TU ENTREGA
Hemos corrido al monte
como dos lúbricos espectros.
Enloquecidos por beber
del néctar sexual y delicioso.
Bajo un árbol tierno
de ramas coquetonas,
sobre una sábana de pasto
extiendes tu cuerpo de sirena.
Con besos sabor a viento
te despojo de tus prendas
y descubro hipnotizado
tu piel de Venus,
tan perfecta, tan radiante
cual montañas de ternura.
Enloquecido,
cual quijote enamorado,
desprendo mi coraza
y me monto,
¡oh!, mi Dulcinea,
sobre el lomo dócil
de tu cuerpo inmaculado.
Por las rutas de tu cuerpo
cabalgo como un jinete enardecido,
devorando a besos
milímetro a milímetro
tu piel de durazno terso.
Me siento
un halcón bifurcando el viento,
un pez surfeando olas,
un león recorriendo sabanas
y picaflor bebiendo
la miel de tus entrañas.
TE VAS
Ya no hay lágrimas
en los ojos de los mares:
el océano es un desierto ahora.
El cuervo grazna alegre
y picotea tus recuerdos.
La paloma llora
y sus alas
son fantasmas en el viento.
Te vas
y el eco de tu voz
se pierde en la piel del horizonte.
Te vas y detrás de ti
calles en llamas
impiden a mi alma
que te siga.
ADORO
Adoro
el aroma azul de tu sonrisa
y el rocío carmesí de tus besos matinales.
Adoro
tus ojos de poesía lúdica
y el brillo de tus pupilas de mañana.
Adoro
tu cuerpo de guitarra
y la sinfonía de tus pechos celestiales.
Adoro
tu ombligo de caracol dorado
y tus cabellos oleados de verano.
Adoro
tus suspiros melodiosos
y la brisa loca de tus caricias.
Y adoro
el brinco de tu corazón
y tu palpitar en la dulce cópula nocturna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario