Felipe Gértrudix Lara:NOS GUSTÓ LA BELLA ISLA DE MADEIRA

07 septiembre 2014

(y en Santana, ¡Casas de Campo do Pomar!)

Poema de Felipe Lara dedicado a Teresa y Esteban:



Un grupo de doce personas de distintas edades:

Aurelio, Mari, Felipe, Gema, José, Auxiliadora,

Andrea, Fabio, Luna, Marco, Marisa y Felipe,

fuimos desde Madrid a Madeira en buena hora:

Y poniendo pie en tierra de sus altas cumbres,

o caminos de neveros que juntos recorrimos,

en larga expedición por túneles sinuosos,

impactante experiencia compartimos.

Nos gustó la bella isla de madeira,

por su bien armonizada naturaleza,

donde el minifundio bien repartido,

es un claro ejemplo de riqueza.

Hemos degustado su buena gastronomía,

que ofrecen abundante, sin aires de grandeza,

porque su gente vive bien y no le gusta,

el sistema de contraste: de opulencia y de pobreza.

Aterrazando palmo a palmo sus montañas,

los maderienses con su esfuerzo han logrado,

hacer autosuficiente la hermosa isla de Madeira,

produciendo por doquier: hortalizas, frutales y ganado.

Del Atlántico, frescos mariscos y pescados,

son manjar de preciada y exquisita mesa,

en ración esplendida y amablemente servida

para dos, porque uno no da fin a tanta presa.

Su folklore tiene bailes de pasos muy diversos,

animado de voces e instrumentos musicales,

que expresan las costumbres de los pueblos,

de una isla con arraigo y propias credenciales.

Artesanos son los habitantes en isla de Madeira,

como ejemplo de entrega al trabajo y la cultura,

y sus bien elaborados vinos compiten en el mundo,

por su buena graduación y excelente catadura.

Hay un lugar especial, sin duda destacable,

donde tras los senderos de largas rutas surcar,

se puede hallar el inmenso placer del descanso:

en Santana, ¡Casas de Campo do Pomar!.

Allí hay muy excelentes y amables personas,

haciendo amigos a sus huéspedes al agradar,

con sus numerosas y nobles atenciones,

que te hacen sentir como en tu propio hogar.

Teresa y Esteban son los responsables,

de que el viajero se sienta tan a gusto y feliz,

en la preciosa isla portuguesa de Madeira,

donde si algún día pudiera, yo quisiera vivir.

















Un abrazo de Felipe Lara.

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