golpea sin darnos tiempo a reponernos, no superado el primer golpe llega el segundo y nos revolvemos desesperados clamando al cielo al no poder aguantar tanto dolor.
Sólo unas líneas para deciros que estoy con vosotros en este difícil momento y daros fuerza y ánimos para seguir adelante el tiempo que la vida nos dé a cada uno de nosotros.
No podría aún si me lo propusiera igualar las sentidas palabras de respeto y amor de Andoni por vuestra madre por ello me sumo a ellas y os ofrezco un poema que escribí hace años pensando en mi madre y TODAS las madres campesinas, hijas del surco y del arado, madres de la encina y el maíz.
Con un fuerte y cálido abrazo y un beso del alma Mano a Mano las Manos
Olivier Herrera Marín: Presidente de POETAP
Al llegar el otoño
Iremos paseando
Entre los robles
En silencio,
Codo a codo,
Mano a mano.
Andaremos el camino
De nuestros padres,
Cuando iban a segar
El trigo del niño,
La hierba y la paja
Del caballo de tiro.
E iban explorando
A finales de verano
Las torres del cielo,
Que no venga granizo
Y nos eche a perder
La cosecha del año.
Con la cabeza erguida
Y el corazón encogido
Pensaban en el largo
Y crudo invierno,
En la rebanada de pan
Con miel de romero.
En el vaso de leche
De la cabra coja,
La de orejas cortas
Y patitas de nieve,
El desayuno diario
Y la cena del niño.
La leche con miel
Y el pan amasado
Por manos cortas,
Fuertes y anchas,
Manos tiernas,
Manos de madre.
Manos campesinas
Quemadas de sol,
De tierra y de luna,
Cubiertas de callos,
Abiertas de heridas
Que te dan la vida.
Manos que ordeñan
La oveja y la cabra,
Que hacen el queso
Cuajando la leche
Con los estambres
De la alcachofa.
Manos de una madre
Que amasa el pan
Fermentado con amor,
Pan horneado con leña,
Cortada por el hacha
Del roble y la encina.
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