Todo empezó como soñando,
dice una canción
un sueño maravilloso y divino,
que trae acordes melodías
para mi alma y mi corazón.
Desde el celestial paraíso,
Te posaste en mis entrañas,
caíste como delicada pluma
en el seno de nuestra morada.
Fuiste engendrada con el más profundo amor;
El universo entero se confabuló
para dar vida a tan diminuta célula
que tiene perfume de papá
y dulce sabor a mamá.
Siento tu cercanía
perpetuada en jocosos movimientos y silenciosos gestos
que se confunden
con el cosquilleo que recorre mi cuerpo
cuando la piel de papá
se asoma hacia mis sentidos.
Eres ensueño convertido en realidad,
eres hechura de la altísima divinidad,
eres carne de mi carne
y sangre de mi sangre,
eres el ansiado motivo
impregnado de ternura y felicidad.
Busco con impaciencia tu rostro,
imaginando tu mirada angelical;
finalmente mis ojos se detienen
ante el destello magnífico de amor
que solo papito nos puede brindar.
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