Si supieras cuanto anhelo
Verte aunque sea un instante
Seduciendo mis contornos
Que hierven a fuego ardiente
Por la divina luz de tus ojos
Me retuerzo impotente
Por no tenerte a mi lado
Tocando tu piel soñada
Cuando arde la luna
A la distancia esta mi cuerpo inerte
Frío, cual imán halando muy fuerte
La injusta tortura de mi alma
Pero algún día, si algún día
Enteramente nos entregaremos al candor del alba
Y entre sollozos pediremos a la lluvia
Rocíe de felicidad nuestros cuerpos
Que en delirio de amor reposan
De sagrada entrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario