A: Carlos Danoz, español y buen amigo.
¡Viva la España del corcel y enamorada,
la España de Huelva y del trajín idolatrada,
la espada en la montura y la rosa levantada!
¡Olé, poeta de las garzas en la flora!
¡Olé, por esas violas de zarzas sonrojadas,
olivos que encumbran a los ojos
en las gaitas de avellanas y Canarias!
¡Salud, España, y a la mar en la Cantabria!
¡Salud por el jardín de la mañana
y las uvas en claveles de Granada!
A trote de la crin y a buen galope,
con la riata del jinete se mece la solana.
¡Salud, España, de la copa almendrada!
¡Salud por la vihuela y la voz garigoleada!
¡Salud por esa falda levantada
y el muslo parecido a una gitana!
¡Que viva la España pregonera arrebolada,
el fogón de danza y de la ola encantada!
¡Que viva cuando canta en el corcel enamorada
y el tobillo asoma su color de moza Sevillana!
¡Olé, la copla del jazmín en la ventana
y el balcón de jarras con violetas azuladas!
¡Olé, que huele a Murcia y Barcelona,
y la tierra muestra clamor de minifalda!
¡Que pruebe el olmo el sabor de la castaña
y las trenzas cuelguen al vaivén de la jarana!
¡Que brinque Jaén sobre la barda
y mire los ramos de crisoles de Calañas!
¡Que viva la España en plata enamorada!
Del lirio: mano dulce cubriendo la estocada;
de Asturias: lis en su garganta;
del pecho: El Prado bailando taconada.
¡Y el rostro vivo de aroma de Navarra!
¡Olé! ¡Olé! ¡Olé!…
¡La España de la rosa enamorada!
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