Una respuesta a: El mito de la clase salvadora Sinesio López Jueves, 15 de agosto de 2013‏

07 mayo 2014

Una respuesta a: El mito de la clase salvadora Sinesio López

Por:  Julio Carmona

Sin ánimo de polemizar, reflexiono sobre el tema tratado por Sinesio López: "El mito de la clase salvadora". Y, en realidad, lo de mito puede ser aplicado a lo central del texto aludido: que actualmente la "clase media" es propuesta por el imperio y sus testaferros como tal, como clase salvadora. Y esto lo trato más adelante. Previamente digo que eso no se puede aplicar al proletariado -como lo hace Sinesio López-, achacando al marxismo ese dislate. Y en ello hay que estar claros.

El proletariado es una clase que se salva a sí misma. Esa es su estrategia. Los revolucionarios -premunidos de su doctrina proletaria- deben dejar de seguir ungidos a otras clases que no sea la suya. Pero -decían Marx, Engels y Lenin-: la única manera de acabar con la clase dominante (la burguesía) era con la lucha del proletariado, ninguna otra clase da garantías para hacerlo. La clase media (o, mejor, pequeña burguesía) o los terratenientes terminan pactando con el enemigo. Si la lucha proletaria triunfa contra ese enemigo común de todas las demás clases, entonces es obvio que las demás clases también serán liberadas. Y esa es una verdad incontestable. Pero eso no quería decir que se estuviera proponiendo al proletariado como una opción que salvaría a la sociedad dentro del capitalismo: el objetivo es destruir al capitalismo (como sistema, sin por ello, destruir sus logros materiales, lo cual sería un absurdo, el solo imaginarlo). 

Ahora bien, en las últimas décadas del siglo XX (y con más fuerza al producirse la defección de los países del este europeo, luego de claudicar de los avances alcanzados con el sistema socialista, destruido desde dentro por una cúpula burocrática, oportunista y liquidadora), el imperialismo ha tratado de -según sus cálculos- hacer desaparecer a la clase obrera, recortándole sus derechos laborales al implantar regímenes totalitarios, como -para no ir muy lejos- ocurrió en Chile con Pinochet y en Perú con Chinochet-, con la ilusa pretensión de acabar con sus escuela de formación política que son los sindicatos de los obreros y convertir a estos en miembros de la pequeña burguesía. Pero con esa argucia no hacen desaparecer la lucha de clases.

Y esa clase media, como prefieren llamarla los gurúes, de cumplirse ese "proyecto" imperial ya dejaría de serlo también, pues seguiría existiendo la clase burguesa, pero desaparecida -supuestamente- la clase obrera, entonces la "clase media", ¿de qué es media?, en medio de qué clases está, ya que si se le llama así es porque está en medio de la burguesía y de la clase obrera. Ergo, esa "clase media" sigue siendo pequeña burguesía, y como tal es la que sigue participando en la lucha de clases, como clase explotada por la burguesía, y, por lo tanto, no será que se convierta en clase salvadora, sino que no le queda otra cosa que asumir la acción del proletariado, es decir ordenar su estrategia con el único objetivo de destruir a la clase que la explota, la burguesía, para bien -siempre- de toda la sociedad.

De tal manera que, desde la perspectiva del marxismo, en el caso del proletariado no se trata de un "mito" para salvar esta sociedad. Se trata de la realidad insoslayable de cambiar esta sociedad, por una nueva en la que la miseria, el hambre, la delincuencia, el crimen organizado, la injusticia, la corrupción sean un triste recuerdo, un lamentable pasado que la memoria tendrá siempre presente para no dejarlo resucitar.
Julio Carmona

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