Por Walter
Vidal Tarazona
DIGNA CONCURRENCIA A LA
PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE ORO DE LA PROVINCIA DE ANTONIO RAIMONDI, SEÑORES DE
LA MESA DE HONOR...
Cuando en todo el mundo,
hoy, los ojos de los hombres preocupados por la contaminación ambiental y su
efecto: el cambio climático, están puestos en Lima, un incendio –al
parecer provocado- devastaba parte de los pantanos de villa, precisamente,
ad portas de la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el cambio climático y, al mismo tiempo, de la décima
Sesión de la Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto.
Señores, los países,
culturalmente mal llamados desarrollados, que manejan las tecnologías de punta
a su antojo, son los más responsables de la emisión del dióxido de carbono, sin
embargo, ellos están más preocupados en la acumulación del poder, y varios ni
siquiera han suscrito el protocolo de Kioto para bajar progresivamente las
emisiones de gases tóxicos que originan el calentamiento
global.
Nuestro país, no es
responsable ni del 0.09 % de la emisión de gases contaminantes, sin embargo es
el tercer país más vulnerable a los efectos del cambio climático, básicamente
en su biodiversidad; digamos, como ejemplo, sus nevados que representan el 30%
del mundo, están en peligro, y como si eso fuera poco, estamos cerca al millón
de hectáreas de tierras desertificadas allí donde antes había bosques en la
Selva y verdor en nuestras punas.
Son contundentes las
evidencias de que la causa de los gases tóxicos responsables del calentamiento
global, es el Hombre, no la naturaleza. Entonces, el único camino que tiene el
Hombre para su salvación es la educación. Dicho de otro modo: sin educación no
hay desarrollo social sostenido y sustentable.
El Perú, posicionado como
uno de los países más ricos en biodiversidad, está muy lejos del
desarrollo. El desarrollo jamás llegará si no se prioriza la educación y su
principal producto: la cultura, como tablas salvadoras de muchos males fácticos
como la contaminación y males morales como la corrupción que tanto daño están
causando básicamente a nuestra economía.
Nuestra región ancashina no es
ajena a estos males, al contrario, podríamos decir que es protagonista. En este
contexto es lejana la preocupación por la calidad de la enseñanza- aprendizaje,
la investigación, los hábitos formativos como la lectura, etc. etc.
Este panorama desolador de
nuestra educación y cultura, sin embargo, en lugar de amilanar, sirvió como una
puya y reto a este equipo de seis raimondinos que, como quijotes del siglo XXI,
emprendió la edición de un libro en homenaje a su terruño por sus 50 años de
vida como provincia.
Con la realización de este
sueño, se ha cumplido básicamente con los cinco objetivos que nos
trazamos:
1. Escudriñar el pasado
histórico desde sus orígenes de lo que hoy es la provincia de Antonio
Raimondi.
2. Difundir la vida y obra
del sabio italiano y su periplo por sus tierras hoy
raimondinas.
3. Rescatar para la historia
regional los aportes que en los diferentes campos del conocimiento y la
actividad humana, directa o indirectamente, han hecho sus hijos por el
desarrollo del pueblo raimondino.
4. Difundir y profundizar los
estudios sobre la realidad geográfica, económica, educacional y vida
costumbrista de la provincia; y
5 . Contribuir a la
investigación con miras al sostenimiento de un crecimiento armónico para
su desarrollo, en base a sus potencialidades económicas, ecológicas y de pertinencia
social.
Aquí está, pues, el Libro de Oro
de la Provincia de Antonio Raimondi, tal vez... no terminado por la terca
ambición de desear un contenido enciclopédico, pero con nuestro lema que
parafrasea el pensamiento del sabio raimondi, decimos: “nos alienta la
dulce esperanza que la juventud continúe escribiendo y leyendo”.
Hemos tenido la
satisfacción de entregar este libro, primero a nuestra tierra colorada el
pasado 26 de octubre, en sus Bodas de Oro, el 21 de noviembre lo hemos hecho en
la hermosa ciudad huaracina, y hoy lo estamos presentando en esta casa de la
cultura muy bien designada como Centro Cultural “José María Arguedas”;
agradecemos por esto a su personal directivo que nos acoge generosamente;
nuestra gratitud, principalmente, a la presencia invalorable de ustedes amigos,
que estamos seguros van a tener que leerlo, criticarlo, comentarlo. Si eso no
sucede no habremos cumplido con nuestro principal cometido como
editores.
Un agradecimiento, en
particular, a los que han tenido la amabilidad de presentarlo
magistralmente en esta fiesta cultural: al Dr. Wilfredo Kapsoli
Escudero y al Dr. Miguel León Gómez, quienes también han aportado con sus
excelentes escritos; igualmente las gracias, a nuestros invitados que han
prologado cada uno de los siete (7) libros en los que hemos dividido el libro
de oro: el director del Museo Raimondi Luis Felipe Villacorta Ostolaza;
el Maestro Julio Rolando Villanueva Sotomayor, el Dr. José Antonio Salazar
Mejía, el antropólogo señor César Ramos Aldana, el doctor Elmer Neyra Valverde,
el ingeniero y Maestro Sulpicio Vicuña Vidal, el doctor Edmundo Morales
Bayona; a nuestros invitados, escritores ingeniero Lionel Fídel Small,
historiador señor Manuel Reina Loli, profesor Leonel Menacho López.
Nuestra gratitud también a los 88 raimondinos que han escrito los diferentes
temas específicos, y a los que nos han hecho llegar sus excelentes y
valiosísimos testimonios; a nuestros paisanos residentes en esta capital por su
aliento que en cada momento desde hace tres años no nos
hicieron faltar.
De manera especial a los
Padrinos del Libro de Oro por su valioso aporte económico, y que
esta noche queremos retribuirles en algo, haciéndoles entrega de un
ejemplar de lujo a cada uno de ellos.
Finalmente, y reiterando, a
todos, sinceramente, a todos ustedes hermanos raimondinos y amigos
ancashinos peruanos y extranjeros, muchas pero muchísimas gracias.
Eso es todo, en palabras; en
actitudes, nuestra gratitud será imperecedera.
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