Anoche dejaste la puerta abierta
sobre tu sillón dormía, tu alma de mujer inquieta
Abrazabas con tal nostalgia el teléfono
esperando angustiosamente una llamada
Me acerqué lentamente y abrí la guía telefónica
queriendo adivinar, el número de tu pena honda
pero en el dulce secreto que te guarda
cegó mis ojos, no me dijo nada
Supe del dolor que a tu ser embarga
cuidé de tu sueño hasta muy de madrugada,
tu pecho latía, como el timbre de una llamada
y tú, desesperadamente en tu sueño llorabas
Dejé que el frió viento de la noche te despertara
pensando que después de todo te olvidaras.
Cogiste la guía, soltaste lento el teléfono
y a secas dijiste, llamará, llamará mañana
Distraída en tus frívolos pensamientos
no reparas en tus inicuos sentimientos
sólo pasa por tu cabeza de novia
que tu amor, es una enfermedad sin remedio
Sabes, no te olvides de cerrar la puerta
él llamará quizás cuando menos lo esperes
mientras, yo cuidaré escondido en la sombra
tu sueño de romántica loca.
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