Eliseo León Pretell: Poemas

10 abril 2012

¡AY! POETA

Quien te pudiera entender

amigo, hermano poeta,
cuando tu pluma interpreta
al humano en su quehacer.

Como queriendo encender, un cirio en un cuarto oscuro
luchas venciendo el apuro, como si alguien te exigiera,
te empeñas a tu manera, puliendo el verso seguro.

Sabes que el camino es duro,
tu vida es garúa y bruma,
vas serpenteando en la espuma
del aplauso limpio y puro.

Eres cual trigo maduro, dando esperanza y amor,
tus versos son del verdor, de la esmeralda y la vida,
dando a la prenda querida, todo un cielo arrobador.

¡Ay! poeta…, ruiseñor
cantor de amores ajenos,
pintas con los ojos llenos
de perlas en tu dolor.

Tu mundo es de otro color, tu sentir…, qué diferente,
Es que no sabe la gente, del tamaño de tu cruz;
pero sigues siendo luz, palmada, y seguro puente.

Como el sol raya el oriente
con tus versos vas sombreando,
palpando de cuando en cuando
los repliegues de tu frente.

Luego vuelves diligente, con la palabra precisa,
pintado de una sonrisa, de haber llegado a la meta,
ya tienes la obra completa, letra que al fin se eterniza.

OSITO DE AMOR

Otro día, otra noche

de nuestro último beso
en todo, hasta en mi rezo
redibujada estás.

Tú teniendo a tu osito entre tus brazos preso,
sentirás mi embeleso…, y me recordarás.

Ese amor que refleja
en su fija mirada
rozando con tu almohada
y tu pecho quizás.

Esas son mis caricias como una pincelada,
tú llorando callada…, más me recordarás.

 También será posible
que te invada una pena
y en esa ruin condena
te abandone la paz.

Sólo abraza a tu osito y estarás más serena
sintiéndote ya plena…, más me recordarás.
Una tarde cualquiera,
tal vez de madrugada
una corazonada
te asalte donde estás.

Busca a tu lindo osito perdido en la frazada,
y con él abrazada…, más me recordarás.

Así, cualquier mañana,
no se como, ni cuando
mi alma estará tocando
tu puerta y le abrirás.

Diciendo entre sollozos, casi muero esperando
te abrazaré jurando…, no separarnos más.

TRISTE ADIOS

Dejé mi beso imberbe en tus ojos llorosos,

tus labios temblorosos no más dijeron nada.

Uniste tu tristeza a mi pecho angustioso,
lloró el cielo celoso con su niebla cerrada.

He querido olvidar… esa fecha marcada,
como una dentellada en mi vida azarosa.

Podrán pasar mil años, jamás será borrada,
tu cara enamorada… tierna como una rosa.

Cuántos testigos mudos mi mente aun desglosa,
mañana presurosa, gente y viejos balcones.
por tus supremos dones, eras la más hermosa.

Ese amor inefable por una y mil razones,
se grabó sin borrones como epitafio en losa.

La pasión más hermosa… de nuestros corazones.

No hay comentarios: