Ponencia dentro del tema: “Literatura, Sociedad y Educación”

29 agosto 2014

Lic. Zaida Cristina Reynoso Camacho.
Directora del Colectivo Cultural “El Quijote”
En Chapala, Jalisco, México.

Ponencia dentro del tema: “Literatura, Sociedad y Educación”


“SIN HABITACIÓN PROPIA”
“Salas de Lectura” un ejército de ciudadanos en pro de la Cultura.

            Hace aproximadamente cien años Virginia Woolf afirmaba:“… una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas…”  Su preocupación iba desde luego hacia las mujeres, porque se suponía que los hombres ya contaban con ambas cosas, el dinero y la habitación. Si esto fuera cierto, la Literatura Universal se habría  reducido a menos de la mitad y desde luego que ni Ciro Alegría ni Juan Rulfo serían nuestras glorias nacionales.
            En el año 2002 la UNESCO dio a conocer el resultado de una encuesta aplicada en el país en la cual señalaba que el promedio de lectura de los mexicanos era de dos libros al año, la sociedad en general quedó alarmada, y el gobierno empezó a tomar medidas, planificar y proyectar acciones tendientes a subsanar la enorme brecha que separaba a México con respecto a países más desarrollados.
            La Secretaría de Educación Pública tuvo el acierto de instaurar lo que se conoce como “Biblioteca de Aula” entregando a cada grupo de primera enseñanza de una buena dotación de libros, desafortunadamente tan gran esfuerzo no arrojó los resultados esperados, pues si la mayoría de las veces los mismos maestros no son lectores habituales, poco fue el entusiasmo que pudieron trasmitir a sus alumnos, quedando muchas veces los libros empolvados en un rincón.
            Otro caso muy diferente fue el proyecto de CONACULTA (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes), organismo descentralizado, que planeó poner su proyecto en manos de la sociedad civil con la creación de las “Salas de Lectura”.  Convocó entonces a las personas verdaderamente enamoradas de los libros para que, mediante una capacitación adecuada, se convirtieran en “mediadores” que sirvieran de vínculo entre el libro y la población.
Para este proyecto CONACULTA proporciona la capacitación a todo aquel que desee convertirse en “mediador”, sin importar la edad ni el grado de estudios, y lo dota de un variado acervo constantemente renovado. Por su parte, el mediador se compromete, además de asistir a los cursos de capacitación, a dedicar al menos dos horas semanarias a la promoción de la lectura, eligiendo él mismo el horario, el espacio y el público hacia el cual dedicará su trabajo, y esto sin ningún tipo de remuneración económica.
            Con el paso del tiempo el programa “Salas de Lectura” ha sido tomado por la sociedad civil con verdadero entusiasmo, incorporando entre sus filas a jóvenes estudiantes, amas de casa, maestros, profesionistas jubilados, que suman ya miles en el país, y que lo mismo trabajan en planteles educativos, hospitales, cárceles, sus propios hogares, parques y hasta en camellones de grandes avenidas, creando círculos de convivencia alrededor de los libros, despertando la curiosidad científica, encendiendo la chispa del placer estético y sembrando las palabras de los grandes autores en el espíritu de nuestro pueblo.  
            Dignos son de mención los proyectos:
Sala de Lectura “ México” mediadores Eliud Ponce y  Graciela Delgado Ramírez Ciudad Juárez, Chihuahua, que trabaja en un centro de reclusión para menores.
Sala de Lectura “Deshilando Palabras” mediadora Laura Martínez Zaragoza, Uruapan, Mich. Que organiza recitales poéticos titulados “Háblame con las manos, óyeme con los ojos” entre jóvenes sordomudos.
            Sala de Lectura “José Revueltas” en el reclusorio Sur de la Ciudad de México, mediador Enrique Aranda Ochoa, interno que logró interesar a sus compañeros gracias a la lectura en voz alta de textos de Allan Poe, Conan Doyle y Agatha Chistie.
            Existen también mediadores itinerantes, que van de pueblo en pueblo ofreciendo sus lecturas a los niños en los parques los domingos, y el proyecto “Libro Bus” en el que los estudiantes de la Preparatoria de Chapala, reparten una serie de textos a los pasajeros del camión para su lectura y los recogen al final del viaje.    
La capacitación de los mediadores ha sido cuidadosamente planeada, y contempla que dentro de una Sala no sólo se invite a la lectura, sino que se logre crear una verdadera comunidad con hábitos lectores. Capacitación que comprende ocho diferentes módulos que incluyen temas como: “Oralidad y Escritura”, “Diferentes niveles de Lectura”, “Charlas Literarias”, “Lectura en tiempos de diversidad”, “Imagen y Palabra” entre otros. La mayoría de las veces, la lectura da pie a otras actividades como pueden ser la proyección de documentales, la audición de discos, los juegos, el dibujo y pintura, elaboración de carteles, artesanías y hasta títeres, haciendo de la Sala un espacio de convivencia y superación humana.
            El resultado de este laborioso trabajo realizado ya por miles de ciudadanos anónimos ha rebasado las expectativas, ya que el interés por lo libros que ha sabido despertar en el público, ha ido más allá de la simple lectura, y en la mayoría de los casos sus integrantes han empezado a escribir. Así nuestra compañera Clara Luz Montoya, que trabaja con la “Sala María Ancona”  en Hermosillo Sonora, elabora sus “Libro Canapé” y Carlotte Carranza en la Ciudad de México, mantiene un taller de “Autobiografía” con las amas de casa asistentes a su Sala “Somos Cuentos”.  Muchas son los mediadores que, después de una lectura interesante, incitan a los participantes a redactar una experiencia propia relacionada con el tema del libro, y de ahí van apareciendo muchas técnicas para que los lectores se transformen en creadores, cuyas obras fotocopiadas, se distribuyen entre amigos o son publicadas en los periódicos locales.
            Como se comprenderá, la gran mayoría de ellos carece tanto de una pensión económica como de una habitación propia para su labor creativa. Por lo tanto,  permítaseme disentir de la opinión de la gran escritora inglesa, cuya sociedad pudo darse los lujos de un país que había amasado sus fortunas gracias a la terrible explotación de otros pueblos; pues si como ella afirmaba: “La libertad intelectual depende de cosas materiales, por lo que hay que tener 500 libras al año, una habitación propia con cerradura y acceso a una biblioteca para arribar al mundo…”  Nosotros, los mediadores mexicanos, aún necesitamos trabajar para poder comer, nuestra biblioteca se reduce casi siempre al acervo de 100 o 150 libros que nos proporciona el proyecto y en cuanto a la habitación, propia… Si existen salas que trabajan en la banqueta, la cárcel  o hasta en el panteón…  
Pero estaremos de acuerdo en que la lectura es motor para el desarrollo, condición para la equidad, y factor de identidad, por eso el “mediador” abre su casa, destina tiempos, busca recursos, se sienta a la mesa y escucha a los demás, les hace saber que lo que dicen le importa, pues su función es la de acompañar al lector, convirtiéndose en el puente que comunica cuatro mundos: el de los lectores, el de la palabra escrita que contienen los libros, y el de la palabra oral que se expresa en la voz de los participantes, y el de la nueva palabra escrita en que se convierte esa voz nueva.
El trabajo del mediador resulta casi un trabajo de “escultura” donde empiezas por intentar conocer el valioso material con el que vas a trabajar, que es el alma del posible lector, para comenzar a alimentarla según sus necesidades y sus gustos, poniendo en juego todo lo aprendido, la dedicación, la paciencia, la cultura y el amor –a los libros y al ser humano en si- y sobre todo, disfrutando de la actividad y vocación para la que has nacido.
 


 BIBLIOGRAFÍA:
            “Una habitación propia” Virginia Woolf, Ed. Seix Barral. 2ª. Edición, Mex. 1986
            “Tiempo de Leer” Dirección Gral. De Publicaciones CONACULTA, 2011
            “Cuadernos de P.N.S.L.”            “              “                         “
            “Leer en Común” Consejo Nacional para la Cultura y las Artes”  2013
            “México Lee” CONACULTA 2012


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