DEBI aguardar diez años para que al fin Pudiera escucharte, amigo mío Qué hechizo no probé Qué wayruro Y cuarzo no puse al pie de tus libros amados Hasta que volviera tu cálida voz a lo Gardel En una ráfaga de otoño prendo el incienso y revivo pasajes: -Parece ser que en una obra literaria lo más difícil es la primera oración, solías decirnos en el tiempo de la siembra Dibujas el patio de Letras de San Marcos Frente a una tacita de café en La Victoria Tomamos el cielo por asalto en 1979 y la Anea en adhesión a la huelga del Sutep. Viejo compañero, rara vez hablas del Amor Aroma disperso y mano abierta La infancia es un olor a carnavales Tus uñas cortas y la sonrisa generosa Leves musitas tu desvelo oculto Tu apoyo a los escritores marginales Tu fe en los condenados de la tierra El verano de 1993 mientras fraguamos el tributo Al portugués Cardoso Pires (para Kachkaniraqmi # 8) Sueltas el río caudaloso y paulatina tu vida fluye Exorcizas demonios entres lumbres Y por arte de magia la tensión se crea Y muestras el clímax dramático narrativo Crecerán flores en tu ventana Una muy roja volará Al filo de un acantilado ¿Cantaremos las romanzas prohibidas? Silba la lluvia oscura bajo el pálido aire Una ronda de claveles Un destello de amor Sobre esta patria que se hunde sin ti
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