Escritor y poeta con muchos años de residencia en Huacho, nació el 10 de mayo de 1860 en San Pedro de Lloc, capital de la provincia de Pacasmayo. Sus padres fueron don Dámaso González y doña Juliana Cáceda.
A inicio de la primera década del siglo XX se establece en Huacho trabajando en periódicos locales como el Amigo del Pueblo, La Patria, La Época, el Imparcial.
Su poesía es filosófica, educativa, moralista con fina Ironía. Sus composiciones en versos y algunas en prosa fueron publicadas por periódicos y revistas locales, entre sus obras más famosas se encuentran: “Virutas” en 1925, “Simplezas” en 1930, “las Huellas de la Ruta” en 1932 y “Revistitas Parlamentarias” en 1922 a propósito del congreso regional del centro con sede en Huacho. Falleció el 15 de mayo de 1938 a la edad de 78 años.
Elogio al poeta José Santos Chocano el 21 –10-1922 con motivo de su visita a la cuidad de Huacho.
“Bien Venido”
Soy un pobre gorrión al que el invierno
Entumeció las alas
Y que voló en la primavera
(Si aquello era volar) de rama en rama.
Tú eres águila real, que allá en la cumbre
De elevada montaña,
Escuchas divinas armonías
De mil divinas arpas,
Las disuelves en colores
Y con gesto de Dios las desparramas.
Yo soy pobre gorrión, que cuando quiere
Volar, vuela en bandadas;
Tú eres águila real y vuelas solo,
Sólo con las águilas.
Si del cofre dorado en que tus versos
Como tesoro inagotable guardas,
Te pudiera robar, cual prometeo,
Una chispa sagrada
Fundiría con ella
La corona de luces que me falta.
Cuando dejas caer desde las cumbres
De tu enorme montaña
La lluvia luminosa de brillantes
Que con cinceles de tu estuche labras,
Los modestos gorriones
Se mojan jubilosos en sus aguas.
Bien Venido seáis, sumo pontífice
Del verso, a nuestra casa;
Te oiremos cantar bajo la sombra
De tupidas parras
Las sencillas canciones de la vida
Modesta y virgiliana;
Probaras nuestra sal
Y beberás nuestra agua,
Más pura que los vinos exquisitos
Que han bebido, quizá, en tierras extrañas.
Resolverás tus dudas,
Curarás tus nostalgias,
Y apagarás quien sabe,
Esa sed del infinito que te mata.
Con tu sola presencia, la campiña
Sé vestirá de gala,
Como novia que espera al prometido,
Ojeando, alborozada,
Las curvas del camino
Desde el lomo empinado de las tapias.
Bien Venido seáis, sobre la mesa
De nuestra humilde casa
Hemos puesto la sal
Y hemos puesto ya el agua,
El agua milagrosa que devuelve
Al cuerpo su vigor y su fe al alma.
Has caminado mucho,
Ven y a la sombra de este hogar, descansa.
A inicio de la primera década del siglo XX se establece en Huacho trabajando en periódicos locales como el Amigo del Pueblo, La Patria, La Época, el Imparcial.
Su poesía es filosófica, educativa, moralista con fina Ironía. Sus composiciones en versos y algunas en prosa fueron publicadas por periódicos y revistas locales, entre sus obras más famosas se encuentran: “Virutas” en 1925, “Simplezas” en 1930, “las Huellas de la Ruta” en 1932 y “Revistitas Parlamentarias” en 1922 a propósito del congreso regional del centro con sede en Huacho. Falleció el 15 de mayo de 1938 a la edad de 78 años.
Elogio al poeta José Santos Chocano el 21 –10-1922 con motivo de su visita a la cuidad de Huacho.
“Bien Venido”
Soy un pobre gorrión al que el invierno
Entumeció las alas
Y que voló en la primavera
(Si aquello era volar) de rama en rama.
Tú eres águila real, que allá en la cumbre
De elevada montaña,
Escuchas divinas armonías
De mil divinas arpas,
Las disuelves en colores
Y con gesto de Dios las desparramas.
Yo soy pobre gorrión, que cuando quiere
Volar, vuela en bandadas;
Tú eres águila real y vuelas solo,
Sólo con las águilas.
Si del cofre dorado en que tus versos
Como tesoro inagotable guardas,
Te pudiera robar, cual prometeo,
Una chispa sagrada
Fundiría con ella
La corona de luces que me falta.
Cuando dejas caer desde las cumbres
De tu enorme montaña
La lluvia luminosa de brillantes
Que con cinceles de tu estuche labras,
Los modestos gorriones
Se mojan jubilosos en sus aguas.
Bien Venido seáis, sumo pontífice
Del verso, a nuestra casa;
Te oiremos cantar bajo la sombra
De tupidas parras
Las sencillas canciones de la vida
Modesta y virgiliana;
Probaras nuestra sal
Y beberás nuestra agua,
Más pura que los vinos exquisitos
Que han bebido, quizá, en tierras extrañas.
Resolverás tus dudas,
Curarás tus nostalgias,
Y apagarás quien sabe,
Esa sed del infinito que te mata.
Con tu sola presencia, la campiña
Sé vestirá de gala,
Como novia que espera al prometido,
Ojeando, alborozada,
Las curvas del camino
Desde el lomo empinado de las tapias.
Bien Venido seáis, sobre la mesa
De nuestra humilde casa
Hemos puesto la sal
Y hemos puesto ya el agua,
El agua milagrosa que devuelve
Al cuerpo su vigor y su fe al alma.
Has caminado mucho,
Ven y a la sombra de este hogar, descansa.
1 comentario:
Apreciado JULIO SOLÓRZANO.
Te felicito por tu Blog que es sumamente interesante. Lo he leído y veo que hay muchas cosas que imitar de tu creación.Gusto me ha dado que hayas colocado a don Ezequiel González Cáceda, poeta sampedrano (de San Pedro de Lloc), vivió mucho tiempo Chepén y en Huacho. La Principal avendida de Chepén lleva su nombre pues siendo alcalde hizo mucho por este bendito pueblo.
Cualesquier día te aviso que voy hacia Huacho mientras tanto me quedo complacido de revisar siempre tu Blog que siempre trae novedades. Ya lo estoy recomendado a mis amigos.
Recibe un fuerte abrazo y un saludo sincero de tu amigo que a la distancia te te dice que Dios proteja todos tus actos.BLASCO BAZÁN VERA
Publicar un comentario