Cuando éramos niños
El destino nos deparó
Rumbos diferentes,
Tú, con el fulgor
De tu alegre niñez,
Eras el mayor de todos
Yo con la inocencia
De no saber nada,
Fuimos desterrados
Por la fatal suerte
A caminar por vías diferentes,
Tu corazón latía en mi pecho
Y en el tuyo, mi sonrisa de niño
Estaba siempre presente,
Entonces, siempre,
Siempre ,estábamos juntos
La distancia no fue lo peor
Para nosotros,
Quizás fue lo mejor para los dos,
Pues la vida nos regalo
El mismo día, la misma noche,
La misma sonrisa, el mismo llanto,
Compartíamos el mismo sol
Que calentaba nuestros fríos cuerpos
Entregándonos la luna llena
Que en noches silentes, lleno de estrellas
Al unísono soñábamos estar juntos
Tomados fuertemente de las manos
Llenando de alegría nuestras tiernas almas
Total, eso era vida, vida, vida…
Dios siempre cuidó nuestros días
Hermano mío.
Luis Alfredo y Julio Teófilo
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