RESULTADOS DE LA GRAN BIENAL INTERNACIONAL DE NOVELA COPE DE ORO 2009

26 abril 2010

Dos escritores ayacuchanos premiados:

Sócrates Zuzunaga Huaita y Samuel Cavero Galimidi

El día 22 de abril del 2010 en medio de un nutrido público de periodistas y escritores que abarrotó el Auditorio de PETROPERU, en San Isidro, Lima, se premió a los ganadores de los concurso de novela y poesía al que se presentaron cientos de trabajos del Perú y el mundo de habla hispana. El premio en cada género novela consistía en nada menos que 30,000 soles al ganador de este certamen, incluida estatuilla de Oro y un reconocimiento oficial. El primero puesto en novela recayó en el escritor Sócrates Zuzunaga, natural de Pausa del Sara Sara, con su novela “Los aullidos de Viento”.

La gran sorpresa de la noche que no se dio a saber públicamente hasta último momento y por tanto no había sido publicado oficialmente por PETROPERU, fue saber que el primer finalista en novela lo ocupa el escritor Samuel Cavero Galimidi, también de Puquio, Ayacucho con su novela: “Mis muertos de Putis”.

Ambas novelas de escritores ayacuchanos premiados y consagrados en otros concursos abordan la violencia subversiva desde múltiples perspectivas personajes. Nos cuentan de los horrores de esta guerra fraticida en el ande. La novela de Sócrates Zuzunaga Huaita “Los aullidos del Viento” será editada y presentada próximamente en la Feria de Libro de Lima por los organizadores de este importante concurso catalogado por los propios escritores peruanos como el más importante, de mayor trayectoria y prestigio continental.

En cuanto al escritor Samuel Cavero Galimidi, intelectual pacifista comprometido con los Derechos Humanos, su novela “Mis muertos de Putis” recrea de manera realista el genocidio provocado en el pueblo de Putis, provincia de Huanta, por las fuerzas militares represivas donde murieron alrededor de 123 personas, incluidos cerca de 30 niños. Esto sucedió en 1984. Con estos libros se contribuye a la pacificación y reflexión que tanto necesitamos. Pero también es una clara denuncia de que este hecho, tal como lo viene denunciando al Asociación Civil Peruana “Paz y Esperanza” y otras instituciones por los DDHH, está por resolverse y sus autores aun cuando están identificados los seudónimos y grados que usaban para perpetrar estas matanzas, han quedado impunemente bajo la protección del Estado y las Fuerzas Militares. Leamos el breve fragmento “Mis Muertos de Putis” de Samuel Cavero:


“Mis ojos, hipnotizados eran una vez más la llorosa ternura de las mesetas serranas. Quedé como dormido soñándome envuelto por un enorme manto de luceros”, (recuerdo que te in­terrogaste, te interrogaron, Marcelino, sentiste como un torturante martilleo el continuo teclear como si fuese de unas máquinas de escribir en la otra oficina de la Fiscalía y, mientras tú hablabas, apoyabas tu rostro agotado sobre tu talego y violín) ¿Qué veías en la luz de tus tristes pupilas azoradas? ¿Qué soñabas? Sentía todo el misterio de esas lejanías y mis ojos vacíos, salados, ojos líquidos (de arena). ¿Qué pensaste? Mis ojitos, alma penada, eran gota a gota fina lluvia recordando todo lo que viví, papá. ¿Qué creíste ver? ¿Tus revelaciones ante el juez, fiscal y los abogados te protegerán?

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