AL MAESTRO DEL AFORISMO EN SU YERBABUENA‏

26 abril 2014

Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima



Novela  “Yerbabuena”
Raúl Gálvez Cuellar
Tacneño de nacimiento, limeño de corazón y universal por la extensión de su pluma. Poeta, narrador y crítico. Abogado, pedagogo, ex-magistrado, ex-profesor de Derecho, Filosofía, Lingüística, Literatura e Idiomas. Un hombre con una prolífica producción literaria: veinte poemas, cincuenta años, de mi sombrero, de mi zapato (aforismos), cuentos para sonreír…novela el gato egipcio, Yerbabuena, etc., reconocido en países de Latinoamérica y el mundo, alguna de sus obras han sido traducidos  al inglés, alemán, catalán y ruso,
La novel del siglo XXI
Los mundos totalizadores que explicaban grandes problemas o temas han sido reemplazados por micromundos más personales que contienen el universo. Ese es el no lugar al que ha llegado la novela hispanohablante del siglo XXI, poblado de voces armónicas nacidas del mestizaje genético, cultural y literario de todos los tiempos y lugares con vocación global y sin prejuicios ni miedos de ninguna naturaleza; experiencia y juventud se unen, desde luego un género con más lectores. Un día les preguntaron: ¿hacia dónde va la literatura hispanohablante? Y la respuesta quedó recogida en una fotografía en grupo, de Daniel Mordzinski (El fotógrafo argentino de los escritores), donde estiraron el brazo y señalaron con el índice al frente, mientras el escritor uruguayo Pablo Casacuberta exclamaba: “¡Hacia allá!”.
Yerbabuena
Una palabra compuesta, un mercado dominical un departamento del Perú su Amazonas, el resto es un fantástico pretexto en una novela lleno de ternura verde, en la pluma de su narrador el maestro Raúl Gálvez Cuellar, con toda su travesía lectora, en un mundo de papel con mucho color en cuyo génesis está el hombre, animales, paisaje, luz, densa nubes y el infinito universo de azul y la contra carátula un ancestral Kuelap dando la bienvenida a un jinete de galante estirpe, cabalgando un bayo caballo, son los esbozos icnográficas, en fuente leíble, con 73 páginas muy provechosas que me lo leí de un tirón, dijo Marco Aurelio Denegri entre otras cosas porque eres un buen discípulo de Gracián, que como bien sabes decía: //Lo bueno, si breve//, //dos veces bueno//; //y aun lo malo, si poco//, //no tan malo//.
La novela inicia con un prólogo del autor describiendo el pintoresco mercado dominical de aproximadamente dos hectáreas, donde concurren comerciantes de todo tipo para adquirir desde un botón hasta un toro, pág. 11
//Eduardo despierta y sale precipitadamente de su cabaña...un ruido ha roto la paz, mientras Solitario ladraba con inútiles saltos, se dibujaba en el aire una pelea a muerte entre dos águilas, repentinamente se transformó en Duby, un hermoso dobermán que Eduardo recibiera como regalo de su amigo Fernando, bueno sigue la trama, los vecinos al oír se habían congregado para ver la pelea. Recogida una de las aves de rapiña en tierra aunque con profundas heridas…los cuidados le volvió la vitalidad y se declaró en guerra con los gallos por su amor a las ponedoras mandándoles al mundo de la tinieblas y así nacieron los polliáguilas…//”Pág. 14
Creo que la pluma experimentada de Raúl hace una descripción con mucha maestría plasmada en lo rural con mucha frescura paisajista…eso equivale a decir de la novela “Colmillo Blanco” del escritor norteamericano Yack London, sobre la historia de un perro lobo, un cruce de genes de lo salvaje y lo doméstico y que ningún perro le ganaba alguna pelea, eso perfila la historia en la madurez de un narrador con su jocosidad dándole la magia que amerita todo buen relato con la fragancia poética, dando solución a las situaciones que pasan en las etapas de la vida y en cada lugar, en el mercado Yerbabuena, una narración que rompe los hilos del espacio y del tiempo con viajeras lecciones diferentes pero con una armonía que se amarran en la construcción de esta novela.
Encuentro mucha frescura didáctica de maestro contador de tradiciones de un pueblo como en la antigüedad lo hizo Homero en sus épicas, metiéndose por todos los rincones sin explorar como un ratón, en ese río de viva palabra.
Pág.16. Así es por cierto la novela que transita en sus páginas por lugares insospechables, la del profe cartero, metiéndose en una valija de con encomiendas con destino a Egipto, para conocer la pirámides, pero antes de llegar al Cairo, es descubierto… y devuleto a su Perulandia. La narración transita por Pedro Oliveto quien mantenía sus faroles encendidos bajo la frente y condujo el Jeep, durante varias horas…llegó la hora de partir a Ubilón y subir a Lopecancha; palabra que deriva de una planta “pajuro” llamada “lope” (leguminosa) muy abundante en la zona, tuvo un dueño Joseph Gonzales, pertenecía al Virreynato. Para ello se produce un diálogo

//-No señor ministro de educación-dice el profesor. Lo que queremos los maestros es un aumento de sueldo y no este diploma//. El diploma roto en pedazos. Describe la condición real del maestro en el Perú, un hombre ayunador, también el narrador hace recuerdo del día del colegio saliendo de la niñez ingresando a la adolescencia, la rebeldía es parte de su edad//. Se muestra la clara autobiografía del escritor y toda la lección de intrepidez que tiene la adolescencia, la secundaria una etapa hermosa que marca nuestra vida, haciéndola inolvidable, alguien que diga lo contrario. Siempre nos pasan cosas que merecen la fiesta de la gente que nos mira. El “Incognito” campeón de Lima, desafiado a pelear con “La Mole de los Andes”, campeón de la Oroya...para sacra el campeón Nacional de Lucha Libre, se trataba de Calixto a tantas sugerencias acepta el reto para la pelea… suceden hechos inesperados…que se podría llamar milagro, de tanta golpiza agonizante el profe se sostiene en una esquina del rin al parecer la Mole quería rematar al agonizante…pero al caer el desfallecido y estupor de la Mole se estrella en el grueso madero y es castigado por el profe y sigue…se habla del 06 de julio día del maestro, donde festejan su día y se desahogan en bailes, comidas y otros  episodios, propios de un país diverso pero rico en tradiciones y vivencias.
La revelación propia del autor  pág. 53, //Es posible que nadie le haya visto que cuando baja los escalones, se quita el sobrero si no la boina vasca al llegar a la Casa de la Literatura Peruana-CASLIT.//En la obra Yerbabuena encontramos en su propio autor el paseo de su años con su mensaje lleno de un espíritu emergente, donde sus personajes viven, se mueven con naturalidad en un paisaje lujuriante y constantemente cambiante, pleno de colores, ruidos y olores; y todos ellos se identifican  e integran en un mismo valor: el Hombre- extendida en la prosa del escritor brasileño José Mauro de Vasconcelos, en esa tierna historia que un niño descubre el dolor- Mi planta de naranja-lima.
Al terminara el Bulevar //Pita el tren, pita el tren…el trasandino rojo, aquí nomás a escasos metros…//
En la loca de la casa de Rosa Montero, //Me he acostumbrado a ordenar los recuerdos de mi vida. Todos los humanos recurrimos a trucos semejantes; sé de personas que cuentan sus vidas por las casas en las que han residido, o por los hijos, o por los empleos, e incluso por los coches//. El libro esta engullido de  un recuento de sus lectura y escritos, de sus desasosiegos, de cantos que me hacen despertar alegre, como para decir a lo Walt Whitman, que “¡La literatura está llena de aromas!”, ahí este libro con su pulso poético de corrida prosa.

Pág. 34 y 57, Menciona en sus célebres páginas, de una institución como es la Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima, en donde que los escritores son medios locos-irrumpió Leoncio Bueno, porque los locos no escriben, tampoco los normales. Cierto dijo Casimiro donde se menciona lo que fue el I encuentro Internacional de Poetas y Escritores RGC, a su amigo Jorge Aliaga Cacho, y lo que será el II que se rinde homenaje al gran José Pablo Quevedo y esboza su reconocimiento a sus amigos y sus socios.
Pág. 68, Casimiro hace un recorrido por la fortaleza de Kuelap, con la agitación de todo lo incaico al lado del Utcubamaba, Bagua, ahí donde un domingo de feria me perdí y terminé comprando la novela “Los perros hambrientos” Hay un momento de felicidad para  la vida…el momento en que todos los signos cuajan en la evidencia de un cielo en plenitud…fulgen relámpagos, retumban truenos y se desata una larga tormenta  de alegría, tierra y lluvia se unen a través de la lluvia para cantar el himno de la vida// Editorial Lozada pág. 151de Ciro Alegría, me llamó mucho la atención la gran descripción paisajística del norte de mi país, la costumbre y la vida rural, el ganado, los sembríos y la sequía, los linderos de las chacras hasta hoy grandes problemas que conllevan hasta la muerte por un metro de tierra. 

Concluyo esta presentación de esta extraordinaria obra Yerbabuena de un gran señor de la pluma RGC, entre la poesía y la prosa.
* En la voz de Julio Solórzano Murga, una alma poética con mucha energía en la poética de la región una pastilla de vitalidad para nuestra juventud, hoy situado junto los grandes de la literatura nacional y extranjera.
* Por sobre su jocosidad e ironía alicientes y puños de compromiso de un gran narrador, bajo la sombra de Helman Hesse autor del Lobo estepario la doble faz que tiene el ser humano, cuya batalla es luchar por ser uno mismo con sus virtudes y defectos, eso está reflejado en sus pensamientos.
*Su lenguaje tiene de realismo y simbolismo con mucha emotividad.
* En Raúl encuentro la energía de un denunciante a la injusticias en la sombra de Manuel Scorza, arraigados en el dolor de quienes sufren y otorgándole al tiempo la esperanza en un libro que nos traslada a dimensiones geográficas de la patria.
Mi tributo:

Al hombre de los aforismos
Raúl Gálvez Cuellar
Hombre de rolliza estatura y gravitante saber
de semblanza austera y franca,
afianzada sobre una montañosa barba.
que esconde a sus lisonjeros labios
que cuando hablan fluyen voces de emotiva rebeldía
haciendo ideales exactos en rebelados pensamientos;
tus ojos dos luceros luminosos
sujetados en sus órbitas lunares,
que son tus anteojos como anchos patios,
tu larga melena un ritual clásico de estoico vate
y tu espíritu una travesía sin límites.
Sobre tu cabeza reposa un sombrero, como aureola
que da sombra a tu ideario voraz.
Ese es Raúl G. C., el caminante del aforismo
en cuya espuma fresca reposa tus pies descalzos,
en cuyas manos se esculpió la arcilla de tu niñez,
en cuyos puños levantas la espada y el libro
en cuyas páginas hoy sujetan tus años
y en cuya libertad se eternizará tu palabra
habitando la realidad en el sosiego de tu pluma.
Escribimos para desentrañar los demonios que llevamos dentro y entrarnos un poquito a ser felices con nuestra idealización estética del mundo, agradecidos por todo y por nada es lo que finalmente llevamos en nuestra marcha, en la voz de la trovista argentina Mercedes Sosa, que ayer nomás decía: Gracias a la vida por haberme dado tanto, y a nosotros por habernos dado a nuestro RGC, un grande de la imaginación literaria universal, a sus amigos y a sus lectores y por  la causa social y justa del mundo en la despedida de Gabriel García Marquez, cariñosamente Gabo, Nobel universal colombiando, que en su palabra dijo: "El secreto de la felicidad es hacer solo aquello con lo que uno disfruta" eso petrifica a nuestro hermano escritor Raúl el humano que piensa con belleza universal en nuestro creencia, en nuestro ateísmo, en nuestro agnosticismo, pero sobre todo en la unidad de nuestro peruanísimo español celebremos a Yerbabuena y a su autor.

Muchas gracias
Oscar Catillo Banda
Educador y poeta

                     Huacho 25 Abril de 2014

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