Carlos Benítez Villodres "LOS PUENTES DEBILITADOS"

18 febrero 2010

Crecen con rapidez esas masas furtivas
que abrasan y destrozan,
con sus ríos de gases y de lava
por siempre tempestuosos, traicioneros,
la sangre y el lenguaje de los hombres que llegan
al mundo por la senda de la voz solidaria.

Estos hombres intentan conseguir,
con sus signos de lirios y violines,
que la noche absolutamente negra
aclare ya su imagen, sin ideas de fango
ni hervores de veneno,
ante los ojos, con ardor radiante,
de aquellos hijos de este mundo en lides,
que tiernamente aman
el amor y la paz,
el crecer de las mieses, el vigor renovado,
invulnerable, de las libertades…

¿Adónde va esa luz que no reposa?
¿Quiénes colocan muerte
en las entrañas del metal que vuela
hasta hundirse en los cuerpos
que nunca más retornarán a casa?
¿Por qué matan a seres inocentes
y devoran sus ojos y deseos?

Matan, matan los lobos sanguinarios
y enemigos, colmados de poder,
como la pólvora que entierra besos.
Matan por aumentar su imperio y sus riquezas
de raíces en forma de pezuña,
goteando patrañas y ecuaciones vacías.

De las bocas escapan a los aires
lúgubres el aliento de cerebros
que huelen a alcanfor, a tedio cotidiano.
¿De quién es esa voz que golpea la esencia
de los hombres que mueren lentamente de frío
y hambre y enfermedades? Las sombras ambicionan
las dos mitades de este mundo vana-
mente tiranizado por poderes insólitos,
crípticos, que en silencio
lo manejan de forma improcedente,
tornando el día en noche, el pensil en desierto,
la palabra en cascadas de naufragios…,
empapando la vida con la sangre
de aquellas primaveras indigentes, famélicas.

Sucede que el destino del hermano que sufre
y rueda por la tierra y sobrevive
encadenado a niños ya muertos e insepultos…
es la incendiaria desesperación.

Sucede que el destino de nuestro bello mundo
tiene la voz del hombre
que ama la vida siempre venturosa
con la pasión y el gozo del amante.

Sucede que camino, perseguido por sierpes
que intentan asfixiarme, con la honda noria herida
y el alma alimentando puentes debilitados.

Sucede que me crezco ante la cruel violencia
de los imperialistas que destruyen
vidas y corazones y lenguajes,
después de demoler, tanto los puentes
sólidos, eficaces, como los extenuados.

Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)

(Del libro Los puentes debilitados. Granada -España-, 2007

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