Blog personal de poesía y literatura: Aquí quiero entregarles las tradiciones y costumbres de mi tierra, poemas de mi autoría y sobre todo noticias de importancia acontecidas en la Capital de la Hospitalidad.
José Jorge Nava Pittaluga
30 marzo 2010
Desde el año1990, se dedica a tiempo exclusivo a la Investigación Histórica. Como resultado de esa noble actividad ha escrito varios libros, como:
“Antología Biográfica y del Pensamiento Universal”; “Atentados Políticos que conmovieron al Mundo”; “Los Gobernantes del Perú”; “Huaura Cuna de la Independencia ”; “Historia del Periodismo en el Perú”, dedicado a los Periodistas de la Provincia de Huaura-Huacho; “Por el 25° Aniversario de la Promoción de “Administración” Luis Salazar Larraín” de la Universidad Nacional Federico Villarreal; “Homenaje a Huaura en el 403° Aniversario de elevación de Pueblo de Indios a Villa Española, o de Carrión de Velasco; hoy Distrito Histórico de Huaura.
Todos elaborados con esfuerzo propio, de Edición Privada y, donados a Bibliotecas, Colegios, Instituciones Patrióticas y culturales, personas notables y amigos de diferentes puntos del país y el extranjero.
Desde el año 1997, se encarga de la página cultural del Periódico Regional Independiente “El Cono Norte”, publicando artículos de contenido histórico exclusivamente.
Así mismo en el año 2000, “ La Revista de Huacho, Ediciones Especiales”, le publica cinco Suplementos de hechos históricos republicanos, que tuvieron como escenario la Provincia de Huaura; especialmente Huacho ciudad y la Villa de Huaura.
Posteriormente en el año 2001, “La Revista de Huacho, Ediciones Especiales”, publica tres de sus artículos: dos relacionados con Huacho durante la Campaña de La Breña, y otro relacionado con Huaura Distrito.
Posteriormente en el mismo año 2001, presenta dos nuevos libros: “Mariscal Andrés Avelino Cáceres Dorregaray y la Dignidad Nacional” y, “San Martín Libertador del Perú, Huaura Cuna de la Independencia Nacional” (Próxima a salir la 2° Edición, ampliada).
Así mismo, la tercera edición de “Historia del Periodismo” y la sexta edición de “En Homenaje a Huaura en el 403° Aniversario de elevación de Pueblo de Indios a Villa Española, o de Carrión de Velasco; hoy Distrito Histórico de Huaura.
En el año 2002, presenta la 7° Edición y en 2003, la octava del libro “Homenaje a Huaura en el 403° aniversario de elevación de Pueblo de Indios a Villa Española, o de Carrión de Velasco”. Próxima a salir en el presente año 2004 la novena edición.
Escribe para el Diario Judicial de Integración Regional “ECOS” y para el “Diario HOY” (Ambos de Huacho), artículos exclusivamente de contenido histórico.
Fue redactor fundador de la Revista “VEA MAS” de Huacho, publicando en cada edición importantes artículos de contenido histórico.
Autor de más de cuarenta artículos de índole histórica y cultural, publicados en revistas, periódicos e Internet (Página Web: pagluis) donde encontrará en forma separada, temas exclusivos sobre Huacho, capital de la Provincia de Huaura y, Huaura Distrital.
Ha organizado y participado en diferentes eventos de carácter cívico, patriótico y cultural; desempeñando en algunas ocasiones como maestro de ceremonia.
Un Piropo y una Flor
Pasaste por mi lado, en alegra circunstancia
Y tus ojos percibieron, mi singular añoranza,
Luego un piropo, una sonrisa, una fragancia
Un dulce sueño, un nuevo día, una esperanza.
¡Oh! Linda Flor, precioso edén de las mañanas
Mi dulce amor esencia de rubor y suave terciopelo,
Labios divinos, rosada piel, que te engalana
Soy tan feliz pensando en ti, mirando al cielo.
Quisiera estar a tu lado cada instante,
Por ese amor, tan grande amor, que tu me has dado
Que ahora vivo muy contento, y al evocarte,
Es tu recuerdo en mi mente, muy sagrado.
Es la distancia mi enemigo y pasión,
Es tu sonrisa, mi alegría y dolor,
Y el pensamiento que me llena de emoción:
Es la fragancia bendita, de mi preciosa Flor.
Quiera el destino que este amor no falle,
Ni amanece la infamia que hace tanto daño,
Y olvidar para siempre aquellas calles
Donde algún día sufrí el más vil engaño…
Llegó la hora de despedirme mi capullo,
Deseando amarte siempre con ardor,
Repitiendo cada día con orgullo:
“Que del jardín hermoso de la vida,
Quedé prendado de una linda y pequeña Flor”
Aun Tenemos Tiempo
Todo en la vida se torna tan gaseoso
Que no se salva el destino, ni el paisaje bello,
Acciones vanas, esfuerzo cruel y tormentoso
Vanamente discutiendo, por lo nuestro o por aquello.
La realidad de este mundo es un infierno
La realidad de la vida es inconsciente,
Que hermosa es la verdad y el beso tierno
Que bello es la palabra que no miente.
Cuantas veces con injuria inaceptable y desleal
Cuantas veces con crueldad e incomprensión,
Tercamente vivimos en el mundo, haciendo el mal
Sin acordarnos de Dios y pedir su bendición.
Hoy me arrepiento y aspira a ser mejor
Cuidando siempre al ser que quiero,
Y lucharé por conservar, rogando a Dios,
Fuerzas me de, y su luz me haga cambiar
Para aprender a perdonar y hacer el bien con mucho amor.
En esta vida hay que luchar con gran fervor
Con gran esfuerzo y sacrificio, por los demás,
Mucha oración, fuerte la fe, dulce candor,
Es mi esperanza, mi gran deseo vivir en paz.
Cuanto lamento, tiempo perdido y tan fugaz
Cuanta experiencia, tantos recuerdos, mucha ambición,
De los amigos y sus bondades, no supe más
Todo es falsía, todo es olvido, mucha traición.
Cuando estudiante un día quise, yo ser mayor
Sin experiencia, bondad infinita y devoción,
Habrá respeto, confianza mutua, dulce amistad
Para seguir con emoción, por el camino del señor.
Si oyes la palabra de Dios,
Y lo adoras por sobre todas las cosas…!
Tu mente será feliz y maravillosa tu vida
Dios existe. Dios es la vida. Dios es amor.
Bendito Corazón
Como recuerdo el día que te conocí
Bendito amor, gran alegría, dulce pasión,
Soy tan feliz desde el día que te vi.
Gracias a Dios…gracias a ti…! Bendito Corazón!
Tu me enseñaste que la vida es sacrificio
Y luchaste con amor hasta que yo te comprendiera,
Para obtener de ello, el hermoso beneficio
De quererte siempre y con amor, hasta que muera.
Somos felices en nuestro sufrimiento
También sufrimos al reír con llanto,
Las riquezas materiales, con el viento
Se acaban, desaparecen…! No valen tanto!
Seguiremos por la senda ya escogida
Es el destino, es el silencio nuestras vidas,
Es el recuerdo, es el amor, dulce semblanza
Oh Dios Divino, es tu gran luz nuestra esperanza.
Renuncia
No he podido encontrar el nombre
Ni la palabra precisa y razonable,
Para dar fin a tanto engaño y tanta infamia
Que algún día llorarás,…….y no te asombres!.
Hoy que nos encontramos cerca y distante
Pienso y razono sobre la historia aquella,
No me extrañan ya no seas parte de ella
Ni una sombra, ni un rastro, ni una huella.
Sigo pensando y recuerdo….! Caminamos mucho!
Llenos de amor, comprensión y alegría,
Pero, no entiendo todo eso ¿Qué se ha hecho?
Que hoy no queda ni la sombra de aquel día.
Hoy que renuncio a ti…..Pienso que tu y yo
Renunciamos a todo lo que antes quisimos,
Y comprendo que…..en la vida todo es sueño
Y renunciado a ti, vuelvo a ser mi propio dueño.
Qu7e esta historia termine silenciosa
Es mejor olvidar que recordar,
Eres alegre, coqueta y ambiciosa
Y tu corazón voluble, no sabe amar.
Pensando en Ti
Tu sonrisa incomparable la recuerdo emocionado
Y al pronunciar tu nombre, disminuye mi voz
Los momentos que vivimos serán siempre sagrados
Por que es la hermosa historia que escribimos los dos.
Todo cuanto se hace en el mundo, es por una esperanza
Y la esperanza nos dice, que el mañana será mucho mejor.
Porque la esperanza es el sueño del hombre despierto,
Por que la esperanza es el único alivio de los pesares del hombre,
Por que la esperanza es vivir con el corazón abierto.
Quien vive de esperanza, morirá de sentimiento,
Por eso el corazón tiene razones, que la razón no comprende.
La lógica es buena para razonar, pero mala para vivir:
¿Por qué cuando jóvenes deliramos, cuando mayores luchamos,
Y en la vejez, añoramos?
Pero la vejez nos hace libres,
Por que las pasiones han abandonado su presa
Y nos queda la voz humana, y la palabra sincera.
Una buena palabra es la más bella de las bellas artes,
La palabra de buena fe, se acusa a si mismo,
La palabra de mala fe, acusa a los demás.
Por eso esta noche, mi pensamiento y mi corazón
Se unen y comparten un mismo sentimiento,
La noche es feliz por fuera, mi corazón canta por dentro.
Javier Heraud "MI CASA"
28 marzo 2010
manzana,
con sus
libros,
con su
cáscara,
con su cama
tierna para
la noche dura.
Mi cuarto es el
de todos
es decir,
con su
lamparín que
me permite reir
al lado de Vallejo,
que me permite ver
la luz eterna de
Neruda.
Mi cuarto, en
fin,
es una
manzana,
con sus libros,
sus papeles,
conmigo,
con su
corazón.
Por mi ventana nace
el sol casi todas
las mañanas.
Y en mi cara,
en mis manos,
en el dulce
clamor de la luz pura,
abro mis ojos entre la
noche muerta,
entre la tierna
esperanza de
quedar vivo un
día más,
un nuevo día,
para
abrir los
ojos ante la
luz eterna.
Javier Heraud,
Perú
Texto tomado del poemario: El Río. Lima. 1960.
Mario Benedetti "ROSTRO DE VOS"
24 marzo 2010
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.
Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.
Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.
Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.
Mario Benedetti,
Uruguay
Francesc Relea "JOSÉ SARAMAGO: LA MUERTE ES LA INVENTORA DE DIOS"
22 marzo 2010
Hay quien me niega el derecho de hablar de Dios, porque no creo. Y yo digo que tengo todo el derecho del mundo. Quiero hablar de Dios porque es un problema que afecta a toda la humanidad". José Saramago (Azinhaga, 1922) ha vuelto a escribir de un tema que le inquieta. Lo ha hecho esta vez a través de una figura bíblica con mala prensa. Caín (Alfaguara), última novela del premio Nobel de Literatura de 1998, tiene grandes posibilidades de levantar las iras de algunos sectores católicos. Nada nuevo para el escritor portugués, que en 1991 generó una polémica mayúscula con El Evangelio según Jesucristo. En aquella ocasión, el Gobierno luso se sumó a la campaña contra Saramago, al vetar su nombre como candidato al Premio Literario Europeo. El primer ministro era el conservador Aníbal Cavaco Silva. Hoy es el presidente de la República. El veto indignó al escritor, que decidió autoexiliarse en Lanzarote, donde reside con su esposa, Pilar del Río, desde entonces.
¿Se puede repetir la historia ahora con Caín? "No. Ya metieron una vez la pata. No repetirán la experiencia, a no ser que quieran caer en el ridículo", dice Saramago, con aparente convicción. La entrevista tiene lugar en su casa lanzaroteña, refugio del escritor, a la que acuden amigos de todos los rincones. Dentro de unas horas tiene prevista la llegada de Mario Vargas Llosa. "El Evangelio... provocó las reacciones más violentas en sectores católicos de Italia. Me llamaron provocador", explica. "En mi opinión, los católicos no tienen motivos para enojarse con Caín, porque no tiene nada que ver con ellos. El libro habla del Antiguo Testamento, y me parece que los católicos no leen la Biblia ni el Antiguo Testamento. Tienen el Nuevo Testamento, que es un texto simpático con parábolas bonitas. Creo que Caín sentará mal a los judíos, porque la Torá es su libro. Me llamarán de nuevo antisemita. No me importa. He escrito el libro que quería y creo que es una buena obra literaria". Una obra que reescribe libremente una historia, la Biblia, que según el autor no ocurrió. Y para ello usa elementos de esta historia, Babel, Jericó, Sodoma y Gomorra, Moisés en el Sinaí. Entonces ¿qué ha escrito? ¿Una fantasía? "Sí, pero en mis fantasías hay mucha lógica, y esto ocurre en muchos de mis libros. Le propongo al lector un punto de partida que puede parecer absurdo. Pero después, el desarrollo es siempre de una lógica impecable". Acaso pretende hacerle la competencia a la Biblia. "De ninguna manera. No pretendo que el lector crea haber visto la luz después de leer el libro. Sólo propongo que piense en sus propias creencias y qué espera de ellas. ¿La vida eterna? ¿La condena al infierno?"
En la controvertida novela del Evangelio, Saramago humanizó la figura de Jesucristo. Algunos lectores de su último libro apuntan que ahora humaniza la figura de Caín. Pone cara de póquer, medita un instante y hace la siguiente reflexión: "Lo que pasa es que Jesús humaniza la figura de Dios. Jesús suavizó y matizó el Dios del Antiguo Testamento. Nunca tuve la conciencia de que estaba humanizando a Caín, pero, claro, es el fratricida, el asesino de su hermano Abel. En castellano hay la palabra cainita, que habla por sí sola. Siempre he pensado que la historia de Caín es una historia que ha sido mal contada en la Biblia. Como la de David y Goliat. Goliat nunca ha podido acercarse a David, David venció porque tenía una onda, que era la pistola de la época".
De dónde viene esa obsesión por escribir de Dios, pregunto, porque el tema de fondo es Dios, aunque ahora sea a través de la figura de Caín. "Puede parecer extraño", dice. "Nunca tuve educación religiosa. Ni en el colegio, ni en casa. No tuve crisis religiosas en la adolescencia ni cuando uno empieza a preguntarse sobre la muerte. Sinceramente, creo que la muerte es la inventora de Dios. Si fuéramos inmortales no tendríamos ningún motivo para inventar un Dios. Para qué. Nunca lo conoceríamos". El ateísmo del autor tiene sus matices. "Ateo es sólo una palabra. En el fondo, estoy empapado de valores cristianos, y es verdad que algunos de estos valores coinciden con valores de humanismo. Los acepto. Ahora bien, todo lo que tiene que ver con la creencia en un Dios superior y eterno, que un día me condenará, me parece una chorrada".
Las páginas de Caín son implacables con Dios. "No", replica. "Soy implacable con la especie humana, que ha inventado el Señor". Bueno, pero el libro dice, entre otras cosas, que Dios no es de fiar, que es capaz de pactar con Satán, que está rematadamente loco. Le trata de rencoroso, maligno, corrupto... Le acusa de despreciar la Justicia. Y así hasta el final, donde afirma que Dios acaba por arrepentirse de haber creado el hombre. "Sí, por eso, según la Biblia, ordenó el diluvio y exterminó a la humanidad, a excepción de Noé y su familia. El libro es una lucha entre el hombre y Dios. Con Caín, que no era precisamente un santo sino todo lo contrario, pero en el fondo más limpio de mente y más transparente".
Mientras escribía, Saramago tropezó con un problema narrativo que parecía no tener solución: el paso de Caín por el tiempo. ¿Qué hacer? "Inventé, no el futuro ni el pasado, sino lo que llamo otro presente. De repente, Caín se encuentra en otro presente, no importa que sea pasado o futuro. Creo que conseguí conservar el humor en un tema tan complicado. El libro es divertido y profundamente serio". No es una ironía premeditada, asegura. Nunca premedita nada. La historia marca el camino de cómo tiene que ser narrada. "Soy una mano obediente que intenta no hacer nada en contra de la lógica y de lo que estoy escribiendo. Que acepta lo que quiere la propia historia. La ironía es una constante en todos mis libros. El humor aparece por primera vez en El viaje del elefante, y se repite en Caín. No fue una decisión consciente, simplemente ocurrió así".
La novela termina con una discusión, cargada de reproches mutuos, en el umbral de la gran puerta del arca de Noé, entre Dios y Caín: "Caín eres el malvado, el infame asesino de su propio hermano. No tan malvado e infame como tú, acuérdate de los niños de Sodoma". Es la eterna discusión entre el hombre y Dios, precisa el escritor. Una discusión sin salida. "Ni él nos entiende a nosotros, ni nosotros le entendemos a él. Son dos entidades que no se han entendido, no se están entendiendo y no se entenderán".
Saramago lo escribió en cuatro meses, la mitad del tiempo invertido en su anterior libro, El viaje del elefante. En ambos casos, reconoce, tenía prisa por escribir, en una carrera contra el tiempo. No podía bajar el ritmo. "Ahora ya puedo darme el lujo de reducir la velocidad. Cumpliré pronto 87 años. La vida es como una vela que va ardiendo, cuando llega al final lanza una llama más fuerte antes de extinguirse. Creo que estoy en el periodo de la última llamarada, antes de la extinción. Lo digo sin dramatismo. Tengo muy claro que no voy a vivir mucho más. Ahora estoy en una fase en la que sí creo que puedo hacer un trabajo y lo puedo hacer bien, quiero hacerlo. Después acabará todo y quedarán mis libros, que pienso seguirán siendo leídos. Espero, si la salud aguanta, terminar la novela que tengo entre manos". No revelará nada del próximo libro. Tan sólo un detalle: ya tiene decidida la última frase. No habrá sorpresas ni cambios sobre la marcha. No suele haberlos en su escritura. "Creo que soy un escritor lógico".
Pilar del Río va y viene por la casa, como siguiendo en la distancia la conversación. Saramago habla con cierta parsimonia, pero no da muestras de cansancio. Pasamos de la literatura a la política, su otra gran pasión. Le gusta hablar de política. Toma carrerilla y no para. Las primeras críticas son para el Partido Socialista (PS), que ha gobernado en Portugal los últimos cuatro años y medio con mayoría absoluta, y que seguirá en el poder después de ganar las elecciones del pasado 27 de septiembre. "El Gobierno socialista ha hecho políticas de derecha y el problema es que no hay ningún palacio de invierno para asaltar. Lo peor de todo, y esta crisis lo ha demostrado, es que la izquierda no tiene ideas. Ningún partido de izquierda, más o menos roja, más o menos rosa, ha presentado una sola idea para combatir la crisis. Y con los sindicatos ha ocurrido lo mismo. Su fuerza está dormida, domesticada. Me parece que Marx nunca ha tenido tanta razón como ahora. Pero eso no es suficiente. Haría falta una reflexión profunda, partiendo de Marx".
Es sabido que el premio Nobel portugués es militante del Partido Comunista desde los años sesenta. Un PC que no tiene parangón en la Unión Europea, de larga tradición estalinista, que sigue llamándose comunista, que conserva la iconografía bolchevique, hoz y martillo, bandera roja, que sigue soñando en épocas pasadas, probablemente más próximas a lo que representaba la antigua Unión Soviética, y que, contra viento y marea, tiene un electorado inquebrantable de medio millón de votos, que representa alrededor del 8%. El escritor admite que "es muy posible" que el PCP viva anclado en el pasado. "Lo que pasa es que tenemos una herencia, de la que no puedo despegarme. Y es posible que esta herencia no tenga mucho que ver con la realidad actual. Pero ¿por qué la realidad actual tiene razón?". Su militancia comunista tiene, probablemente, más de sentimentalismo que de convicción. "Los sentimientos cuentan. No me reconocería en ningún otro partido. Puede que sea mi culpa, y que esté enquistado en ideas del pasado, pero yo también tengo mi propio pasado. Francamente, no sabría convivir en otro partido si mañana dejara el PCP. No me pasa por la cabeza". Entonces ¿por qué sigue en el Partido? "Por respeto a mí mismo. He sido muy crítico con mi partido. Dije en una ocasión que nunca dejaría el partido, con una condición: que el partido no me deje a mí. Dejarme a mí sería un cambio radical de rumbo. No creo que eso ocurra". Tuvo una incursión, fugaz, en la política activa, cuando fue presidente de la asamblea municipal del Ayuntamiento de Lisboa. Duró cuatro meses y acabó enojado hasta con su propio partido. No le quedaron ganas de repetir la experiencia, aunque en alguna ocasión aceptó ir en las listas electorales en lugares no elegibles. "Creo que sería un diputado muy bueno", dice sin cortarse. "Siempre he dicho lo que he querido, y también es cierto que la dirección del partido nunca ha hecho nada para impedírmelo".
Saramago hace tiempo que no sube a su escritorio, en el piso superior de la casa, porque la estrecha escalera entraña un riesgo demasiado alto. El estudio tiene una hermosa vista con el Atlántico al fondo, la mesa de trabajo, anaqueles con los libros más queridos, pinturas, recuerdos. Ahora escribe en la biblioteca construida en un edificio anexo a la casa, que alberga su colección particular, convenientemente catalogada, a la espera de su traslado a la Casa dos Bicos, un edificio emblemático del gótico lisboeta, construido en 1523, que será la sede de la Fundación José Saramago, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de la capital. "La fundación es cosa de Pilar", dice el escritor. La compañera inseparable, traductora de sus últimos libros, es el motor del engranaje. "No sólo el motor, también las ruedas". En la recta final de su vida, contempla una vuelta, tal vez parcial, a su querida Lisboa, donde tiene una casa. "Ahora nos vamos a Italia y luego nos quedaremos unas semanas en Lisboa. Allí siento que estoy en casa. Nunca pensé que viviría en una isla en medio del Atlántico, a 100 kilómetros de la costa africana". Todo parece a punto para el regreso.
Danilo Sánchez Lihón “REGRESAR A LA TIERRA NATAL”
20 marzo 2010
"Se había ido y sin embargo estaba” Felipe Arias Larreta
"Y hay quien adora su huerta, su terreno, su gente, su caballo, su perro. "Luis Valle Goycochea
1. Aleros de los techos
– ¡Hijo mío! ¡Dios bendito que te ha traído! ¡Cómo estás hijito! –Y me abraza.
– Bien; abuelita. ¡He venido a verte!
– ¡Ay! –Llora–. ¡Ya me iré a morir! ¡Pasa, hijito, pasa!
Así me recibiría mi abuela ya difunta, en la casa ya vacía y derruida.
Porque con esas palabras me besó unas horas antes de morir cuando nadie podría haber imaginado un suceso tan terrible.
Por eso, escribo mis recuerdos de infancia, vivida en Santiago de Chuco, un pueblo en la cordillera de los andes al norte del Perú.
Tan cerca a las nubes que los niños tenemos que estarlas aventando hacia arriba con un palo, un “eleva nubes” o un “espanta neblinas”.
¡Porque ellas por quedarse se enredan a propósito en los aleros de los techos!
2. ¿Quién es?
Ahí nací y allí me crié, hasta los 16 años de edad. Y adonde, desde que salí –¡hace muchos años!– no he regresado sino dos veces y sólo por breves horas:
La primera al nacer mi última hermana: Elvira, y coincidentemente, horas antes que muriera mi abuela.
Y la segunda vez cuando murió mi padre, 15 años después,
– ¡Es un ingrato!
– ¡Nunca se acordó de nosotros!
– ¡Pero ahora ha llegado!
– ¿Quién es? –, pregunta una sombra joven.
– ¡Es el hijo del maestro! ¿Te acuerdas cómo era? ¡Yo sí me acuerdo!
– ¡Qué! ¿Y nunca había vuelto?
Así es... Tanto que quienes poco me conocen piensan que yo no quiero a mi pueblo y lo he olvidado.
Pero, ¡eso no es cierto!
3. Subido allí
Porque en cualquier lugar donde esté, así aterrice en el polo o caiga en otro planeta o me arrojen al fondo del mar –y durante todos los días de mi vida– cierro los párpados y ya estoy en Santiago de Chuco, la tierra donde nací y me crié.
Sea adormilado en una mecedora en uno de los balcones que dan a los Champs Elysées en París, o en las arenas rojizas de la Praia Urca en Río de Janeiro o adormilado en el Taj Majal frente al horizonte azul verdoso de Atlantic City, aparecen las espigas inmutables de los muros de las calles de mi infancia.
Ni bien se borra de mis retinas la realidad inmediata, cuando ya está mi alma correteando por las veredas, torciendo las esquinas, avanzando por los caminos y campos de mi aldea nativa. O ya estoy trepado en las paredes viejas –no crean que siempre feliz sino con frecuencia desolado– viendo a los toros jalar los troncos de eucaliptos recién derribados en algún bosque.
O, simplemente, subido allí escuchando las voces de la gente que pasa por la calle, sumergido y arrobado en el tono de su manera de hablar, sin preocuparme en tratar de entender lo que dicen.
4. Ya no existen
Todo esto: ¿Qué será? Y, ¿por qué duele tanto?
Santiago de Chuco está palpitante y vívido a esa hora primera de la mañana, cuando despierto. Y huyen o se desvanecen las presencias rústicas de esta realidad, para dar paso a las querencias ¡vivas, tangibles y buenas de mis sueños!
Y sonrío diciéndome:
¿Por qué en la vigilia nunca me acuerdo de ese muro de adobes por el que subía de niño. O de esos peldaños de la escalera. O de ese retazo verde en el cerro que se distingue desde el desván de la cocina. O de ese recodo en la calle.
Ni de esos ojos negros de la niña inmarcesible que luego se esfuma detrás de una ventana?
Y sin embargo ahí están, vivaces y frescos en mi ensueño.
¡Con qué fatalidad –digo yo– se interna mi ser por esos recodos, senderos y recovecos ya perdidos! ¡E inhallables en el trajín cotidiano!
Y que ya no existen para siempre, ni en este mundo ni en otro: salvo en mi calma, o en mi delirio.
5. Mundoinhallable
Y, ¿por qué –me digo– cuando abro del todo los ojos se esfuman como si huyeran o les perturbara la rutina de los días y la claridad de afuera?
Entonces sonrío tristemente por esta magia de mi pobre añoranza, que la entiendo y de veras la compadezco porque no es sencillo vivir así.
En esa especie de dos vidas: una despierta, con preocupaciones ordinarias y la otra en sueños, libre, vagando por sitios y con presencias de aquel mundo tan querido y ahora, para mí, inhallable.
Y es que Santiago de Chuco hechiza, porque es un pueblo lleno de presencias tangibles pero más de fantasmas.
Lo sé, porque he salido a caminar –a altas horas de la noche– por sus calles encubiertas. ¡Y tengo para mí verdades absolutas de cómo lo pueblan los espíritus!
6. Viejos amantes
¡Cómo no ha de ser! Sí son más de cuatro siglos de historia desde su fundación española, en 1565. Pero más: el palpitar de antes, de mis ancestros indígenas que hicieron de esta tierra boca y fabla de oráculos.
Eso hace que uno sienta en cualquier esquina un suspiro que aflora, una queja que estalla, una sombra que se esfuma.
Por eso, yo he tenido un gusto casi trágico y mortal por deambular en sus casas abandonadas y a oscuras.
En las cuales paseaba sintiendo el ser y estar íntimo de las cosas, cada forma y cada atisbo de luz y sonido.
Sabiendo que en cualquier momento iba a estremecerme el abrazo de la muerte, porque ella estaba ahí pero compasiva y misericordiosa conmigo.
Y hasta sentía que me quería, como una madre cuida y quiere a un hijo a quien todo perdona.
Sí, ella la muerte, ¡con quien me encuentro y me deja pasar como si fuéramos viejos amantes!
7. Chispas de luz
Atesoro en mis recuerdos los trastos, minucias y bagatelas de mi casa ya cerrada y desaparecida.
Enseres ya devorados y hundidos por el tráfago de los años.
Chucherías, nonadas, cachivaches; pero para mí: quimeras, milagros y talismanes en mi nostalgia.
Que fueron tocados en mi niñez y que debieron ser sortilegios para haberse quedado vivos, durante tantos años en el fondo de mi alma atribulada.
Así:
El soplador del fogón: un tubo de metal con un huequito al final, por donde a veces, después de un soplido –y al aspirar aire para seguir avivando el fuego– sorbía yo las cenizas que se atoraban en mi garganta ¡y tenía que probar el dulzor del árbol o la madera ya quemada y hecha carbón!
O la plancha de fierro que calentábamos, asentándola sobre una parrilla. Y que puesta en la ventana nos espolvoreaba en la cara sus chispas de luz.
8. Rastrojos o cañas
Aunque útiles para la realidad, si se los mira bien: ¡zarandajas, fruslerías, niñadas! ¡Pero en mi evocación prodigios!
La escalera de callapos amarrados con soguilla, de donde lanzábamos al viento burbujas hechas con lavaza de jabón y sopladas con rastrojos o cañas de trigo.
En realidad, ¡qué valen!, y menos para ti lector caritativo.
El diablo de zapatero que le pedíamos prestado al tío Leoncio, para chancar algún clavo que nos salía por dentro de la suela.
El frasco de goma arábiga con la cual nos apelmazaban el cabello, y su olor a playas y mares encantados.
El peine desvelado en la repisa, cuyos dientes saben más que nadie de los sueños y quimeras que alentaba nuestra pobre fantasía.
9. La piedra con hoyo
El cedazo de la abuela para cernir alverjas. O la máquina de moler café –una tabla con su tolva de lata y manivela.
Grata y afable, porque venía a la hora en que mi madre ofrecía lonche y mi padre nos encargaba traer alfajores y bizcochuelos.
La armella de la puerta, que donde esté debe estar fría, aunque con un temblor oculto tras el metal indolente, donde tiene que estar impreso el temblor de mis venas y la adoración de las yemas de mis dedos.
También la barreta grande y la otra pequeña. Las palomitas de cobre para sujetar las puertas, para que no las golpee el viento.
La piedra con hoyo donde tomaban agua y se sacudían las alas los pajaritos de la tarde.
El tumi de la tía Miguelina que nos prestaba para hacerle tajos a los panes, antes que Iluden y entren al horno.
El perol para freír ñuñas y cachangas.
¡Las tres piedras para hacer el fogón!
10. Flor intachable
¿Si yo, allí, amé? Infinitamente, hasta caer vencido de adoración. Y es que las niñas más bellas del mundo son las de mi pueblo. Y cada hombre de la tierra tiene el derecho de decir lo mismo.
De niño y adolescente yo era intrépido en todo, pero en al amor soy un ser asombrado, pasmado, hierático, ante el cual pierdo la noción de estar en esta realidad.
Por eso, nunca estrujé nada. Todo fue mirarnos. De allí que me duelan tanto las miradas. Y me parezcan tan hondas e indestructibles. Y la mirada de sus ojos negros hasta hoy me hiere.
Quizá por eso sean las espadas que llevo clavadas en el alma. Quizá por eso este arraigo. Quizá por eso el amor sea para mí una flor intachable.
Las imágenes que de esa niña llevo, si la muerte lo destruye todo, no lo alcanzará a destruir jamás, porque es sagrado.
Y siempre me he preguntado adonde van esos amores mudos que se elevan con aleteos fugitivos, sin encuentros ni palabras. Y sé que la colina más enhiesta y hermosa del universo es donde están enterrados. Y en la cual se nos permitirá arrodillarnos antes de morir.
11. Camino de Santiago
¡Todos tenemos nuestra casa y hasta nuestro pueblo adentro!
Hace poco encontré a Javier –mi primo– y me dijo:
– Sólo sueño en nuestro pueblo y en la época de mi infancia. He consultado con un curandero y me ha dicho que para sanarme tengo que volver a nuestro pueblo. Y me pregunta:
– ¿Será? Tú, ¿qué dices? –me insiste.
Yo qué podría decirle. ÉL regresará. De eso estoy seguro.
En cambio yo escribo estos relatos y exorcismos sobre Santiago de Chuco, que es unidad con la metáfora del "Camino de Santiago", como escribió –querendoso y refiriéndose a mi tierra– mi paisano y gran hombre de letras, don Samuel Mendoza, quien lo aludió de este modo:
“Esa nube longilínea suspendida en el espacio sideral y que viene siendo desde la noche de los tiempos una maravilla pirotécnica con que se festeja la obra del creador, porque su pasmoso movimiento de rotación y luz lactescente constituyen bajo el lente telescópico un espectáculo inefable. Siguiendo en la tierra la dirección de esa nebulosa se llega a Santiago".
12. Tremendo y abismal
Mi propósito con estas páginas es ayudar a que la gente quiera a su pueblo, a su tierra y a su gente.
Que nos volvamos buenos recordando nuestra infancia. Por eso, lo que escribo rememora costumbres y sucesos que me acontecieron de niño.
Y que los registro porque son parte de mi vida y de aquella que más valoro, pese a lo humilde y desasida que parezca, o que fuera.
Aunque he viajado por todo el mundo, en travesías que han abarcado todos los continentes, en cruceros vertiginosos y por aeropuertos súper sofisticados; ningún viaje más tremendo y abismal que el que hice de niño.
Cubrió el trayecto de Santiago de Chuco hacia Trujillo, al lado de mí madre y hermano mayor, a quien íbamos a dejar internado en la Gran Unidad Escolar San Juan, cuando apenas él había cumplido los 10 años.
Tres días estuvimos atascados en las jaleas, para luego sobrevivir a una catarata que se llevó la carpa del camión donde viajamos.
13. Afianzar una identidad
Los puentes sobre el río Moche, que cruzamos, quedaron grabados en mí como los verdaderos puentes.
Y el río de aguas barrosas y agitadas hasta ahora representa el concepto que tengo de lo que debe ser un río.
No sentí lo mismo ni siquiera al cruzar el glorioso George Washington Bridge sobre el soberbio Hudson River.
Y la puesta del sol para llegar a Trujillo se ha quedado en mí como el crepúsculo infinito.
También debo confesar que he vivido muchos años atrapado en el prejuicio de que recordar es atraso, como si ello fuera vivir de espaldas al sentido natural del vivir, que debe ser cara al futuro.
Pero ahora considero que cuando se vuelve al pasado con amor y sin despotricar del presente se afianza una identidad.
14. Arraigar en lo nuestro
Y, como hacíamos entonces, ideando el mañana, ahora podemos acercarnos a los bordes del tiempo, pero tratando de bajar –como antes subir– por las cuerdas de la ilusión para asir un tiempo feliz que gracias a la remembranza volvemos a recuperar.
No es nostalgia lo que me embarga, porque si ella me tentara querría yo que se repita lo que quedó atrás; no anhelo eso, pese a que crea que el futuro en nuestras sociedades es regresar a nuestros pueblos de origen pero para construir allí nuevas opciones y perspectivas.
Más bien, considero que es clave arraigar en lo nuestro, volviendo a nuestras fuentes, pero sin negar ni maldecir el presente; porque el hoy es espléndido cuando se lo afronta con valor y con fe; y el futuro mucho más aún. Pero también el pasado es invalorable cuando se lo mira con cariño y a partir de allí se proyectan grandes esperanzas.
Sobre todo, cuando es para afianzarnos en el amor entrañable por lo nuestro. Y, con el coraje que nos da sentirnos ligados a la tierra, cuando es para forjar el porvenir de felicidad que debemos depararle a nuestros pueblos.
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BLANCA VARELA EXISTE
16 marzo 2010
Entrevista de Jorge Coaguila.
Usted ha declarado que fue Octavio Paz quien la obligó a escribir. ¿De qué manera empezó a escribir y publicar?
—Octavio Paz, exactamente, no me obligó a escribir poesía. Empecé, en realidad, mucho antes de conocerlo. Un día, en la Universidad de San Marcos, donde estudiaba, Sebastián Salazar Bondy me preguntó no sé por qué razón si escribía poesía. Le respondí que sí, que tenía algunos textos. Sebastián interesado me dijo: «¿Me los puede enseñar?». Fue muy curioso que me hablara de usted, porque era apenas un par de años mayor que yo. Le respondí que sí y al otro día le llevé un poema.Luego de leerlo me habló de un poeta que nunca había escuchado, un uruguayo llamado Julio Herrera y Reissig, de corte modernista. Me dijo que tenía mucha influencia de Herrera. Pero yo en mi vida lo había leído.Alberto Escobar recuerda a Salazar Bondy como un gran promotor cultural.
¿A usted la alentó a escribir y a interesarse por la literatura?
—Sebastián, sobre todo, me hizo un gran favor: me enseñó a leer poesía. Me acercó mucho, en primer lugar, a la poesía de Moro, Adán y Westphalen. Al mismo tiempo, gracias a él, entablé amistad con Jorge Eduardo Eielson y Javier Sologuren. Juntos conformaríamos un grupo dentro de lo que se denominaría Generación del 50, que es una generación muy amplia donde hay muy buenos poetas.Al grupo que conformaba la crítica lo tildó de poetas puristas, lo que me parece una tontería, porque la poesía es una sola. De la misma forma respondo cuando me preguntan si hay poesía femenina: «La poesía es una sola, la buena, la que funciona». También, gracias a Sebastián, leí a Rimbaud, Lautréamont y Breton. Fue en esa época que mi gusto poético se empezó a formar.
¿Llegaron a conocer personalmente a Moro, Adán y Westphalen?
—Sí, a ellos los conocimos en la peña Pancho Fierro, un local muy frecuentado por escritores, pintores y músicos. Una de las propietarias era Celia Bustamante, que fue esposa de José María Arguedas. Un día Sebastián me llevó a la peña. Era un lugar curioso, porque allí se reunía gente de todas las generaciones: Sabogal, Moro, Adán, Westphalen, Szyszlo, con quien me casé después.
¿Y no frecuentaba el Palermo, que era punto de reunión para los miembros de la Generación del 50?
—Ahí casi no iba. Al Palermo acudía, más bien, el grupo de Alejandro Romualdo, Wáshington Delgado, Francisco Bendezú, que son un poquito más jóvenes que yo. Alguna vez habré ido al Palermo, pero no era el local que frecuentaba mi grupo. Más bien íbamos también al bar Zela de la plaza San Martín, donde estaban pintores como Sérvulo Gutierrez, Cristina Gálvez, Ricardo Sánchez.Después de terminar sus estudios universitarios usted viaja a París.
¿Cómo desarrolló su actividad cultural en Francia?
—El mismo día que me casé con Szyszlo, en 1949, viajamos juntos a París, donde vivimos durante algunos años. Al llegar encontramos a Eielson, José Bresciani y Enrique Peña Barrenechea, quien nos presentó a Octavio Paz. Curiosamente ambos tenían el mismo cargo en las secretarías de sus embajadas. Peña en la del Perú y Paz en la embajada de México. Enrique nos presentó a Octavio e hicimos una amistad estupenda. Pero también conocimos a Julio Cortázar, quien fue muy amigo nuestro.
Julio Ramón Ribeyro contó alguna vez que fue conserje del hotel donde se alojaron ustedes.
—Es verdad, pasé una temporada en ese hotel, que quedaba en la rue de l’Harpe. Aunque fue una temporada muy pequeña, recuerdo bien a Julio Ramón como a un joven muy silencioso, discreto y apartado. Él, en esa época, me parece que no formaba parte de ningún círculo intelectual o artístico. Pero a Julio Ramón ya lo había conocido en Lima, porque él en un momento vivió cerca de mi casa. Una de sus hermanas, Mercedes, era compañera de clases de mi hermana Nelly.Se dice que el surrealismo ha ejercido una influencia en su obra.
¿Cómo fue su contacto con esta corriente literaria?
—Las lecturas surrealistas la tuvimos en grupo a través de Moro, Westphalen y Manuel Moreno Jimeno, quien tenía revistas surrealistas formidables. No sé cómo las conseguía, pero tenía una bibliografía espléndida del surrealismo. Ya cuando llegamos a París compramos todos los documentos surrealistas.A través de Westphalen no solo conocimos el surrealismo, sino también autores como Henry Miller, que era un novelista censurado en los Estados Unidos y no traducido al español ni editado en inglés. Es decir, Westphalen nos ponía muy al día. Nosotros lo íbamos a visitar a su casa.
Es muy curioso que Westpahlen, Eielson y usted, que son conocidos como poetas puristas, tengan un rechazo a la publicidad.
—Ah, sí, hay una especie de alejamiento. Westphalen y Eielson no son poetas que gusten de las lecturas en público, de ser reconocidos, pero creo que es una actitud natural. Otro caso es Eguren, que era una persona muy discreta y que tenía un grupo muy reducido de amigos. Martín Adán y César Moro son otros ejemplos.
¿Usted visitaba con frecuencia a Moro en su casa de Barranco?
—Claro que sí, fui muy amiga suya. Cuando él volvió de México estuvimos muy cercanos, lo quería muchísimo. Fui a visitarle en el Instituto de Neoplásicas, que quedaba en Alfonso Ugarte, hasta su muerte. Los médicos no sabían qué tenía. Luego se supo que tuvo una úlcera en el estómago, algo que hoy es simple de detectar y curar.
Usted ha nombrado algunas lecturas del grupo, pero no ha mencionado a Vallejo. ¿Qué opinaban de Vallejo? ¿Cómo lo consideraban?
—A Vallejo lo considero siempre como lo que es: el gran genio de la lengua de este siglo, un poeta extraordinario. Pero pienso que nos apartábamos de Vallejo por una cosa preventiva. Porque Vallejo que es un poeta que tiene tal poder, tal fuerza y es tan personal que todo poeta joven parece anémico a su lado. Además copiar a Vallejo, seguir a Vallejo es muy difícil, son muy pocos los que lo han logrado.
Otra amistad sobre la que quisiera preguntar es la que mantiene con Vargas Llosa, quien le ha dedicado su pieza teatral La señorita de Tacna (1981).
—Con Mario tengo, en efecto, una amistad muy estrecha, es una persona a la que quiero mucho. Szyszlo y yo lo conocimos antes de que se fuera a Europa, muy jovencito. Una vez nos visitó con Luis Loayza, porque estaba haciendo un libro sobre César Moro, que fue su profesor en el Leoncio Prado. Después lo conocí mejor a través de Abelardo Oquendo, cuando editábamos con Westphalen la revista Amaru, una revista que tuvo muy buen nivel.Una vez Abelardo y Mario, que colaboraba con la revista, fueron a visitarme a la oficina del centro de Lima donde trabajaba. A partir de ahí entablamos una buena amistad. Aunque Mario ha tenido un periplo político muy complicado y está fuera del país, mi afecto siempre es inalterable. No lo he acompañado, es verdad, en su aventura política, pero es porque soy muy reacia a todo asunto político. Tengo la impresión que los escritores e intelectuales siempre tienen mucho que perder en ese terreno.
Usted publicó su primer poemario con un prólogo de Octavio Paz. ¿Cómo se animó él en hacerle el prólogo?
—Hacía tiempo que Szyszlo y yo no veíamos a Octavio hasta que viajamos de vacaciones a México. Ahí, por coincidencia, Octavio también había vuelto de alguno de sus viajes como diplomático. Nos encontramos luego de cinco o seis años y me preguntó: «¿Has escrito algo?». Yo le dije que tenía algunas cosas.Bastante entusiasmado y generoso me dijo: «Pero hay que hacer ya un libro». Le contesté que tenía muy pocos poemas, y él me respondió que de todas maneras había que publicarlos.Era 1959. Le dejé mis poemas y volví a Washington, donde entonces vivía. Al poco tiempo, me escribió pidiéndome más poemas. Se los envié y, de repente, me llegó el libro, mi primer libro. Fue publicado en una serie que Octavio dirigía en Veracruz, con un prólogo que jamás le pedí. Él editó el libro, escogió el nombre y le hizo el prólogo.El libro originalmente se iba a llamar Puerto Supe, que es el título de uno de mis poemas. Pero Octavio me dijo: «Ese es un título muy feo». Yo le respondí: «Pero ese puerto existe». Entonces él dijo: «Ese es un buen nombre». De manera que se tituló así: Ese puerto existe.
Llama mucho la atención que usted publique dos nuevos poemarios y dos antologías en un mismo año. Desde Canto villano (1986), que recoge toda su poesía hasta esa fecha, no se tenía nada suyo. ¿Qué ocurrió para lograr esta confluencia?
—Había dejado de publicar libros hace mucho tiempo, es cierto, pero algunos poemas aparecieron en revistas. Es algo que sucedió de pronto. Lo que precipitó que publicara Ejercicios materiales fue que tenía escrito El libro de barro, que es posterior. Pensé que primero debía aparecer Ejercicios materiales, porque cierra una forma de expresión de mi trabajo. En cambio, con El libro de barro se inicia otro tipo de discurso.
¿Las antologías que han aparecido en Caracas y Barcelona fueron preparadas por usted?
—Sí. El año pasado, cuando viajé a Caracas para ser jurado de un premio de poesía, advertí que casi no habían libros míos en librerías. Sin embargo, había gente que se interesaba en mi obra porque habían leído poemas míos en antologías o porque tenía algunas referencias.Fue luego de participar en un recital que me propusieron editarme un libro. Pero los dos poemarios estaban ya comprometidos: uno con Jaime Campodónico en Lima y otro con Ediciones del Tapir en Madrid. Entonces se me ocurrió sugerir que recogieran toda mi prosa poética. Eso fue lo que hicieron. El caso de la antología que ha aparecido en Barcelona fue a través de un pedido por escrito.
Es evidente que El libro de barro tiene un estilo más sencillo que sus anteriores poemarios. Es más sencillo, por ejemplo, que el lenguaje utilizado en el poema «Valses».
—Sí, tiene esa característica. «Valses» es un poema barroco y está lleno de elementos. Creo que esto tiene que ver con la edad. Hubo un momento en que ya no quise usar ciertas herramientas para hacer poesía porque se estaban convirtiendo en una retórica dentro de mi obra. El emplear siempre determinados elementos me estaban limitando. Por eso, El libro de barro es un libro de libertad. No lo inicié para hacer de él un libro de poemas. Lo escribí como unas notas de impresión frente al mar. Comencé a escribir la primera página un día y, poco a poco, cada noche, anotaba algo mientras contemplaba el mar desde mi balcón. Venía como algo natural. No es un diario sino poemas muy espontáneos que no tienen intermediarios de orden puramente literario. Creo que fui más sincera que en mis otros poemas. Es un libro que quiero mucho y que es mi proyecto futuro, porque creo que le voy a añadir siempre algunos textos entre la primera y la última página. El libro que en un principio iba a publicar en Madrid tenía cuatro textos menos, pero incluí cuatro a último momento. Tengo incluso unas cuantas páginas que podrían ser incluidas en una futura edición. El poemario Valses y otras falsas confesiones (1972)
¿es acaso un homenaje a su madre, que es compositora de valses?
—No, se piensa equivocadamente que está dedicado a mi madre. «Valses» es un poema dedicado a Lima. Cuando, en uno de los últimos versos, digo: «Madre sin lágrimas» me refiero a Lima. Es un poema que escribí en Nueva York recordando Lima, recordando el Perú. Pienso que los peruanos somos muy sentimentales, que es lo que trato de expresar en ese poema. Hay un cuento de Sebastián Salazar Bondy que se titula «Soy sentimental». Entonces, el vals criollo, que considero como una canción de cuna, al ser escuchado en el extranjero provoca cierta nostalgia. Es un poema que tiene un sentido lacrimoso y satírico.¿Su madre, Serafina Quinteras, ejerció mucha influencia en usted?
¿Quizá en sus primeras lecturas?
—Mi madre, que tiene 92 años, es como se sabe compositora de valses. Pero también ha publicado libros. Ha escrito sobre el costumbrismo y también ha hecho una antología de costumbristas. Y ha escrito también algunos versos festivos. Uno de sus temas es «Muñeca rota», que es un vals bastante conocido. Ella no me inculcaba leer, porque en mi familia había una gran libertad para elegir lo que uno quería. Pero había libros a la mano. En mi familia, por otra parte, hay muchos que han escrito. Mi madre y mi abuela escribían valses, una bisabuela era hermana del escritor costumbrista José Arnaldo Márquez. Por parte de padre tengo un tío que también escribía: Luis Varela Orbegoso, que firmaba como Clovis.
Creo, por otro lado, que en su obra se encuentra una constante búsqueda de la verdad.
—Pienso que soy una persona crítica, aunque no pesimista. Trato de decirme la verdad, de buscar una verdad que pienso que es relativa, porque lo que es verdad para mí no puede serlo para otros. También hay una especie de preocupación por la justicia. Digamos que la vida cotidiana, la vida social tiene máscaras. Me da la impresión de que pretendo saber qué hay detrás de estas máscaras.
Se percibe, además, una clara tendencia a la reflexión en sus dos nuevos libros. Porque antes era más descriptiva.
—Mi primera poesía es una poesía joven, llena de elementos, muy superficial, muy artificiosa, estoy buscando por todos lados. Hay una especie de delirium interpretativo. Todo servía para hacer poesía: el teléfono, el árbol, el rostro de una persona. Creía, en ese momento, que interpretar mucho, que hacer muchas metáforas era poesía. En realidad después me he dado cuenta de que ya no me agrada ese tipo de poesía. Puedo hacerla, pero no me interesa, porque no me siento expresada de esa manera. Prefiero la desvergüenza y la desnudez que ahora cultivo.
¿De repente por cierto apetito metafísico?
—Sin duda, creo que sí. Además hay una cierta tendencia mística. Pienso que son reflexiones que se hace uno cuando ha cruzado cierta edad. Creo que, como alguna vez dije, no pienso ser una vieja niña.
La soledad es otra presencia reiterada en su poesía. En los versos del poema «Destiempo» dice: «Estréchame las manos, / la única luz que nos queda, / no me dejes olvidada / en la cima de la ola». ¿Usted se ha encontrado frecuentemente sola?
—Sí, muy sola.
¿Tal vez ha tenido muchas frustraciones?
—Sí, creo que sí. Pienso que todos tenemos frustraciones, sobre todo cuando uno tiene modelos de vida superiores. Hay, efectivamente, una incomunicación. Tal vez lo que no he podido decirle a alguien, en algún momento de mi vida, lo puedo decir en poesía.
Usted también refleja su condición maternal, como en el poema «Casa de cuervos». Pero ¿por qué de una manera trágica?
—Simplemente digo algo que es verdad: no se puede retener a un hijo ni hacerlo correctamente a la manera de uno. Creo, por otra parte, que los padres utilizan a sus hijos y los hijos a sus padres de alguna manera. Estas son relaciones muy complejas, como ocurre entre marido y mujer: siempre hay una utilización mutua. Considero, por eso, que lo más importante, el mayor regalo que se le puede hacer a alguien que uno ama es darle la capacidad de elegir lo que quiera, darle libertad. Creo que ese es el sentido del poema. Ahora, desde el punto de vista emocional y biológico, a una madre la comparo con una casa vacía, a donde el hijo no volverá. La maternidad a mí me transformó mucho, porque hasta antes de tener hijos era una persona muy poco comprometida con la vida.
Usted ha dicho que ha tenido muchas frustraciones pero, en el aspecto literario, ¿cuál piensa que ha sido la mayor?, ¿no haber escrito una novela, de pronto un libro?
—No, absolutamente. Me hace mucha gracia lo que se pueda decir al respecto, porque nunca he tenido ambiciones literarias, nunca me he sentido una escritora profesional, una poeta o una poetisa. Para mí el escribir es un ejercicio muy útil para liberarme de lo que me molesta mucho: de ciertos problemas o pensamientos cotidianos. Escribir es también una manera de reflexionar, de hablar conmigo misma, de conocerme, de conocer. A veces he escrito textos que me han asustado. El poema «Canto villano», por ejemplo, lo tuve guardado cinco años en un cajón porque me atemorizaba saber que había dicho esas barbaridades. Sin embargo es un poema que ya asumí, incluso fue el nombre que le puse a un poemario en 1978 y un volumen que recogió toda mi obra en 1986.
También la presencia de Dios es constante en sus libros, cito unos versos de El libro de barro: «La mano de Dios es más grande que él mismo. / Su tacto enorme tañe los astros hasta el gemido».
—Creo que tengo una relación con lo que podría ser Dios muy conflictiva, ya que no soy una persona creyente. Desde niña fui demasiado crítica y observadora para creer de manera definitiva. Pero tuve una época de misticismo como todos los niños. A los diez años uno piensa que no es posible haber nacido para morir luego; por lo pronto se considera un ser especial. De repente, la vida nos va enseñando y diciendo, probando y comprobando, que vamos a envejecer, tener dolores, algunos placeres y que vamos a morir.Como no tengo esa facilidad para creer, porque justamente soy muy inquisitiva en cuanto a la autenticidad y a la realidad de las cosas... Pero claro que tengo apetito de trascendencia. No del tipo de vida ultraterrenal luego de la muerte, no creo en el Cielo. Pero sí quisiera que nuestro tránsito por aquí no fuese tan inútil, que sirviese para algo, que ayudase a alguien. Esa es la preocupación que tengo y que no se satisface con la religión. Por eso es que un tema constante en mi poesía es esa especie de destino, de azar que nos hace estar aquí.
Creo que también hay un temor muy continuo a la vejez y a la muerte.
—No, no les tengo temor. Lo que pasa es que los miro de frente, los denuncio y hablo con ellos. A mí me encantaría, como hay poetas viejos que lo hacen, escribir poemas de amor, a un amor posible en el futuro. Pero no puedo escribir sobre eso. Es decir, lo puedo escribir, pero no me sentiría expresada si lo hago, esas experiencias ya las tuve. No niego que puedan suceder esas cosas, que un señor de ochenta años se enamore y pueda escribir los poemas de amor más encendidos, como lo hizo Borges. A mí, desgraciadamente, no me sucede, ojalá me sucediera. No, mi asunto no es ese. El mío es una conversación conmigo misma, para ver si en algún momento descubro en mí algún destello, algo que sea más sólido, algo que pertenezca a toda esa especie de cosas que se me van de las manos todo el tiempo.
Por las imágenes que ofrece en su obra, parece que hay algún influjo de la pintura, ¿no le parece?
—Sí, posiblemente. A mí más que la poesía me gusta la pintura. Cuando viajo, por ejemplo, casi siempre visito museos. En verdad, en Lima hay pintores interesantes y buenos, pero ver la gran pintura es una maravilla. No piense que me siento una pintora frustrada. No, para nada, porque como estuve casada con un pintor por muchos años, siempre pensé que era suficiente con un pintor en la familia. Con él hice el aprendizaje del ojo del pintor, juntos aprendimos a apreciar la pintura.
Para terminar, ¿por qué tiene fama de no conceder entrevistas?
—Porque, en realidad, no me gusta darlas. Soy una persona, además, que no se considera un personaje literario. No soy un escritor o una escritora que se siente como tal. Soy alguien que de pronto resulta que publica algunos libritos y que tiene la suerte de contar con amigos que se interesan en su poesía. Pero, en fin, por acumulación de años, creo que estoy en algún sitio dentro del panorama de la literatura peruana o latinoamericana. La verdad, no tengo mucho convencimiento de que sea esa persona que los demás creen que soy. Por eso pienso que, cada vez que doy entrevistas, daré un mal examen, que voy a decir alguna barbaridad. Y no quiero cometer esas imprudencias.
MARCELO ZUÑIGA ROJAS
14 marzo 2010
Actualmente se desempeña como docente asociado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Es director de la escuela académica profesional de Sociología y Ciencias de la comunicación. Director del Instituto de Investigación, Docente en la Facultad de Educación donde desarrolla cátedras sobre Literatura Hispano Americano y Literatura Peruana.
Dentro de su producción literaria ha editado el libro sobre investigación urbana titulado “Espacio y Ciudadanía” Teoría y Práctica: Ciudad de Huacho.
Roque Dalton: "POESÍA"
12 marzo 2010
Agradecido te saludo poesía
porqué hoy al encontrarte
(en la vida y en los libros)
ya no eres sólo para el deslumbramiento
gran aderezo de la melancolía.
Hoy también puedes mejorarme
ayudarme a servir
en ésta larga y dura lucha del pueblo.
Ahora estás en tu lugar:
no eres ya la alternativa esplendida
que me apartaba de mi propio lugar.
Y sigues siendo bella
compañera poesía
entre las bellas armas reales que brillan bajo el sol
entre mis manos o sobre mi espalda.
Sigues brillando
junto a mi corazón que no te ha traicionado nunca
en las ciudades y los montes de mi país
de mi país que se levanta
desde la pequeñez y el olvido
para finalizar su vieja pre-historia
de dolor y de sangre.
LA POESÍA PURA
Pozo de leche
de propanos blancos
nojado de pura epifanía
doble república que flota
o pende de la línea
del más virtuoso catalejo
demonología de
un Goya sueco del siglo XX
tú y más cual son mis amigos
no aquel cineasta cinerario
del alma de culo de Pyróphorus.
y yo el mimado el niño lindo
el dulce managuaco
de ayer
hoy casi cuarentón abracadabra
yo lo delataría
dijo Hugo Lindo
si supiera onde está
es por todo eso
que se me antoja propio
irse a la narrativa
poetas
TAMPOCO ASÍ
Poesiya
poecía
pohesía
cierto indefinido encanto que
halaga y suspende el ánimo
versitos de ustedes
puetas
virus de la melomanía
logogrifo de la logomaquia
logística de la declamación
poesilla
para ustedes
queridos
portaliras
gay-sabios
liróforos
panidas
aedas
floripondios
vates
trovadores
bardos
juglares
rimadores
pensanautas
Roque Dalton,
El Salvador
Salvemos a nuestro Planeta
08 marzo 2010
De igual manera por testimonio de mi padre en los años 50 en la campiña de Huacho, cada vez que se cerraba la compuerta de la toma de agua, en todas los sequiones de la campiña quedaban en gran cantidad los Camarones, era tanto los crustáceos que ahí quedaban que los lugareños recogían en baldes, tinas o en latas de aceite.
En la actualidad ya no es igual, los científicos saben que desde más de un decenio se vienen extrayendo peces del mar o los rios y no se permite su recuperación.
Son varios los factores que conllevan a esta problemática, la contaminación del agua, el calentamiento global, el hombre.
La huella Ecológica debe de ser nuestro camino a seguir, tratando de consumir los recursos naturales que produce la tierra sin llegar a la deforestación de nuestros bosques que son los pulmones o filtros naturales para mantener sano nuestro medio ambiente.
El 80 % de los habitantes del África cocinan con leña, así mismo este continente tiene el mayor crecimiento demográfico y urbano en todo el mundo, creando así un déficit forestal en gran parte de su territorio quedándose aproximadamente unos 100 Km. a la redonda sin árboles.
Al deforestarse el terreno su superficie fértil no tarda en secarse y ser arrastrada por el viento en un proceso llamado erosión.
Por culpa de la erosión el Brasil pierde 500,000 toneladas de tierra cada año.
¿Y nuestro Perú? !Qué!
La tala indiscriminada de árboles en la selva, las concesiones petroleras, son un peligro latente para poder enrumbarnos tras el encuentro de nuestra huella ecológica.
“Escarchas de Muerte”
Subí al monte más alto de esta tierra
Respire el aire puro de la vida
Contemple extasiado las maravillas
Que se ocultan bajo la sombra indiferente
De la costra gris del anhídrido carbónico
Que a la tierra ha condenado a muerte
Vagando sin rumbo por las calles de este mundo
Destruye a su paso los pulmones del hombre
Que respira inconsciente los olores de muerte
Que vagan como nubes sobre nuestros ojos
Perdidos de las manos del viento
Irritante y nocivo va destruyendo así la capa de ozono.
Halle enterrado en las faldas de un cerro
Residuos letales de este humo mortal
Escarcha de muerte, tirano invasor
Dispersas la luz de nuestra visión
Es oscuro el día, se ha ocultado el gran sol
El velo negro esta avanzando, no se ven sus rayos de luz
Los vientos que soplan esparcen la muerte
En silencio avanza el veneno mortal
Malogrando la vida de todo ser vivo
Matando al planeta sin ninguna piedad
Sembremos un árbol en cada esquina
Cuidemos los bosques, pulmones del mundo
Para que nos desintoxiquen de este humo letal.
Julio Montesinos...Poemas en Italiano
07 marzo 2010
Y de la tristeza de Dios...”
José Carlos Mariategui
Fundador en Perú del grupo teatral “Amanecer” con las que ha llevado y organizado diversas obras de talleres de teatro popular tales como: “El hombre de la mancha”, “Las preciosas ridículas”, “La petición de mano”, “Confusión en la prefectura”, “Pericolino, el gallo dormilón”, “Farsa y Justicia del corregidor”.
Sus obras tienen un alto contenido social-popular y así lo podemos ver en sus propios trabajos teatrales.
En su trayectoria artística cuando viaja al Perú se presenta como expositor de diferentes cursos de capacitación docente organizados por el Ministerio de Educación, Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión de Huacho, Municipalidad Provincial de Huaura-Huacho, Municipalidad de Jesús Maria-Lima, Municipalidad de Hualmay-Huacho.
Aquí en Europa, específicamente en Italia está triunfando en muchas salas de teatros, asociaciones y municipalidades. Todos ellos lo invitan para que dicte cursos de teatro y a su vez organizan eventos culturales. El, como un soldado del arte social, siempre está presente y se da tiempo para incluirse en manifestaciones de interés social, ligado siempre a las asociaciones de extranjeros e italianos que buscan sobrevivir en el viejo mundo capitalista.
Julio no se queda solo en el arte pues su compromiso es con los pobres y sus luchas, también. Es miembro activo del Comité Justicia Perú, Que a su vez es integrante del Comité Europeo de Solidaridad.
En los últimos años su trayectoria artística ha sido prolífica. En el 2001 en Roma-Italia con actores peruanos y mexicanos se presentan en El Vaticano con una obra teatral de Incas y aztecas, donde hace la representación del Inca Pachacútec. Recibió la felicitación personal del Papa Juan Pablo II, el primer artista peruano felicitado por tan alto dignatario.
En el 2003, fue invitado a España para actuar y dirigir la Obra teatral “Inti Raymi”.
En el 2004 en Italia, funda el grupo de teatro multiétnico “Pakaritambo” en lengua quechua, que quiere decir: “Casa del Amanecer”.
El 22 de diciembre del 2005 en Milán-Italia sostiene y es miembro del Comité Internacional Justicia Perú y participa en la movilización internacional pidiendo la expulsión de Chile del dictador y narcocorrupto Alberto Fujimori. Marcha donde un conjunto de organizaciones sindicales y sociales de Italia solicitan al Gobierno de Chile a través de su Consulado en Italia la del ex-presidente del Perú Alberto Fujimori Fujimori.
En el 2006 en el teatro Barrio’s de Milán-Italia, el 7 de Enero, estrena presenta su obra teatral “La Historia de Tumba Tumba”, con un resultado exitoso. Obra que retrata las peripecias de un campesino peruano en su largo viaje hacia Milán, Italia.
En el 2007 Se ha presentado en varias oportunidades en la ciudad deTorino invitado por el Círculo Internacional “José Carlos Mariategui” así como en Génova, Roma y otras ciudades italianas.
Uno de los aportes importantes de Julio ha sido la celebración de sus 21 años de vida artística. El 27 de Abril del 2007, con el Grupo de teatro “Pakaritambo”, del cual es fundador, organiza esta celebración con el auspicio de otras asociaciones en el mismo teatro Barrio’s de Milán, donde hace un año presentó su obra teatral “La historia de Tumba Tumba”. Teatro donde también a través del Comité Internacional Justicia Perú se abrió la cruzada internacional de recolección firmas para la extradicción de Fujimori por los delitos de genocidio y corrupción en el Perú.
Ese día estuvieron artistas de la América Morena que desde Chile, Rusia, Ecuador, Italia, Paraguay, Argentina; USA y Perú con quienes se presentó su Obra: “Misión de Paz” con su lema “sentido social de música y poesía en vez de bombas y bombardieres, guerra preventiva a la ignorancia y a la insensibilidad ..., prohibido a todas aquellas personas con el alma muerta a menos que quieran recuperarla...”. En esa noche, Julio hizo un Recital Poético Inolvidable y presentó un CD de su creación, donde plasma una variedad de poesías en español y en italiano, algunas de las cuales transcribimos líneas abajo. Poesías que dieron el fervor y la alegría de Los asistentes, muchos de ellos peruanos, chilenos, sindicalistas, activistas de derechos humanos, entre otros, quienes brindaron aplausos por este recital poético donde presentó poesías que a la fecha no pierden vigencia y se adecuan a la realidad de hoy.
VALORES Y CONTRAVALORES EN LA LITERATURA
06 marzo 2010
La relación entre literatura y educación, profesor y escritor, texto literario y valores, con los autores que no se encuentran beneficiados en la selección oficial de autores leídos en la programación oficial, siempre ha sido tiranuela y contraproducente. Una manera de tirar el tablero del inconformismo y de la repulsa a la exclusión, es ser cada vez “más maldito” y generar una corriente de antivalores, disoluta o contracultural (llevar una vida perdularia de excesos, exhibicionismo alcohólico, vicios y escándalos callejeros, macular la imagen cuando más maldita mejor, remar contra la corriente, “hacer lo que se venga en gana”, prostituir los antivalores, apologetizar todo lo obsceno, chabano, procaz, lúbrico e ignominiar el espíritu y la naturaleza del escritor como sinónimo de rebeldía autodestructora, perdición y ahorcamiento mental y espiritual.
Esto tiene su correlato mismo en la selección apropiada de los autores oficializados que se incorporan como lecturas ad doc porque cumplen ciertos requisitos:
a) Autores cuyo discurso literario lleve mensajes relevantes y edificantes para el niño, el joven o adulto y que construyan en su mente e imaginario inconsciente personal y colectivo, a través de la estética, una cosmovisión optimista del mundo a pesar de sus adversidades.
b) Obras cuyo contenido temático refleje la visión de la realidad y la fantasía recreada del universo y sociedad globalizada, para extraer lecciones educativas, moralejas, mensajes y enseñanza que hagan reflexionar, analizar e interpretar al estudiante sobre su realidad existencial en búsqueda de una lectura metacognitiva para transformar el mundo y recrearlo mejor.
c) La intencionalidad estética del autor permita construir modelos de comunicación metalingüística, influencia de estilo y generar empatías y emulaciones hacia los alumnos para animarlo no sólo al disfrute y valoración de la lectura y el autor, sino a la producción de sus propios textos literarios y científicos.
Este aparente direccionamiento impositivo de obras y autores literarios, puede resultar arbitrario, cuando mayoritariamente los autores que están en la programación en un 92% ya no están vivos y en el grueso de la caballería de escritores y poetas vivos sólo un 3% represente esta inmensa totalidad de los autores que se han denominado al margen de la oficialidad de lectores del sistema educativo. Que tiene importancia, esto claro. El peruano sólo lee mientras es estudiante y todo ello de manera condicionada por una nota o aprobación de una asignatura. Así que la utopía de dejar al alumnos al libre albedrío de dejémosle leer lo quiera y cuando pueda, funcionalmente no es una opción en una idiosincrasia remolona, díscola y del menor esfuerzo. En una sociedad como la nuestra funciona en el sistema educativo escolar “una dictadura de la lectura”, lo cual no suena muy bien democráticamente. De la misma manera que una familia tiene que ponerse firme con sus hijos para imponerle una educación bien aprovechada enviándolas a la escuela cada mañana, pues si fuera opcional nuestros chicos y chicas no asistirían voluntariamente a cargarse de responsabilidades y aprender con esfuerzo y dedicación.
En el currículo formativo de educación secundaria y superior, el menú literario no sobrepasa los 82 autores entre mundiales (41%), hispanoamericanos (26%) , peruanos (29%) y regionales (4%). Esto puede constituir una injusticia contra muchos buenos autores que cumplen los requisitos arriba señalados, por ello es importante que las propuestas de los autores nazcan no solo de la sociedad de escritores, sino también de lectores.
Tengo la profunda sospecha que en el Perú hay más libros que lectores. Que de haber una moratoria de diez años de no edición de más textos, estos todavía no se terminarían de leerse aún si se empieza a hacerlo desde esta noche y cada cinco horas de lectura promedio.
Se estila el cliché que la obra es el reflejo del autor y el autor es reflejo de su época. En parte es mitad verdad y mitad construcción ideal sobre el autor que lleva una vida de ficción en su voz poética y otra en su yo mundano. Esta incorrespondencia ha devenido en varios cuestionamientos de la vida misma nada ejemplar de los autores que se condicen y contraponen a su texto poético. En educación esto sí importa, porque a través de la literatura no sólo se debe aprender a leer y a escribir, valorar y juzgar una obra, sino fundamentalmente educar el espíritu y humanizar al hombre. Porque en educación hay una premisa fundamental: se educa con el ejemplo.
B) Aspecto creador:
Samuel Cavero Galimidi. "ICARO" Y "POEMAS PARA JULIA"
04 marzo 2010
Samuel Cavero ha ido anudando en acciones y sentimientos las huellas de su largo caminar por la difícil senda de la literatura, dejándose llevar por el alumbramiento panorámico de sus ideas, exponiendo una sensación muy personal en cada una de sus escritos.
Hoy la palabra me sale a hierro fundido capaz de impregnar profundamente en el alma la valiosa palabra ¡AMISTAD! Donde no hay lugar ni recelos para poder decir de todo corazón
Poemas para Julia.
Terra Austral Ediciones-2009
En este poemario podemos ver el lado nostálgico del poeta, llevando su sentimiento entre cumbres y nevadas Ayacuchanas, a tierras tan lejanas como Australia, sumergiéndose en las vivencias y experiencias ganadas en tierras Australes.
El poeta dedica en este poemario sus versos para su adorada Julia, rindiéndole pleitesía entre alegría y nostalgia que en confusión por el profundo sentimiento hacia su amada experimenta un profundo dolor, subyugándose al gran amor de su vida… Julia.
MI CASTIGO
Las desgracias no se obran
Por azar del destino
Dicen son castigos que Dios envía
Tú, mi castigo eres, Julia
Amorosamente desgraciada
Ahora, desde la intimidad poética
En todos mis pasos desempedrados te desdices
Despides fosfóricas exhalaciones
Soy velón, fundiéndose cera entre ascuas
Nuestro Dios desde se Eterno- huerto me ha abandonado
Al olvido de la siesta de las libélulas.
¿Haz sido buena hija,
Buena esposa,
Buena madre,
Buena amiga
Y buena mujer?
Posdata:
No me reproches,
Comprendo tu largo silencio
Si has sido mala alumna no te lo he de preguntar.
BASTA
¡Basta!
Hija abortiva
Cautiva
Lasciva
De Zeus y de Metis
Entre palabras surgiste armada
Nada más decepcionante saber de tus
Intenciones
Bailabas voluptuosas cadencias en mi noche
Las danzas guerreras de las palabras…
Blasfemas
¿Por qué zaheridme?
¿Por qué Julia?
Sabes que entre paladines no soy Pa-la-dio
Ni en esta ciudad tengo
Como tú
Mi Pa-la-cio
¡Basta!
No me desolléis, hija menor de Artigas
Con navajas, cardos
Ni verdes ortigas
¡Basta!
No cocines al carbón centrino mis sesos
Para abrevar el matahambre
De tu locura
Tampoco hagas escudo
De batalla strawberry
Con las recetas de la guerra por la guerra
Adorable Julia en el Christmas lunch
¿Note pasa la cabeza
De Medusa
Regalada por el noble Perseo?
ICARO
Ediciones Altazor- 2009
Novela de corte Psicológico que nos narra el amor de un joven inmigrante y un misterio que nos recuerda a la literatura de Alan Poe
Su despertar sexual, sus conflictos de identidad sexual y familiar, que muchas veces nos hace transitar entre el abismo de la cordura, el desarraigo y la paranoia; divierte, deslumbra, estremece y atrapa por su ternura, fino humor e ironía.
Es el vuelo y drama existencial de Ícaro Errázuri, un alucinado adolescente latinoamericano que salva de la dictadura de Pinochet en Chile, escapa y se eleva a la conquista de la libertad y su plena identidad sexuales Australia. Fantástico viaje a la plena redención del hombre vía la castidad y el amor a Dios, atravesando como Dante el infierno, la soledad, la tentación, el amor y la locura.
Ícaro nos deslumbra por sus ideales, por sus sueños pecaminosos con el celebre escritor japonés Mishima y toda suerte de goces y placeres mundanos que debe vencer.
Es la trágica vida de un jovencito, tan repleta su maleta de ilusiones y adioses, que lleva camino a la eternidad, el anillo regalado por su padre como amuleto y talismán mágico.
LA DEL QUINCE
03 marzo 2010
Un motor asmático se atragantaba en su agonía traqueteante, estando habilitado para atender a una veintena de focos le han puesto abusivamente en las ancas de sus caballos rocinantes un medio centenar de focos psicodélicos para alegrar y transformar la lugubridad pestilente en una noche sabatina, de lujuria y sordidez satisfecha.
Todas quieren ser charapitas, todas inventan su llegada de Iquitos, Tarapoto o Moyobamba, todas quieren ensayar el dejo sel-váa-ti-co para convencer bacán, sólo así se asegurarían sus veinte pases esa noche, todas quieren ser unas locomotoras de amor para arrastrar los vagones más inmundos y esperpénticos de la noche, olfateando el tufo de unos sobacos indomables y pezuñas rebeldes, con la mirada perdida en el techo y con el apuro eterno y salvador del “ya-ya-ya” perturbador que te baja los resortes a cero.
Es una noche más, pero el recorrido siempre es bueno para encontrar sorpresas – he allí la razón de ir aunque uno encuentre lo de siempre- y salir de la monotonía de esa ruleta viciosa de ver siempre lo mismo. Empezamos por las Orquídeas majestuoso otrora, hoy nido del silencio fetal y mierda, saltamos a la Colonial acaso con nombre identificatorio y aleatorio a sus ocupantes, ingresamos a la Tropical llena de jovialidad y de reñida competencia, jovencitas con poca experiencia y mucha ingenuidad, como las prefieren los cochos y nos adentramos a las del Túnel sin nombre, de más bajo calibre, donde tu poder adquisitivo de un Sol vale por dos y hasta tres doblado por la mitad, luces rojas, violáceas que resaltan la blancura de tu ropa transformando los harapos en pasables, jadeos y grititos posiblemente fingidos, sacan la cabeza para llamar en un momento desesperado en que no ha caído nada desde la mañana, un bikini fucsia resalta, pero al acercarse es una cuarentona con varios lunares de fantasía y un cuerpo que se resiste a la gravedad del tiempo para hincarle la carne, apagada ofrece unas caricias sensación y la pose multiespasmos, pero nadie se la cree, dicen que todo es pura finta, su rostro no la ayuda efectivamente, pasan, caen los novatos, el marketing falla por la mercadería misma no por la promoción. La novedad fue en El Túnel donde la luz de cada bombilla compite y pierde frente a la de un cerillo. Allí se ha formado una cola como para recibir donaciones, donaciones de amor robótico en raciones de a 10 minutos. El que va saliendo con sus recomendaciones y su sonrisa de oreja a oreja enciende y aviva la espera justificada e interminable, quién y cómo será, sólo sé que es la del cuarto asignado con el quince, la nueva de la cuadra, al decir de mi compañero Gonzalo F.
La anémica e indecisa luz no permite sino divisar el rojo bermellón de su atuendo de torera incansable que aparece y luego desaparece arremetiendo muletazos a los energúmenos de irrefrenables deseos, antigalanes de putanar.
Eran las tres y cuarenta y dos minutos de la mañana del domingo y la cola se estaba agotando. Oteaba con el interés picado de espera de un cazador, un cuerpecillo frágil de gacela, una sonrisa, sonrisa ..., dentadura, creí conocida, pero no, esas son huevadas cuando uno está templado como que todas se nos figura en la amada, sí era una conocida manera de torcer los ojos y los labios, será posible que lo escrito pueda expresar mi emoción... ¡Tere...sa, Teresita Barboza!, no, no, imposible, ella no me reconocería en mi nueva facha, me he dejado crecer las patillas a lo Jhon Lennon, ¡mi corazón está que se me sale por la boca!, tengo en el estómago una lluvia de rayos que lo han endurecido, ingresa el penúltimo cliente, un jorobado de Notre Dame chiclayano, carajo me tiemblan las piernas y estoy corriendo al baño, uf casi me saco la m antes de tiempo, con verrugas de Aniceto en la nariz, frotándose las manos en señal de “lo logré”, me comeré el mejor bocado, qué pasa: otra vez los celos enfermizos de antes, no puede ser, y él hay que sacarle filo a la herramienta, tú ¿y?, yo, no esta parece que ya se fue la semana pasada, me gustaba remontarme siempre como el salmón en el basural de mis recuerdos y creó encontrar cosas interesantes idesechables por mí, sólo por el tiempo. Mientras tanto, pienso en las ruinas circulares de mi memoria y la de ese viejito pendejo y copetón Borges y en mi irrenunciable enfermedad de noctámbulo, buscador de una vida alegre, cuando para otros el día acababa para mí se encendía la gran lámpara de la noche cargada de emocionante soledad y quietud de las calles, manchado por el chocolate espeso de la noche, que brota como apéndice displicente y el ruido melancólico, silencioso del tic-tac de mi interminable Olma, de la misma edad de mi abuelo: viejo siempre viejo de mi vida.
¿Quién era Teresa para mí y para toda mi promoción escolar? Mi trofeo, el trofeo más preciado en el colegio “Alonso de Alvarado” en Bagua Grande, el que era lubricado por el Utcubamba, gran mole serpenteante de agua, acaso el lugar con una gran jungla de estudiantes rebeldes, del que nunca llegué a serlo a pesar de mis vanos intentos hasta ahora. Tenía lo que tienen todas las mujeres: no sé si el mismo tamaño, cantidad, proporción, casi lo mismo pero siempre jamás igual, pero todas las mujeres no tenían lo que ella tenía: el encanto de hechizar y abobar a cuanto cojudo se enamoraba de ella, el descollante don de despachar a todos sin herir explicitándolo. No sería para nadie, moriría así, como una manzana silvestre detrás de un cristal prohibido: sabrosa y apetitosa para comerla, y todos nos contentábamos con verla invicta, sin mácula. Era su encanto y delicadeza de mujer intérprete, símbolo de las emanaciones féminas, su irrefutable don de saber decir las cosas exactas, pero sobre todo las ganas de hacer con ella una práctica de autopsia sexual sin pensarlo dos segundos. Su piel de peluche erotizador, sus desenfrenados y fieros labios de capullo abierto esta mañana con dos gotas diáfanas de rocío incólume, los desfiladeros perpetuos de sus pechos y su intangible, inimaginable e impronunciable secreto rosáceo. Qué no hubiéramos dado, en qué nos hubiéramos convertido por el tan sólo hecho de estar con ella. Escuchaba la persuasión y el halago más convincente, intentaba el más piedrón del colegio insinuarle sólo estar con ella, pero no y no, no había forma, tiempo ni nadie.. No logré ni logramos estar con ella en todos los años desde que desapareció de mi vigilancia contumaz y mi atención irresoluta, aunque siempre en el velatorio de mi corazón seguía prendida la vela del recuerdo de su imagen: Teresa Barboza, la Techi que nadie conquistó y a nadie quiso entregar el repujado inapreciable de su amor y cuanto pueda ser tocado y alucinógeno.
La puerta se abrió, un destello violáceo encharcó mi rostro, el tipo que salía estaba sonriente como si hubiera cortado todas las orejas y los rabos en su noche taurolujuriosina.
¡!Techi Barboza!, grité para mis adentros y para mis recuerdos, ¿eres tú?”. Ella me recibió como a su príncipe (no me hago muchas ilusiones ahora después de saber que a todos los recibía así). Para probar, sin esperanza de recibir la verdad sino un seudónimo artístico, le pregunté por su nombre,¡imagínense su nombre artístico y su nombre real coincidían, era Techi Barboza!, para todos y para mí, pasajero anónimo y a mucha honra y me estaba contando haber decidido esa vida que siempre quiso ocultamente, esa misma noche después de 19 años de darse cuenta que nadie la amaba, después de un frustrado intento de decirle a un tal Nicolás que sentía un oculto e inobjetable amor, amor en silencio.
BARRÓN ALOR ENRIQUE JOSUÉ
02 marzo 2010
PRODUCCIÓN LITERARIA:
En el mes de octubre de 1998 edita en Lima a través de Cuaderno de Acuarelas Editores su libro de Poesías “La Oscuridad del Bosque”, ingresando por la puerta grande a la Literatura nacional.
Desde el año 2004 Integra la Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima.
Arte Poética
Un beato en el vacío, devorando la palabra quebrada la forma amas pura del deseo mutilado ¡Qué misterioso encantamiento le ha deparado el infernal gozo!
Si la palabra corroída en los eclipsados bosques, disuelve los colores agrios en el oscuro eco de la sabiduría.
¿Sumergiré en las cenizas de la noche para coagular, con su crispada pretensión, la poética del silencio de los árboles deformados?
¿Estrangular la oquedad del fuego con sus manos?
¿Quedarse en silencio? ¿Hundir tus raíces en el grito del límite luminoso?
El tiempo escindirá tus ojos cerosos en la puerta del infierno y, tu alma, fauces del tifón negro, se obscurecerá hasta calcinar tus venas.
Tu boca invocará a los cielos la piedad de la sabiduría, la alucinación silvestre de la inocencia, y que le consuele, poeta, la farsa de alcanzar la belleza incinerada por el tiempo.
INDIOS DE HUACHO SALVAN EXPEDICIÓN DE CÓCHRANE
LA EXPEDICIÓN DE LORD COCHRANE
Uno de los grandes acontecimientos históricos de nuestra Patria Chica -de su rica vena patriótica y nacionalista- que merece una solemne y formidable celebración es sin duda alguna, el primer encuentro entre el pueblo de Huacho y la pequeña flota chilena de Lord Cochrane, allá por los años de 1819, hace exactamente 191 años, cuando el primero de sus dos cruceros incursiona por el litoral de la costa nor central, constituyendo un valioso y trascendental acontecimiento poco conocido en la historia oficial, felizmente descrito puntualmente por el destacado historiador Emilio Rosas Cuadros, pero obviado por las lecturas y el calendario cívico escolar.
Bien sabemos que antes que la expedición libertadora viniera del sur al Perú, con el auspicio del gobierno y empresarios chilenos, Cochrane organizó dos cruceros de guerra: a) el primero entre enero-junio de 1819; b) el segundo entre setiembre de 1819 y febrero de 1820. En el primero no sólo se bloqueó el puerto del Callao, sino desembarcó en numerosos puertos y caletas del norte de Lima hasta llegar a Paita. Como un anticipado gesto, muy significativo de este crucero, a su cuenta y riesgo, los vecinos de Supe proclamaron por primera vez en el Perú la Independencia
Pero un poco antes, la escuadra chilena de Cochrane, en la tarde del 28 de marzo de ese año, anclaba en la hermosa bahía de Huacho, la primera división naval comandada por el mismo Cochrane, la segunda división al mando del vice-almirante chileno Manuel Blanco Encalada hizo lo propio el 1 de abril. Ambas escuadras fueron concebidas, organizadas e implementadas por el gobierno chileno a pedido del general José de San Martín y a sugerencia del patriota José de la Riva Agüero. El objetivo principal de esta incursión militar fue: identificar y causar bajas en la escuadra española, distribuir proclamas y cartas entre los patriotas, alentar y mantener contactos con los pueblos que ansiaban emanciparse y recoger información acerca del poderío de las fuerzas realistas.
LOS HECHOS SEGÚN SUS PROTAGONISTAS:
Esta fuerza naval, compuesta por más de 6 naves de guerra, armada con 186 cañones y con una tripulación de 1130 hombres, desde febrero de 1819 estuvo infructuosamente bloqueando el puerto del Callao, pero ante la escasez de alimentos y agua, a sugerencia del patriota limeño Remigio Silva Aranda, enrumbó hacia los puertos de Huacho y Supe, quedando solo el Chacabuco para observar al enemigo.
“Mañana mismo, si usted quiere, -Señor Cochrane-se proveerá esta escuadra de toda
aguada, de toda especie de víveres a satisfacción, hasta de pavos, gallinas, dulces, quesos,
biscochos,, en fin de cuanto Dios creó, de Huacho y Supe, y con la más grande ventaja de
no haber el más pequeño riesgo” REMIGIO SILVA ARANDA
Efectivamente, el oportuno apoyo de la población huachana como la supana salvaron de un lamentable fracaso de esta expedición, al extremo, que la historia de la emancipación hubiera sido otra, o por lo menos se habría retrasado quizá algunos años más.
“Que es suma verdad la extrema escasez en que existían la escuadra cuando el caballero
don Remigio Silva se presentó a ella, con sus arbitrios y disposiciones se surtió de lo necesitó en Huacho y Supe, en servicio tan importante…” JORGE MARTÍN GUISE
¿Pero quién era este personaje Remigio Silva? Nada menos que como uno de los delegados del Almirante –juntamente con Domingo Torres- acogió en Huacho al joven Francisco Vidal para luchar por la causa de la libertad, quien actuó primero como informante secreto para el gobierno chileno, de todo el movimiento de los realistas. Pues en realidad, la presencia de la escuadra de Cochrane tampoco fue tan fortuita, más bien, se articulaba con una secreta y eficaz red de patriotas nativos y extranjeros que se comunicaban secretamente con los patriotas limeños, sobre todo con José de la Riva Agüero.
Remigio Silva, que había permanecido oculto durante un año entre Huacho y Supe, y por espacio de diez meses en Huarmey, en compañía del comandante José Bernales enviando informes al gobierno chileno a través de Lima, sobre las fuerzas realistas, conocía muy bien la vocación libertaria de los habitantes de la costa y la sierra central, y también los recursos que existían en cada pueblo, y por ello, con plena seguridad ofreció a los expedicionarios agua, víveres, y salvar así a más de un millar de marinos e infantes que en tan difícil trance se encontraban.
PATRIÓTICO COMPORTAMIENTO DE LOS HUACHANOS
“Los habitantes de Huacho, que se encontraban en la mejor disposición para cooperar a la emancipación del Perú nos dieron todo cuanto necesitábamos…”
Era pues de esperarse que la numerosa población huachana abasteciese con la mayor generosidad a la expedición naval durante ocho días, desde el 29 de marzo hasta el 5 de abril, con todo lo necesario a más de seis naves de guerra, para que puedan, unos, retornar al Callao a órdenes de Blanco Encalada, a proseguir con el bloqueo del Callao y auxiliando al Chacabuco; y otros, al mando del propio almirante Cochrane, seguir viaje al norte: Supe, Huarmey, Samanco y Paita. En esta primera oportunidad, fueron muchos los patriotas de los pueblos ribereños los que se incorporaron a la expedición chilena.
Este comportamiento está corroborado por el propio virrey Pezuela:
“Que la conducta de los habitantes de Huacho no se quedó en recibir, auxiliar, vender víveres y pasar a bordo a sus habitantes indios, sino que se extendieron a darles avisos de la marcha de nuestras tropas, a guiarlos y conducir sus cañones contra Huaura, y hasta cojer sus desertores por una onza que les ofrecieron por cada uno que les presentasen”.
VIRREY JOAQUÍN DE LA PEZUELA
El patriotismo embargaba de felicidad a todos los huachanos, indios del común, caciques y alcaldes de ayuntamientos de naturales, mestizos y los pocos criollos que habitaban Huacho. Que en un acto muy significativo, algunos meses después “su alcalde Baltazar De la Rosa fue el primer representante de la masa indígena del Perú, que se puso a órdenes de San Martín, quien lo distinguió, dándole el grado de Capitán”.
Durante los pocos días que los buques de guerra chilenos permanecieron en Huacho, el gobernador Baltazar De la –Rosa permitió a los indios que llevaran comestibles a la bahía para venderlos: pero el comandante de las milicias, que había logrado reunir 200 hombres, ordenó a los indios que se abstuvieran de aquel tráfico, y de un modo insolente hizo a Lord Cochrane la intimidación de partir en el acto, si no quería exponerse a que se le arrojara del puerto. Al recibir esta notificación, Cochrane ordenó inmediatamente a los marinos que desembarcaran y marchasen hacia Huaura, lo que hicieron con el respaldo de gran gentío de indios huachanos como colabo-radores.
Recordemos que el poder realista se encontraba en Huaura, capital del corregimiento de Chancay, y donde residían también nobles y españoles, así como criollos ricos y hacendados del valle de Huaura, la villa contaba con 600 habitantes y más de mil esclavos negros. Mientras que Huacho tenía una población de 5 mil habitantes, casi todos indios, residentes en la caleta propiamente dicha, oros en la villa misma y la mayoría distribuida en su inmensa y frondosa campiña. Entonces, tomar Huaura fue un acto estratégico para dar un golpe al poder hispano regional.
Al punto que, ante el avance de los acontecimientos, la reacción virreinal no se hizo esperar. Apenas tuvo informes del comportamiento de la población huachana, en virrey Pezuela envió al batallón Cantabria (500 infantes y 200 de caballería) a órdenes del teniente coronel Rabel Ceballos y Escalera y como su adjunto al comandante Andrés García Camba, para repeler a loa invasores y proteger a los pueblos invadidos, y con la orden expresa de aprehender y juzgar a los vecinos enemigos del rey que en los pueblos citados hubiesen auxiliado a los invasores. Los realistas llegaron el 6 de abril, cuando un día antes los barcos chilenos se habían hecho a la vela, unos al norte y otros al Callao.