Ceferino Ramírez Conde, Filiberto Cherrepano Chaquilano, Manuel
Lino Morales y Anselmo Mendoza, junto a los dirigentes de la Unión de Jornaleros de
Huacho, representados por los señores Lucio Guerrero Loza (Hualmay), Fermín
Chirito (Amay), Glicerio Grados (Chonta), Dionisio Hunge (San Lorenzo), Manuel
Ramírez (Luriama), Claudio Lino (Tomaycalla) unidos a
un buen contingente de
jornaleros de las sociedades de Resistencia del valle de Huaura, salieron
nuevamente a las calles de de Huacho a defender sus derechos laborales.
Gritaron a voz en cuello las arengas
combativas a sus legítimos reclamos, alzaron los puños en voz de protesta. Se
juntaron en las esquinas, y fueron cada vez mas jornaleros protestantes; en las
calles recibían el aliento de los ciudadanos y fueron mas, cada vez mas aguerridos
los protestantes; en los mercados y en los centros laborales era una
paralización total, la unión de jornaleros del valle de Huaura estaban haciendo
historia.
Se organizaron, direccionaron
sus reclamos específicamente al aspecto socio económico y laboral, agitaron a
las masas populares del pueblo, se instruyeron
en el arte de combatir pacíficamente con sus fuertes voces; todos aprendieron de
ellos mismos. El pueblo fue el fiel testigo de sus reclamos populares y las sus
marchas pacificas rebosantes de optimismos.
De Santa
Maria a Huacho
Juana Grados La Rosa del Barrio de Santa
Maria, portando el estandarte de la
sociedad de Resistencia Feminista de la campiña de Huacho, junto a Irene
Salvador Grados quien lideraba el movimiento feminista de Tomaycalla,
emprendieron la marcha con destino a Huacho, apoyando el justo reclamos de sus
Padres, hermanos, esposos e hijos que laboraban en las haciendas del valle de Huaura-Sayán.
Organizadas en fila cuatro con
banderas y palos en mano como única arma de defensa marcharon desde la Plazuela de Santa Maria, hacia
San Lorenzo para así encaminarse hacia la
antigua Av. Centenario, y poder ingresar a la ciudad de Huacho.
A
tiro limpio
Estando a la altura de las
calles Cocharcas y Malambo (Mariscal Castilla y 28 de Julio), el subprefecto
Domingo Torero, el oficial de la Gendarmería Alejandro
Ayarza y un contingente de gendarmenes, quisieron detener el paso de los
jornaleros en protesta, produciéndose un enfrentamiento entre ambos grupos y al
no poder resistir la arremetida de las mujeres, los gendarmenes al mando del
prefecto Arenas rastrillan sus armas de reglamento y comienzan a disparar
contra las indefensas mujeres, originándose un enfrentamiento desigual por
espacio de varios minutos.
En este fatal enfrentamiento
fallecieron Irene Salvador de Lino, Manuela Díaz Chaflojo, Filiberto Cherrepano
Chaquilano, Ceferino Ramírez Conde, Manuel Lino Morales y Anselmo Mendoza,
consagrándose como héroes del movimiento huelguístico del año 1917.
Fin a la Resistencia Popular
Con el transcurso de los días,
el hambre y la desesperación se va apoderando de los huelguistas, quienes
llevados por la necesidad se ven obligados a negociar con las autoridades
llegando a tener acuerdos de manera aisladas con los hacendados, abandonando
así la huelga.
El 25 de junio de 1917, la unión
de jornaleros de Huacho, decide levantar la huelga.
1 comentario:
Estimado Poeta don Julio Solorzano Murga:
Felicitarlo por lo tan bien descrito por Ud. en estas líneas.
Si bien es cierto que los ánimos de protesta llevan de por sí gritos y enérgicas arengas,lo cierto tal como usted bien dice es que la Marcha del 14 de Junio de 1917 fue una MARCHA PACIFICA; así lo testifica que fueran las mujeres y sus pequeños niños quienes encabezaran la marcha. ¿qué ánimo de violencia y de enfrentamiento puede pensarse que lleva una manifestación encabezada por lo más delicado de nuestras familias como son las mujeres y los niños?
Era una Marcha Pacífica que partió de la Escuela de Niñas y de la Escuela de Niños de Luriama que quedaban en la propiedad de mi abuela Adela Farro Arce y de mi tío abuelo Francisco Farro Arce respectivamente; quedaban con frente a la Plazuela Eulogio Martinez La Rosa en cuadra 7 de la Av Libertad (propiedad que hoy tiene otros dueños aunque conservamos una parte).
Incluso mi familiar Juana Grados La Rosa partió de aquel lugar junto a Irene Salvador Grados de Lino pues allí estaban "acantonados" junto a la "olla Común" colocada en la Plazuela Eulogio Martinez La Rosa construida y ubicada en terreno de mi bisabuela Eulogia Arce LLonto de Farro.
Fue una Marcha Pacifica pues sabían que había llegado la gendarmería en tren desde Lima y también porque las advertencias y amenazas represivas de la autoridad se habían hecho escuchar en la campiña.
Los partes militares de aquella época y cuyas copias conserva el Archivo General de La Nación refieren que la Gendarmería debía de guardar la entrada a la ciudad de Huacho en EL LIMITE entre Huacho y su Campiña; y así hizo la Gendarmería al custodiar los límites entre la ciudad de Huacho y su campiña en Amay y en la ubicación de la actual Av. 28 de Julio y calle Mariscal Castilla en donde sucedió el asesinato de las inocentes mujeres y cientos de campiñeros que solo buscaban justicia y parte de aquel enorme bienestar que sus manos especializadas para la agricultura generaban y que los terratenientes avaramente separaban solo para ellos.
Atte
Yolanda Mary La Rosa
12/JUN/2016
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