Ayer mi pena fue alegre
porque se cansó de triste
y tú la animaste, ...... ¿Sabes?
Cuando tus manos tomaron las mías
mientras el viento de nosotros hacía
piruetas de alegría.
Tú estabas de azul plomo
como tus ojos,
como mis días,
como los besos que enjuagaste en mi boca,
y que la noche se llevó en su vacío.
Ayer mi pena fue alegre
porque se cansó de triste.
Tu Boca
Tu boca no fue suficiente.
Las cosas que con ella prometiste,
Juraste, callaste, dijiste.
Tu boca no fue suficiente.
No, no fue suficiente tu boca.
Y mi amor angustiado dejó.
el placer que con ella me diste.
Rompí el embrujo de tus labios rojos
duchos en placeres, libidinosos,
lácteos.
Ahora te ahogas en mares de un día,
tu lengua ansía encontrar
la serena laguna que tuviste,
donde anclabas tu cuerpo
para limpiar los besos
que a extraños diste.
Tu boca.
Tu boca y tú:
no pueden creer
que me perdiste.
Tsvetnoy Boulevard
Regresaste a su playa
para pagar la cuenta,
marco de angustia,
tus pupilas, tus ojos.
Supiste dominar el ocaso
con tu estampa.
Retrocediste el tiempo
para arrullarte en sus ojos
y el tiempo no pudo borrarlo
de tu recuerdo.
Lo abrazas y llorar no puedes,
hasta llanto falta cuando el tiempo
nos quita todo.
De tu vida le entregaste la última llama
como pidiendo perdón,
llorando, llorando, sin lágrimas
como una loca, llorando.
Sacudo el tiempo
Sacudo el Tiempo,
tiro la chaqueta,
como diciendo basta de apremios.
Sobre la cama
separo las penas que no deben viajar
a tu encuentro.
Anhelo tu pelo, tu recuerdo.
Me inclino a la memoria
de tu cuerpo,
porque repetirte quiero.
Detener el por venir
un ratito.
Abrazarme a antiguo sueño.
Te quieros de entonces
piel trajinada de lunes,
que mis caricias esperan.
Cruzaremos tu plaza
Tomados de la mano,
cazando memorias empujadas por el viento.
La heridas del alma no sanan,
tú sabes,
Tal vez éste sea nuestro último encuentro.
Si vas a Venecia
Si vas a Venecia
la gòndola espera
fulgor de recuerdos
de nuestra era.
Palomas,
barrio judìo,
ghettos,
San Marco
y el vino lleno de estrellas.
Si vas a Venecia
el acordeonista
iluminarà tus ojos sajones,
tu esbelta figura,
tu por favor
`toque la cumparsita'.
Tus ojos
lloveràn estrellitas,
recordaràs aquellas caminatas
haciendo el amor con las manos,
el spaghetti de los dioses
el pan de ajo y una quimera.
Si vas a Venecia el dìa que muera
prometo esperarte en la misma mesa,
frente a San Marco,
para enjuagar el beso que tus labios esperan.
Te lo prometo,
no morirè el dìa que muera,
pero ese dìa te matarè
para que me acompañes al cielo.
allì donde solo llegan las estrellas.
Como viento al alma
Entraste como viento al alma,
remolino,
para acariciar mis penas,
botitas irlandesas repiqueteando,
mi corazón enfermo.
Cuánto puede durar un vendaval.
Inesperado.
Sorpresivo.
Mirada negra de luz blanca y negra,
figura etérea,
cabellera africana, sonajitas.
Volviste.
¡Oh hebdomadaria espera!
El profesor espera,
Llegaste, viento sonriendo,
sentose en esa aula de dolor,
pena y defunción.
¡Pongan sus diccionarios sobre los pupitres!
Hoy vamos a conjugar el verbo SER:
Soy
Eres
Es
Somos.
¿Qué soy corazón?
Dímelo tú, viento.
Tus manitas se agitaban.
Diccionario, páginas, felices,
y mi corazón lloraba tu alegría.
Volaste, a una de tus estrellas,
mi alma quedó con el recuerdo,
botitas marrones,
canillitas abrazadas,
sujetadas por pasadores gastados,
como mi espera.
Desde ese día busqué el céfiro,
susurro de tu brisa.
Huracán de tu boca que nunca
arrasó mi boca.
Quiso Dios un día,
que mi pena se convirtiera en tifón,
busqué,
te encontré,
lluvias,
nos unimos en trueno,
lloramos,
y juntos volamos suertes de alegrías y desgarros.
¡Ay de mí, corazón!
Jorge Aliaga Cacho en Paris |
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