RAYMUNDO REYNOSO CAMA

19 octubre 2014


Profesor, compositor y poeta peruano. Nació el 15 de marzo del año 1946, en la hacienda denominada La Pampilla, perteneciente a laProvincia de Cañete, en una casa hecha de caña, esteras y barro, en medio del campo, a orillas del río Cañete, entre montes, cañaverales y sembríos labrados por sus padres: Bernardo Juan Reynoso Sánchez y Doña Clara Cama Torres, humildes pero honrados campesinos..

Se graduó de Profesor de Educación Secundaria, en la especialidad de Matemática y Física, iniciando su carrera profesional, el año 1970, en el Colegio Mixto de Cerro Azul, hoy denominado Gerardo Mejía Sacco, ganándose el aprecio de sus alumnos, de los demás profesores, padres de familia y de la comunidad en general, por su dedicación indesmayable al servicio de la cultura y de extensión educativa, por que no solo se dedicaba a su labor docente sino que realizaba labor social.
Fuente del texto: Cañete hoy

 HOMBRE IMPERIALINO 

¡Hombre imperialino! Quiero verte siempre emprendedor,
con ese impulso constante de todo un verdadero ganador,
fiel, inquieto y honesto navegante del océano de la vida,
que busca esa isla del progreso para su ciudad querida.

¡Hombre imperialino! Queremos verte siempre honrado
para que podamos rendir homenaje a lo, por ti, logrado.
Sé glorioso por tus actos de mucha nobleza y humildad.
Hazte merecedor y digno de vivir en esta hermosa ciudad.

La humildad es la riqueza del pobre
y la soberbia es la pobreza del rico,
virtud y defecto que abren el abanico
donde prima, o el oro, o el cobre.

Que nunca cruce por tu mente el arribismo,
madre de la mediocridad, que te llevará al abismo
donde yacen, putrefactas, las bazofias mal olientes
que mancharán el prestigio de tus descendientes.

Ten presente que la vida es un constante aprender.
¡Estudia para poder vencer con la fuerza del saber!
No ocupes cargos si no lo sabes desempeñar
porque no siempre, al pueblo, podrás engañar.

No obtengas riquezas sin poderlo justificar,
tarde o temprano la justicia te puede castigar.
El que, sin merecerlo, en rico se ha convertido,
lleva en sus entrañas un delincuente escondido.

Como las nubes cabalgan sobre las olas del mar,
lleva en tus hombros la responsabilidad de amar,
defender y respetar la tranquilidad de tu distrito,
porque las nuevas generaciones te lo piden a grito.

Hombre imperialino, elige a tu autoridad por capacidad,
no por conveniencia personal, tampoco por solo amistad.
Piensa en el bienestar de las grandes mayorías
ya tu verduga conciencia, tranquila la tendrías.

Viajen por la ruta sembradora estos pensamientos
y renazcan, en cada primavera, estos sentimientos
como flor de pradera refrescada por el viento
que acariciará el recuerdo a través del tiempo.


IMPERIAL, AYER Y HOY

Imperial, fuente de aspiraciones,
primavera de ensueños e ilusiones
que transitan sigilosas en la mente
del foráneo y de tu propia gente.

Imperial, oasis de oportunidades,
aire y viento de prosperidades
que premian la sana inquietud
del adulto con afán de juventud.

Hoy vengo a ti, en caravana de emoción,
para mostrarte lo que siente mi corazón:
respeto, agradecimiento y admiración
por el presente y pasado de tu población.

Dulce recuerdo de los que ya se fueron,
cordial bienvenida a los que llegaron.
Humildad y grandeza de tu poblador,
sincera muestra de mucho cariño y amor.

Ayer, tan solo fuiste monte y cañaveral.
Hoy, eres una hermosa ciudad Imperial,
recuerdo y encanto que guarda el tiempo
en su recorrer que veo, escucho y siento.

Saludo tu progreso al sonar del campanario,
con emoción gallarda en cada aniversario,
pequeña patria querida de la cual soy tu hijo,
paraíso de amores cuya creación Dios bendijo.


LO QUE PIDIÓ UN NIÑO EN NAVIDAD.

Papá, recuerdo que tú no te cansabas de decir
que de un extraño, regalos, no hay que recibir.
¿Por qué, entonces, permites que un desconocido
ingrese por nuestra chimenea, como un bandido,
dicen para dejarme algunos regalos de navidad,
como si fuera una verdadera obra de caridad?

¿ O es que olvidaste tu importante advertencia.
con la que protegías fielmente mi inocencia?
Nunca ha sido mi amigo ese hombre barbón
llamado Papá Noel, de voz con tono vozarrón,
quien viaja, en trino, como perfecto vagabundo,
repartiendo regalos o engaños por este mundo.

¿Qué pretende, con sus actos, este señor bonachón?
¿Por qué ese desprendimiento con tanta devoción?
¿No será que, con los niños, tiene mala intención?
¿Quiere aprovecharse de nuestra débil formación
para volvernos presa fácil de cualquier tentación?
¡No quiero crecer con afán de una ajena protección!

¡No quiero nada de aquel Santa Claus, Papá Noel
o como se llame, por que yo no soy amigo de él,
por lo tanto prefiero mil veces que sean, mi padre
conjuntamente con mi abnegada y adorable madre,
los que siempre me regalen los juguetes que ansío,
por que ellos son los seres de quien jamás desconfío.

Papá, te pido que no permitas que ingrese a la casa
persona extraña, la que no sé cómo ni por donde pasa.
Si es que hoy día no tienes el dinero suficiente,
quiero que sepas que, con tigo, yo no soy exigente.
Me puedo conformar con un regalo bastante pequeño,
viniendo de ti, es suficiente para complacer mi sueño.

Si el destino se mostrase cruel y muy adverso,
que a pesar de tu voluntad y enorme esfuerzo,
se te hiciera imposible, un juguete regalarme,
no te apenes, sé que no habrías dejado de amarme.
Entonces solo abrázame fuerte, trasmíteme tu protección,
tu amor y habrás logrado contentar mi anhelante corazón.


VIOLENCIA
    
Violencia, eres el trago amargo
que el mundo obtuvo por encargo
de Caín en esa acción maldita
y fraticida, que al mal incita.

Violencia existe, hasta sin querer,
en el momento exacto de nacer
una criatura que, al no llorar,
con fuerte palmada le hacen gritar.

Violencia, persigues como maldición
al hombre desde su misma creación,
entrando silenciosa en su alma,
haciéndole perder toda la calma.

Violencia es lo que, con inocencia,
muchos reciben como herencia
de aquel padre que siempre golpea
a sus propios hijos , por lo que sea.

También se produce mucha violencia
cuando nuestro maestro, con frecuencia,
al que llega tarde  ordena ranear
y de cansancio le hace vomitar.

Violencia es aquella sobrecarga
de tarea que al niño amarga,
que nunca favorece al estudio,
sintiendo por él, más bien el repudio.

Se ve violencia en la calle, pero
también sucede hasta en el Clero
cuando el Cura no quiere confesar
por que el fiel nunca se pudo casar.

Violencia hay cuando el congresista
se paga, en forma muy  egoísta,
más de veinte mil por escolaridad,
el resto doscientos ¡Qué barbaridad!

Cuanta violencia recibimos también
cuando el médico no cura muy bien,
olvidando una gasa en el vientre, al operar.
A su paciente, la vida le pudo costar.

Ni que hablar, cuando un policía
te pide coimas como pan del día,
o cuando un juez no hace justicia
por que no satisfacen su codicia.

Por supuesto que nunca serán todos,
pero la mayoría, con los robos,
viven como si fuera muy natural.
¡Más honrado creo que es el animal!

Violencia es también ocupar puesto
sin preparación, dejando al resto
que tiene condición, con amargura
por ver muy trunca su vida futura.

Violencia es dictar leyes en contra
del mismo pueblo, quien siempre afronta
las consecuencias que son muy funestas,
a la vez triunfos de las tiendas opuestas.

Tampoco es correcto que la gente
reclame con violencia, de repente,
incitada por malos elementos
que por su boca botan excrementos,

con tal de envenenarle la mente,
dejando la honestidad ausente.
En sus discursos ¡Qué bonito hablan!
En la práctica ¡Cómo nos engañan!

Violencia es amenazar al mundo
por ser país poderoso  e iracundo,
que abusando de su hegemonía
deja al resto en completa agonía.

Violencia es volar dos torres gemelas,
sin importarles las funestas secuelas,
en ese desencanto demasiado asesino,
creyendo que es por mandato divino.

Violencia será escoger el arma,
antes que elegir la herramienta.
Con una se consigue la destrucción,
con la otra obtienes la producción.

Violencia es amar sin ser amado,
en alguien confiar y ser traicionado,
ver que el sol marchita las flores
 y a mucha gente morir de amores.

Violencia, te encuentro en el aire
que respiro, también en el desaire
de mi propia gente incomprensible
que mira la paz como imposible.

¡Maldita violencia! ¡Desaparece
de mi Patria, porque por ti padece!
¡Deja que reine la paz en mi nación!
¡Dios mío, envíanos la comprensión!

1 comentario:

Anónimo dijo...

EXCELENTES POESÌAS DE L PROFESOR RAYMUNDO REYNOSO. GRACIAS POR PUBLICARLAS. ASÒ PODEMOS TOMARLAS PARA LAS OCASIONES PROPICIAS.