La mano desasida: Canto a Machu Picchu.

07 julio 2011

Martín Adán


¿Qué palabra simple y precisa inventaré
Para hablarte, Mi Piedra?
Que yo no me seré mi todo yo,
La raíz profunda de mi ser y quimera
¡Tú crees estar arriba, honda en tu cielo,
Y me estás tan enquistada en mi vida muerta!…
¡Ay, Machu Picchu, pobre rostro mío,
Mi alma de piedra,
Exacta y rompidísima,
Innumerable e idéntica,
Vuelo del alma mineral,
Esencia de conciencia de relabrada fuerza!…
¡Ay, Machu Picchu, hueso mío de presencia
Cuándo estarás de mí defuera!…
¡No temas, Machu Picchu,
Que nada te harán los turistas,
Ningún daño te causará Neruda,
Ningún daño te causará la gringa!
Créeme tú, Machu Picchu,
Haz que yo crea, horrorosa flora.
Nada es real sino lo que supones
Por debajo de lo que tocas.
Nada es real sino tu ceño
Y una roca}
Y alguna mano humana que va haciendo
La vista, la cosa, la forma…
Y la divinidad de lo inmediato,
Y el instante del sentido, y el abismo en sombra


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