ELADIO RUIZ CERNA: EL MAGNETISMO DE LA TIERRA

18 mayo 2013



(Como Homenaje Póstumo al pintor, profesor, amigo y colega: Reproducción de un artículo publicado en la década 70-80 en el Suplemento Dominical del Diario LA INDUSTRIA de Trujillo, antes que el maestro fuera invitado por primera vez a la Alemania Oriental)

POR LUIS ALBITRES MENDO (CAJAMARCA).

Eladio Ruiz Cerna (Santiago de Chuco, 1925), antiguo y prestigioso plástico de nuestro medio (viene exponiendo en ambientes trujillanos desde 1960), cuya pintura está eminentemente caracterizada por una energía cromática plasmada en paisajes y perspectivas y un vigor formal a prueba de pinceladas y texturas.

ENERGÍA CROMÁTICA, SIMPLICIDAD, INTENSO REALISMO Y MACIZO ESTILO

Su estilo se caracteriza por la búsqueda de la expresión popular basada en un despliegue de armonía, estética y aplomo. En su obra desarrolla simplicidad, intenso realismo y macizo estilo.

El suyo es "un arte hecho plazas, calles zigzagueantes, poblaciones enteras, siempre inmóviles, pero de estoica y sobria hermosura".  La belleza -para Eladio Ruiz- encarna "La manifestación arquitectual hecha del y para el hombre. Es allí donde explicita  su concepción de equilibrio pictórico". La pintura de Eladio y el rigor de su técnica guardan fidelidad a sus primitivas intenciones y a sus primigenias y vernaculares motivaciones.

Con una nutrida trayectoria (más de 20 exposiciones entre individuales y colectivas), han visto su arte ciudades como Lima, Ica, Cajamarca, San Pedro de Lloc y por supuesto Trujillo. En su personalidad artística no descuella precisamente el dinamismo plástico pero sí se afirma en una solidez cuasi escultórica por lo cual nos animaríamos a confirmar que lo singularizan fuerza y expresividad.

SANTIAGO DE CHUCO: LA MAGIA DE SUS CALLES, PREÑADAS DE MISTERIO Y ATRACCIÓN.

Eladio Ruiz pinta y realiza sus obras como para corroborar aquello de que nos habla Pemán, "el sabor de la tierruca" o en otras palabras el imán que ejerce sobre nosotros el lar materno, aquel pedazo de tierra y cielo que nos vió nacer. En este caso, el inmortal pueblo, su querido Santiago de Chuco, con su fuerza telúrica, cielo intensamente azul y el fresco verde de sus bosques esplendorosamente atractivos, pero sobretodo, la magia de sus callejuelas, preñadas de misterio y magnetismo; íntimas, acogedoras, soleadas y efusivas.

Pintor de lo nuestro. Nuestras gentes y sus afanes cotidianos (rostros adustos, por el exceso de trabajo o de miseria), nuestros paisajes, nuestros pueblos y sus serranas fisonomías. Siguiendo la misma ruta trazada por el egregio pintor nacional José Sabogal.

GEOMETRÍAS ALUCINANTES DE CROMATISMOS Y CIELO OSTENSIBLEMENTE AZUL

No hace mucho exhibió en la galería principal  del INC de Trujillo sus últimos trabajos pictóricos. Destacaron cuadros como "Paseo de los Descalzos", sugestivo amanecer limeño, donde los verdes y el blanco lechoso se amalgaman para ensamblar un impresionismo delirante. Una pintura plena de fascinación y embrujo.  "Por la Calle Grande", agrada sobremanera la armonía del color y las casitas entrelazadas en un ambiente acorde con la naturaleza circundante...  En "Confidencia", aparecen rasgos de mujeres en líneas esbozadas, dando prioridad al poblado en sí (laberinto de callejas, luces y sombras, geometrías alucinantes de cromatismos y cielo ostensiblemente azul).

PALABRAS DE UN MAESTRO

-  Al mostrarnos una procesión, de Jesús Nazareno para mayor precisión, qué pretendes exhibir, ¿el fervor del pueblo o enjuiciar el posible paganismo en que podría estar inmerso este acto religioso?

-  En cuanto a la temática, es un pretexto para pintar. Lo que importa es el contenido de la obra. Uno se manifiesta, se expresa de acuerdo al medio en que vive. Yo no podría expresarme como Gauguin o Van Gogh, ni podría utilizar sus mismos colores. Uno tiene que recurrir a lo que le rodea, auxiliado por la retina propia.

-  "Barrio San Cristóbal", en este cuadro los cerros en punta no coinciden con la realidad... ¿Lo has pintado así para armonizar con el tipo de casas?

-  La pintura no es una copia de la naturaleza. Es una interpretación a través de una personalidad, de ahí que el pintor interprete los cerros, no en su forma real y más bien recurra a la estilización como medio expresivo.

-  "El Huaylillas"... ¿apresuramiento en la textura o temática premeditada?

-  Esa rapidez que deja notarse en el cuadro no significa improvisación, más bien es un resultado pictórico;  no es otro estilo sino una evolución, una búsqueda.

-  "Olivar", los colores empleados en este cuadro ¿son simbólicos? , hacen referencia a la soledad, la desnudez emocional, el desamparo.

-  Todos los cuadros tienen su mensaje, su propia simbología. En "Olivar" los árboles se han  humanizado. El cuadro ha sido interpretado con colores propios de Lima y con una técnica vigorosa, colores fuertes y empastados.

-  "Chan Chan" trasladada al lienzo, se agiganta y al mismo tiempo incrementa su misterio...

-  Es una visión de Chan Chan interpretada de acuerdo a mi propia sensibilidad.

-  Al observar "Viejo portón" o "El Patrocinio" (complejo de iglesia y convento, donde se ha logrado un precioso combinado: el verde, los rosas y el lila lechoso del cielo limeño y algunas paredes), nos preguntamos, ¿qué clase de sentimiento te ha impulsado al plasmar en la tela, este sinnúmero de callejas, calles retorcidas y portones desvencijados...con su porción de prosaísmo, melancolía y romanticismo?

-  Es el embrujo que encierran estos rincones.

-  En "Morral ocre" prevalecen nuevamente las caras adustas, ¿son niños o adultos prematuros?

-  Son rostros modelados por la rudeza del Ande.

-  O sea que en el mundo andino ¿no existe, acaso, la ternura ?

-  Existe la ternura pero está templada por el dramatismo de los Andes.

-  En "Vendedoras", las frutas tienen más vida, y color, que los rostros de las vendedoras (tristes, macilentas). ¿Esto es adrede?

-  Es cuestión de técnica. Al contemplar el conjunto, no podría haber pintado todo (primero y segundo plano) con la misma vivacidad de color. Era cuestión de lograr efectos plásticos procurando la limpieza de los colores. No ensuciarlos es lo importante.

-  La simplicidad de los trazos y los colores en "Los Andes", hace recordar a Julia Codesido.

-  Bueno, es una estilización de los Andes, sentidos en ese modo, que puede tener alguna afinidad... eso queda a criterio del espectador.

-  La arquitectura tiene una especial atracción para ti, a juzgar por la mayoría de tus obras.

-  Parece que los arquitectos de otros tiempos tenían una disposición especial y una sensibilidad refinada para hacer las cosas debidamente dispuestas.

-  "Atardecer", un cuadro donde la profusión del color no amengua para nada la sensación de soledad y de tener ante nuestros ojos una ciudad desierta.


-  Es una pintura con esa melancolía de las tardes serranas.

-  "El lugareño", ¿Por qué lo has pintado con los ojos cerrados?  Acentúa la severidad de sus rasgos.

-  Porque está dormitando. Es como el tiempo que no pasa, que se ha detenido. Él es feliz y duerme plácidamente, no tiene conciencia del tiempo. Duerme sin importarle nada lo que sucede a su alrededor.

- "A las orillas del lago", aquí has pintado dos puneñas. La técnica que utilizas, en bloque, ¿no exaspera el estatismo de las dos mujeres?  Realmente veo ausencia de plasticidad, de movimiento.

-   El movimiento está reemplazado por la energía. Allí se resuelven problemas de orden plástico. Lo importante es el resultado.

-   Al hacer un balance general de tu obra parece que encontraríamos reiteraciones, ausencia de motivaciones internas y de grandes mensajes de penetración psicológica... Excluyendo el retorno al pueblo o el eterno amor a la tierra, que de por sí ya son válidas, poderosas motivaciones ¿no estás repitiendo incesantemente los mismos temas?

-   No creo. El tema es un pretexto para pintar. El espectador es el que dialoga con la obra y él puede encontrar, ante la contemplación, si encierra o no un mensaje.
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