Mantienes tu rostro
firme hacia la luz del día
Buscando
la sabiduría que viene del Señor
El sol ilumina con fuerza tu
noble corazón
Reflejando su sombra hacia los
desvalidos
De espíritus, que osan negar a
Dios.
Muchos buscan paz para su
afligida alma
En placeres terrenales, vanos
e inicuos
Que se evaporan como el agua
en ebullición
Perdiendo el sentido de vivir
la vida
En perfecta comunión con
nuestro creador.
Erlander, hermano y amigo del
alma
De ti aprendí la paciencia y
la calma
De ti los poetas están
orgullosos de tenerte
En nuestra sociedad, en
nuestros corazones
Eres el Poeta de Alta Mar,
Poeta Ambarino.
Sosa, de manantial pura y
cristalina es tu linaje
Gozas de mucho amor que te
brindan tus padres y hermanos
En ese recordado día
diecinueve de Septiembre
Que Olguita Hijar, te trajo al
Mundo
En la bella y fértil tierra
Ambarina
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