Dos grandes obras que marcan la historia del emigrante Inca, escribiendo a su tierra amada fuera de ella.
Nostalgias Milenarias.
Poemas- Editorial Dunken – Buenos Aires Argentina- 2007.
El encuentro del hombre con la poesía, identidad seductora que mora en el tiempo y la distancia. El poeta trastoca sus sentimientos guardados en su alba alma de cantor, reviviendo en el presente sus recuerdos lejanos, que al compas de su fina lirica de vate provinciano, inunda de nostalgia su exquisita pluma.
Alejandro sueña con redimir su amor a la poesía, es poeta y declamador bilingüe, sus versos son como el sol abrazador en tarde de verano, agita el alma, altera emociones, incita a refrescarnos la memoria, saciándonos del agua que fluye en su cristalina escritura.
En las punas congeladas/ y en esquinas urbanas/ dolores desparramados/ Huaracas y pancartas/ evidencian/ malas influencias/ y no son las mías. (Del poema Yo no soy poeta)
Cántame tu canto/ Gorrioncillo de las punas/ oír tu voz es alivio/incansables fervores con amores/ se levantan/ tristemente en mi pecho. (Del poema Mi Destierro)
Descalzo/ entre charcos de sangre/ tristemente/ espero/ nuevos amaneceres. (Del poema Uchuychalla
La Tierra que Deje
Hoy bajo el titulo “La Tierra que Deje” Alejandro, deja como testimonio para las generaciones venideras el querer y poder hacer patria fuera de ella, no le fue fácil dejar su tierra andina de Andahuaylas para radicar en una metrópolis tan grande como Buenos Aires, con otras costumbres e identidad cultural distinta al nuestro.
Interesante novela que consta de seis capítulos.
Mañana antes que el sol/ partiré a distancia/ me iré.../ me iré quebrando en dolor y / dejando mis cielos lejos de mí/ quizás destinos me den retornos mil/ De no ser así/ en mi mente por siempre vivirás/ tierra mía.
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