Viajero del mundo

23 febrero 2016


A Jorge Aliaga Cacho, heredero de un ideario social

Vendaval ruido, pájaro alado de pluma pensante
vocero de la extendida palabra
arrullador romántico del renglón seguido
sindicalista emergente de las causas justas
movilizador de juventudes,
semillero anunciador de la protesta
hombre social y clasista
combativo en la oralidad de su lenguaje
que anida la vida una lluvia de forastero
en la tierra seca y circundante
que atiza su llamarada como centellante relámpago.
Viajero empedernido desde el océano pacifico
hasta el otro lado del atlántico
pero siempre llevando en hombro la patria viva
que levita en su corazón como un Quijote
de esta América grande,
como un Dante idealizando
su canto a la musa ideal de sus sueños,
como un Ulises que desde su exilio vuelve a su Ítaca peruana
así es Jorge Aliaga Cacho del verso combatiente,
un amigo universal de vuelo libre.
Vistiendo al amor en todo idioma
en ese verso armiño
de mujeres buenas y mujeres malas
que es la confesión franca del poeta
que alerta una adhesión protectora en la esperanza de la tierra
siendo ésta la única gratitud fecunda del hombre
que en su vasta luz nos alumbra
y en su sombra oscura nos duerme con su naturaleza viva
abrigando toda existencia humana.
Esa es la piedra filosofal de Jorge Aliaga,
un caminante que le ha puesto alas a su tiempo,
un hombre que se moviliza en los cristales de la palabra,
un huésped que vivirá por siempre
en el velero de su eterno idilio, su patria.

 Del Libro "Alas para el tiempo" de Oscar Castillo Banda.


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