Sólo mar alrededor.
Crepúsculo y silencio.
Crepúsculo en donde se origina mi fortuna,
que tal vez ya fue escrita en el libro de las voluntades.
Silencio.
Un silencio de esencia que se nutre tras la humedad,
que da forma a la materia finita.
Sombras.
¡Acércate!
¡Ayúdame!
¿Me ves
(Anegado;
con los brazos pesados;
extenuado;
acostumbrado a la ceguera incierta;
suspendido en el tránsito;
extraño, muy extraño)…
en la percepción de un final
que me llevará a lo inexplorado?
¡Qué calor!
Mis manos.
El negro y el blanco.
El chapoteo minúsculo.
Mi miedo persiguiéndome entre las formas
que se divisan en lo profundo del abismo marino
de mi solitaria tumba de agua salada.
La luna.
Mi cansancio sin norte.
La luna.
Mis ojos cerrados.
La luna.
El manantial que me da la savia.
La luna.
Una brasa ardiente que ilumina mi oscuridad en conflicto
y va quebrando mi resistencia desesperada,
que se aferra al cordón umbilical,
que abre paso hacia una nueva tierra de esperanza.
El sueño.
Mis raíces amnióticas.
El sueño que entierra mi existencia pasada
en la estela reencarnada del eco de la noria
que vaga un firmamento.
El sueño.
El final que llega.
Mar.
Sólo mar alrededor...
más allá de mí.
Abro los ojos.
La respiración ahogándome
en una bocanada feroz de aliento cortante.
¡El llanto!
Caballitos de circo, que cuelgan de una realidad desconocida
dando vueltas en su espacio precioso,
que llegan y se van;
y llegan,
adentrados en la espuma rizada de mi habitación.
Mi cuna tallada con amanecer de universo:
un muñeco de trapo;
Un disfraz de corsario en una caja sin abrir
que espera mi aventura;
el sonajero; el chupete;
el pequeño abriguito de lana;
el canto de una sirena.
Toco. Siento. Creo.
He llegado al nuevo mundo.
De la vida estoy preso
Toco. Siento. Creo.
Quiero.
Palpitas conmigo ¿Dónde estas?
He nacido.
En una selva tan bella que me da escalofrío.
1 comentario:
Es una pasada.
Gracias por tu nuevo mundo.
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